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A la sombra de los pinos

El programa municipal Hábitat Verde invita a conocer los parques de Madrid este fin de semana. Pero, ¿cuál es el origen de los parques de Madrid?

Pablo León
El parque de la Fuente del Berro con el Pirulí de fondo.
El parque de la Fuente del Berro con el Pirulí de fondo.Víctor Sainz

“Un viaje en ómnibus; un paseo donde se reúnen paletos y damas, artesanos y estudiantes, ricos y pobres”. Con estas palabras definía Gustavo Adolfo Bécquer el crisol de personajes con los que te podías cruzar dando paseo por el parque de El Retiro a finales del siglo XIX. El público no ha cambiado mucho; ahora son modernos, estudiantes, turistas, parejas o solitarios que buscan en este espacio verde retirarse temporalmente del mundanal ruido de la urbe. También en el resto de parques públicos que salpican la capital y que este fin de semana, dentro del programa municipal Hábitat Madrid, organizan diversas actividades para disfrutar de la naturaleza urbana. Y surge una pregunta: ¿cuál es el origen de los parques de la capital?

“Madrid es una de las ciudades mejor provistas de espacios verdes de Europa”, dice José María Sendarrubia autor de la guía Descubre los parques de Madrid (Ediciones La Librería), en la que describe 25 sitios verdes urbanos. Según datos del propio Ayuntamiento, la capital cuenta con 6.400 hectáreas de zonas con vegetación: “Por cada madrileño existen más de 20 metros cuadrados de áreas verdes públicas”. Una cifra que supera la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que las urbes dispongan, como mínimo, de entre 10 y 15 metros cuadrados de zonas verdes por persona.

Atardecer en el palacio de Cristal de El Retiro
Atardecer en el palacio de Cristal de El Retiro Víctor Sainz

“Pero hay una trampa”, avisa Sendarrubia. Madrid es muy verde, pero ese verde no está distribuido de manera homogénea: en el centro domina el gris del asfalto, que se ve compensado por el frescor, en algunos casos muy retirado, de la Casa de Campo, El Retiro o el Monte del Pardo. “En el origen de la ciudad, los espacios verdes eran jardines privados bien de la nobleza o de la monarquía”, resume Carlos Estrella, historiador y que ejerció de guía en varios parques de Madrid.

Corredores en el parque de El Retiro.
Corredores en el parque de El Retiro.Víctor Sainz

La Fuente del Berro, en Ventas, o El Retiro eran propiedades de la monarquía, que en un momento dado —a partir de 1868 tras la Revolución de la Gloriosa y la instauración de la Primera República— pasaron a formar parte del patrimonio de la capital. El cambio de titularidad, de jardines privados a espacios públicos, incluyó matices en la visión que se tenía de las zonas verdes.

“Estos lugares sirven como lugares de relajación y recreo pero, no lo olvidemos, también tienen una función ecológica y son los pulmones de la ciudad”, recuerda el geógrafo Sendarrubia. Así mientras monarcas, princesas, condes o duquesas usaban estas zonas como lugar de esparcimiento en los que disfrutar y entretenerse, a partir del siglo XIX se empezó a pensar en los parques como espacios “higiénicos y moralizantes”.

Justamente para explicar la conversión de El Retiro en el parque de Madrid, se utilizaron estos argumentos: “Por la necesidad de dotar a la ciudad de Madrid de espacios verdes de los que adolece y de alejar a sus ciudadanos de bares y tabernas”, defendía el edicto que quitaba la titularidad del jardín a los Reyes y se la daba a la ciudadanía. “Las teorías que relacionaban las condiciones ambientales de las ciudades con algunas enfermedades que sufría la población comenzaron a divulgarse a finales del siglo XIX como consecuencia de la Revolución Industrial”, cuenta el historiador Carlos Estrella. 

