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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Guapo, pero no un virtuoso

Roberto Bolle muestra en Peralada que es un correcto bailarín, pero que sabe rodearse de notables intérpretes

El bailarín Roberto Bolle, durante su actuación en Perlada.
El bailarín Roberto Bolle, durante su actuación en Perlada. FESTIVAL CASTELL PERALADA

La expectación que había despertado el bailarín Roberto Bolle en el Festival Castell de Peralada hizo que, solo pisar el escenario, el artista italiano fuera recibido, pese a estar prohibido, con una lluvia de flashes de sus admiradoras en el patio de butacas. Bolle es un hombre muy guapo, de un físico impresionante a sus 41 años, pero demasiado musculado, lo que resta esbeltez a sus evoluciones. Es un correcto bailarín, pero no un virtuoso, aunque se rodea de intérpretes que sí lo son.

ROBERTO BOLLE AND FRIENDS

Festival Castell de Peralada

Auditori Parc del Castell

Peralada, 29 de julio

En el programa Roberto Bolle and Friends interpreta diferentes piezas; en la que estuvo más convincente fue en Le Grand Pas de Deux, del coreógrafo alemán Christia Spuck, con música de Rossini, divertida sátira sobre los dúos de danza clásica, que arrancó las carcajadas del público y que ejecutó junto a la exquisita bailarina rusa Viktorina Kapitonova.

La función había comenzado con Prototype, solo interpretado por Bolle con relevantes efectos audiovisuales. Es espectacular ver a Bolle luchar con la espada contra su yo virtual en un fragmento de Romeo y Julieta o contemplar su baile mientas al fondo su imagen se multiplica hasta el infinito: imaginativo y una forma de adaptar la danza a las nuevas tecnologías para llegar a los más jóvenes. Bolle emocionó junto al bailarín Timofej Andrijashenko, del Teatro alla Scala, de Milán, en el dúo Pas de deux from Proust, ou les Intermittences de coeur, de Roland Petit.

Pero el público de Peralada no es tonto y, pese a la belleza del italiano, el bailarín más aplaudido fue el cubano Osiel Gouneo, del Den Norske Ballet, de Oslo, que enloqueció por su depurado virtuosismo y gallardo porte; hechizó en el paso a dos del ballet Le Corsaire, junto a la norteamericana Sarah Lane (haciendo de inolvidable esclavo) y volvieron a convencer en Diana y Acteon. El giro y gran salto de Osiel le convirtieron en la estrella. Otro de los dúos aplaudidos fue el de Elena Vostrotina y Christian Bauch, del Semperoper Ballet, de Dresden, magníficos en el endiablado paso a dos de William Forsythe con música de Bach, Duet from New Suite: poseen depurada técnica y presencia.

Al finalizar,Bolle bailó el tema de Queen We will rock you, exhibicionismo gratuito que gustó a sus admiradores. Sí, la fórmula Roberto Bolle logra que la danza llegue al gran público.

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