El Clínic descarta asumir los pacientes del Sagrat Cor por falta de espacio

La medida del consejero de Salud, Toni Comín, de echar de la red hospitalaria pública a tres hospitales con afán de lucro se ha topado con otro escollo. Aunque la expulsión de dos de las clínicas parece ya enfilada, falta abordar el complejo caso del Sagrat Cor (hospital de referencia para parte del Eixample barcelonés). El director del hospital Clínic de Barcelona, Josep Maria Campistol, desechó ayer una de las posibilidades para desprivatizar el vecino Sagrat Cor: el facultativo descartó un eventual traslado de pacientes del centro privado al hospital público por falta de espacio.

“Estamos muy comprimidos y no podemos asumir la actividad del Sagrat Cor dentro de las instalaciones actuales del Clínic”, zanjó Campistol. Según el facultativo, el hospital no tiene espacio para hacerse cargo de los 15.000 ingresos anuales que hace el Sagrat Cor. “Somos un hospital público y tenemos voluntad absoluta de colaboración con el Departamento de Salud pero no tenemos espacio”, apostilló.

Campistol aseguró que, ni aunque renunciasen a la actividad de su brazo privado Barnaclínic (que ocupa 16 camas dentro del centro público) tendrían espacio para los pacientes Sagrat Cor.

Con todo, el director del Clínic ya dejó claro que “no está sobre la mesa cerrar Barnaclínic”, aunque sí revisar el modelo de su institución de pago. Tal y como avanzó EL PAÍS hace un mes, la dirección del hospital está estudiando la posibilidad de trasladar Barnaclínic fuera del espacio físico del hospital público y cambiar su figura jurídica —ahora es una sociedad anónima— a una fundación privada sin ánimo de lucro.