El auge de las fábricas y la dickensiana situación del proletariado —sus problemas de salud y su temprana mortalidad— despertaron el interés y la preocupación de la burguesía propietaria de fábricas. Un grupo de médicos comenzó a investigar sobre el tema y concluyeron que debían defender el acceso a sol, agua y aire puro de la clase obrera; en definitiva a pelear, entre otras medidas, por la necesidad de mejorar la calidad del aire en las ciudades. Descubrieron que el arbolado y las zonas verdes distribuidas por la ciudad podían solucionar algunos de los problemas urbanos del momento y los parques se convirtieron en una de las ideas fuertes de ese movimiento.

Aunque a España esas teorías llegaron más tarde que a otros países europeos, y a pesar de que Madrid no fue una ciudad especialmente industrializada si se la compara con Londres, Bilbao o Barcelona, el higienismo caló. Así surgió una nueva oleada de zonas verdes, como el parque del Oeste o el pinar de La Elipa. Desde entonces, las zonas verdes entraron a formar parte de la cultura urbana, del urbanismo, de los diversos modelos de ciudad y de las inquietudes ciudadanas: “La propuesta es sencillamente plantar más árboles en nuestras calles y aceras”, reclamaban los vecinos de la capital al Ayuntamiento en una consulta sobre presupuestos públicos.

“A pesar de ese interés, a los parques y zonas verdes se les sigue dando poco valor”, cuenta el geógrafo Sendarrubia. “Se trata del patrimonio más vivo de la capital y se viven desde dentro a través de la experiencia”, añade el experto, “son un elemento fundamental de la ciudad; sus órganos vitales”.

¿Conoces este parque?

Mai Montero

Este fin de semana Madrid se vestirá de verde. El programa Hábitat Madrid, que elabora el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital, invita este sábado a todos los madrileños a participar en las rutas de senderismo urbano para conocer las zonas verdes y aprender a respetarlas. La primera consiste en un paseo de seis kilómetros que comenzará en el parque de Aluche a las 9.30 y terminará en Madrid Río. Para los menos madrugadores, habrá un segundo recorrido que se iniciará en el mismo lugar a las 12.30. Los interesados en participar en estos paseos gratuitos pueden apuntarse en el teléfono 91 639 78 69.

No es este el único itinerario entreparques que programa el Ayuntamiento. Hay uno de 6,4 kilómetros de Madrid Río al Parque del Oeste y otro del Cerro del Tío Pío a Palomeras, 6,2 km, en próximas fechas (consultar en madrid.es).

La experiencia natural no termina aquí. Existe una finca, La Quinta de Torres Arias, situada en la calle de Alcalá, aún desconocida para muchos madrileños que en sus 17 hectáreas acoge 51 especies diferentes de árboles. El Ayuntamiento heredó en 2012, tras la muerte de la condesa de Torre Arias, Tatiana Pérez, una finca de 130.000 metros cuadrados en el número 551 de la calle de Alcalá, que incluía también una casa solariega del siglo XVI. Pero pospuso a 2015 la apertura de estos jardines al público porque, tras años de abandono, se encontraba en un estado lamentable.
Los visitantes que lo deseen podrán acercarse a esta propiedad, que desde los años 80 pertenece al Consistorio, de 9.30 a 12.30 horas todos los domingos del verano hasta septiembre. La plaza se reserva en el teléfono 91 639 78 69. Durante la visita se pueden observar las labores de rehabilitación de la hacienda.

Los domingos son eternos, así que los más animados y familiares pueden sumarse a la tercera actividad que ofrece el Consistorio: descubrir El Retiro en familia. Este parque se perfila como uno de los lugares más idóneos para encontrar esa ansiada sombra y vivir un momento de paz alejado de las preocupaciones en pleno centro de la ciudad. Desde el siglo XVII, las 118 hectáreas del parque ofrecen a los transeúntes un espacio de cultura, naturaleza y gastronomía que merecen conocer grandes y pequeños. La visita guiada será de 10.30 a 12.30. Los interesados en la visita Descubre El Retiro en familia pueden obtener información adicional y reservar en el teléfono 91 530 00 41.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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