Los premios FAD reconocen la inventiva al servicio de las artes
Un centro de arte en Portugal, tres estaciones del metro en Barcelona y una muestra del Macba, galardonados
Sostenibles, ecológicos, pero también innovadores, originales y, en cierto modo, sorprendentes. Así son los proyectos reconocidos con los Premio FAD de Arquitectura e Interiorismo, que dan inicio al alud de galardones que las diversas asociaciones del Fomento de las Artes y del Diseño entregan durante el FADfest.
De los 496 proyectos, que han optado a la 58º edición de los FAD, el premio de Arquitectura ha sido para el Centro de Artes Contemporáneas Arquipélago de Açores en Portugal, realizado por Joao Mendes, Cristina Guedes y Francisco Vieira de Campos por la coherencia en la ampliación de una antigua fábrica de alcohol y tabaco del siglo XIX. Se trata de un centro que se dirige especialmente a las residencias de artistas nacionales y extranjeros. “La delicadeza, que no menoscaba la fuerte identidad del complejo y del lugar, y la recuperación del arte de construir bien son algunas de las cuestiones a destacar de un proyecto que devuelve la presencia del pasado al presente y al futuro”, asegura el jurado, presidido por Moisés Gallego.
El premio de Interiorismo recayó en tres estaciones del metro de la Línea 9, entre Barcelona y L'Hospitalet de Llobregat, firmadas por los arquitectos Garcés-de Seta-Bonet y Tec4 Enginyers. “El reconocimiento y la inteligencia en la lectura de la preexistencia, como si se tratase de un yacimiento arqueológico. Es una ruina moderna que se trabaja de una manera casi museológica o escénica”, destaca el jurado.
La exposición Especies de Espacios, concebida por Frederic Montornés para el Macba, que recrea los 13 espacios privados y públicos por donde transcurre la vida de un individuo, según el libro homónimo del francés Georges Perec, consiguió el premio FAD de Intervenciones Efímeras, gracias al dispositivo espacial concebido por el estudio de arquitectura MAIO. Los arquitectos han conseguido transformar el aspecto del museo convirtiendo las salas diáfanas de techos altísimos en un ambiente claustrofóbico y laberíntico, donde las obras se ofrecen a la mirada desde múltiples y a menudo atípicas perspectivas. “Las habitaciones se despliegan con delicadeza y rigor y dibujan un espacio contemplativo, fluido, un lugar para dejar volar la imaginación”, considera el jurado.
El Mirador da Pedra da Rá en Riveira (A Coruña), realizado por Carlos Seoane, ha obtenido el Premio FAD de Ciudad y Paisaje, mientras que en su 3ª edición el FAD Internacional, que reconoce la arquitectura de calidad proyectada en la península Ibérica y construida en otros lugares del mundo, ha recaído en la transformación de un edificio histórico de Ciudad de México, a cargo de Eduardo Cadaval y Clara Solà-Morales, uno de los estudios catalanes presentes en la exposición central de la Bienal de Arquitectura de Venecia. Finalmente el Premio de Pensamiento y Crítica ha sido ex aequo por Sospecha de estiércol de Josep Llinás y el ensayo colectivo Fábrica de Bloques. Los proyectos finalistas de los FAD, juntos con los ADI de diseño industrial y los Laus de diseño gráfico y comunicación visual, que se entregarán el viernes, se exponen hasta el 30 de octubre en el DHUB, reunidos en la muestra El mejor diseño del año.
El FADfest brinda un gran banquete a la ciudad
Tiramos una tercera parte de los alimentos que producimos y tan solo la mitad sería suficiente para alimentar a toda la gente que pasa hambre en el mundo. Además producimos el doble de residuos que de alimentos y la forma en que lo hacemos es responsable de una cuarta parte de las emisiones de CO2. A partir de esos datos escalofriantes y de la conciencia que un mejor diseño podría reducir drásticamente los residuos y equilibrar los recursos, el FADfest centra en la sostenibilidad alimentaria su 6ª edición, Ensayo General: comida, emergencia sostenible y diseño, que se celebra hasta el domingo, en el Disseny Hub Barcelona (DHUB).
Hace años ya que el mundo del diseño apuesta por soluciones ecológicas, sostenibles y cada vez más democráticas. El diseño ha entrado en la vida cotidiana para mejorarla y el festival que lo celebra en todas sus vertientes, lo demuestra con un banquete multitudinario que ofrecerá a toda la ciudadanía el sábado. No solo será una comida para 900 personas, sino que los cocineros Ada Parellada y Sergi de Mellà—al frente de un ejército de 150 voluntarios— la elaborarán exclusivamente con alimentos que hubieran descartado particulares y restaurantes de los cuatro barrios que rodean la plaza de les Glòries. La recogida se hará en forma de rúas por los voluntarios de un evento en el que colaboran decenas de entidades y asociaciones. La problemática inherente al consumo y producción de alimentos se tratará en conferencias, debates y talleres para todos los públicos. Diseñadores de varias nacionalidades hablarán sobre la creación a partir de los excedentes, subproductos y residuos derivados de la producción de alimentos.
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