La Sagrada Familia perforará el suelo de la nave central
Las obras de ampliación del museo obligan a desplazar el altar
Más obras en la Sagrada Familia, ahora en el subsuelo. El templo ampliará el espacio del museo y colocará calefacción radiante en el crucero de la nave central. Por eso, levantarán 200 metros cuadrados del suelo de la nave que pisan miles de turistas que podrán seguir visitándola. Lo que no harán es acercarse al altar porque esa es la zona afectada por los trabajos. Las obras se iniciarán en las próximas semanas y durarán unos siete meses aproximadamente. Se trata de la intervención más importante en el interior del templo desde su apertura, en noviembre de 2010, cuando el Papa consagró la basílica.
Unos trabajos que obligarán a desplazar el altar para la celebración de los oficios para lo que se está habilitando un espacio provisional —justo al lado y separado ya por biombos— en el que se ha colocado un bloque de piedra que será el altar provisional durante unos meses. Se trata de la primera fase de ampliación del museo, según concretaron portavoces de la Sagrada Familia, dentro de un proyecto más ambicioso qué podría abarcar todo el plano del templo.
El ir y venir de los turistas en el interior del museo de la Sagrada Familia no es, ni mucho menos, del calibre del hormigueo constante de personas que circulan por la nave central, las torres y la tienda. Según datos del templo, entre un 65 y un 70% de los visitantes van al museo. Pero la peculiar forma de ese espacio, en forma de I latina, dificulta el paso, especialmente en la parte más estrecha entre grandes maquetas de la obra de Gaudí. La zona que ganará el museo está situada frente a los talleres, una lengua de terreno que se horadará en paralelo a la cripta.
Los preparativos del museo para las obras son ya perceptibles y se ha cambiado de ubicación la gran maqueta polifunicular que ideó Gaudí para explicar la forma de la Sagrada Familia. Justo frente a esta, se ha levantado un cierre provisional para aislar la parte de la que se extraerán miles de metros cúbicos de tierra.
Lo que todavía no se ha decidido es qué se hará en el espacio que se gane, además de la posibilidad de reubicar fotografías, maquetas originales, bocetos, cuadros y muchos objetos —además de la sala audiovisual— que actualmente configura un espacio bastante abigarrado en el museo. La junta constructora del tempo no tiene hoy por hoy un proyecto museográfico definido, apuntan desde la Sagrada Familia. Por tanto, no se ha determinado la posibilidad de ampliar los fondos del museo con otras obras de Gaudí de la propia Sagrada Familia o de otras instituciones.
Recuperadas forjas de puertas de hierro de Gaudí en la nueva sacristía
Algunos objetos que ya estaban en almacenes del templo y en otras dependencias pueden verse desde hace dos semanas en el claustro, el espacio que rodea la nueva sacristía y en el interior de ella. Por ejemplo, un impactante trono portátil —una reproducción de 1943 de la pieza original de 1898— que antes estaba en el interior de la cripta y unos grandes candelabros originales, además de bancos, reclinatorios y sillas. En el interior de la sacristía —una zona que irradia luz por los grandes ventanales que la rodean— se han reconstruido unos forjados de puertas originales de Gaudí, parcialmente afectados por el incendio de 1936, que recubren un gran armario —para guardar las casullas— y otro para los objetos que se utilizan en la liturgia.
Las obras en el suelo del crucero de la nave central también abarcarán las escaleras del presbiterio que se rebajarán. Se trata de peldaños de cierta altura que se quieren suavizar para hacer más seguro el paso de los concelebrantes de los oficios hacia el altar. Un sube y baja de muchos sacerdotes, algunos de edad avanzada, que en ocasiones han trastabillado peligrosamente en los peldaños. Aunque sin llegar a caer.
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