Viñetas de una Gran Guerra
Una muestra en el Museo ABC recorre la Primera Guerra Mundial a través de las ilustraciones de Sileno
Hace cien años Europa estaba revolcándose en el barro de las trincheras y arrancándose la piel con la maquinaria de guerra más avanzada de la época. La Primera Guerra Mundial solo fue el primer capítulo del sangriento siglo XX y allí estaba para contarlo, observando desde un país neutral como España, el humorista gráfico Sileno (Pedro Antonio Villahermosa y Borao, 1870-1945).
“Fue maestro indiscutible de la caricatura política, el dibujante que más se ocupó del conflicto en nuestro país”, dice Víctor Zarza, profesor de Bellas Artes en la Universidad Complutense y comisario de la exposición Sileno, Tambores de la batalla. Crónica ilustrada de la I Guerra Mundial (Museo ABC hasta el 16 de octubre). “Nos ha legado una impagable crónica humorística del conflicto”, añade.
La muestra exhibe cerca de cien ilustraciones —seleccionadas de entre las 3.700 que custodia el museo del autor; 540 centradas en la guerra— que fueron publicadas durante el conflicto en el ABC o la revista Blanco y Negro. En ellas está toda la historia: el atentado de Sarajevo; la batalla de Verdún; la de Dardanelos; la intervención estadounidense; la revolución rusa o la aparición de los zepelines.
Todo en clave de humor, lo que podría sorprender al público actual, que recuerda la Gran Guerra como una cruel carnicería. “Aquella sociedad tenía otra concepción de la guerra (festejaban las declaraciones de guerra y las marchas de soldados). El artista trabajaba desde el humor y más que las trincheras, que también, Sileno se centraba en la geopolítica”, dice el comisario.
España, donde gobernaba Eduardo Dato, fue un país neutral: “España no entró en la guerra, pero la guerra entró en España, y los partidarios de ambos bandos tuvieron agrias disputas”, dice Zarza.
Sileno se encuadraba en el bando de los germanófilos (de carácter conservador, en contraposición a los liberales aliadófilos), aunque en sus viñetas las críticas al bando aliado “no eran demasiado sangrantes”, explica Zarza. “Estas viñetas son representativas, desde un punto de vista artístico, de esa época, en la que Sileno fue un referente”, indica el comisario. Los dibujos de Sileno son detallados y con trabajadas composiciones. Su nivel conceptual también es alto (lo que habla de su cultura y experiencia, y también de la preparación de los lectores) y se explican tan bien que muchas veces sobran las palabras.
Si bien Sileno parte de la tradición satírica del XIX (“con personajes cabezones y realismo áspero”, cuenta Zarza), en adelante el artista se adentró en estilos más sintéticos, como el uso de siluetas. En su currículo está también haber participado en la revista humorística Gedeón y fundar Buen humor, “que fue caldo de cultivo de un giro en el humor español de la mano de Jardiel Poncela, Mihura, Neville, etcétera”.
Como complemento a la muestra se pueden ver 20 ilustraciones de Sileno, que trazan una visión más completa de su trabajo, y la sección Paisajes de la Batalla, que reúne fotografías tomadas por los reporteros gráficos de entonces.
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