La Audiencia abre la puerta a los primeros permisos de Roca

Juan Antonio Roca, cabecilla de la trama de corrupción de Marbella juzgada en el caso Malaya, lleva en prisión 10 años y dos meses y nunca ha disfrutado de un permiso penitenciario. Ha sido condenado en firme en cinco ocasiones (la pena total suma 27 años, siete meses y 16 días) y ahora mismo se sienta en el banquillo de los acusados por otros dos casos. Está pendiente de otra sentencia en Málaga y de que el Supremo resuelva un recurso de nulidad presentado contra el fallo que lo penó en febrero pasado a tres años de reclusión en el conocido como Saqueo 2. Está implicado, además, en otros 110 procedimientos que ahora mismo están en instrucción.

Con este panorama, el tribunal que ejecuta la sentencia de Malaya ha atendido una petición de Roca, favorable para sus intereses, que aclara cuánto tiempo más permanecerá en prisión y allana el camino para que obtenga sus primeros beneficios penitenciarios: los jueces han acordado acumular las penas de las cinco sentencias firmes y fija en 20 años el máximo de estancia en la cárcel del exasesor de Urbanismo de Marbella. Este es el tope establecido tanto para las condenas que ya son firmes como para las que se impongan en el futuro.

Para autorizar esta “refundición” de penas, el tribunal que preside José Godino se ampara en el artículo 76 del Código Penal, que establece que el máximo de tiempo efectivo de cumplimiento de una condena no puede exceder el triple del tiempo que se imponga por el delito más grave, además de no sobrepasar los 20 años. En el caso de Roca, su delito más grave es el de blanqueo de capitales, por el que fue sentenciado a siete años de prisión en Malaya.

También acuerda la “conexidad temporal” de los delitos cometidos por Roca, otro requisito para la acumulación de condenas “en sentido favorable al reo”. Para apuntalar esta decisión, los magistrados recuerdan que todos los actos ilícitos por los que ha sido sentenciado el jefe de la trama corrupta de Malaya se cometieron cuando ejercía el cargo de gerente de Urbanismo de Marbella, entre los años 1991 y 2006. El tribunal da un paso más y considera en su auto que todos estos hechos se podrían haber enjuiciado en un mismo proceso “si los medios de la Administración de Justicia lo hubieran permitido”.

Esta Sala se ha declarado competente para resolver el tema de la refundición de condenas, planteado por primera vez por la representación legal de Roca hace ahora cinco meses, porque la sentencia de Malaya es la última firme que se ha dictado contra él. Con esta resolución se intenta poner orden en una operación “difícil” por la cantidad de casos pendientes y de órganos distintos que enjuician los delitos de Roca, un problema que “no es baladí” porque afecta a su situación penitenciaria.

Para poder obtener permisos y salir unos días de la cárcel, el centro penitenciario vincula ese beneficio tanto al pago de las responsabilidades civiles a las que ha sido condenado (hasta ahora ha abonado algo más de nueve millones de euros por este concepto) como a la “refundición” o “acumulación” de penas, con el objetivo de conocer con exactitud las fechas de cumplimiento. Es decir, se trata de un asunto “esencial” para el tratamiento penitenciario del interno. Los jueces recuerdan que se encuentra en prisión preventiva desde el 29 de marzo de 2006, el día que estalló Malaya.

Con este auto, pasan a un segundo plano las hipotéticas nuevas condenas de cárcel para Roca, ya que en ningún caso superará los 20 años de permanencia en prisión, pero la acumulación no afecta a las responsabilidades civiles que se puedan imponer en cada caso. Ahora mismo se sienta en el banquillo de los acusados por dos procesos en la Audiencia de Málaga, uno de ellos, el que afecta a la antigua parcela de Sean Connery en Marbella.