La fiesta del papel

En tiempos de píxeles y bits siempre parece que la tinta, la fibra y el átomo están a punto de desaparecer, que lo digital barrerá definitivamente al papel pasado mañana (o esta misma tarde). Pero una tribu formada por irreductibles seguidores de los altos gramajes, del origami, del collage, de la impresión con tipos de plomo, de los dedos sucios de tinta, del olor a imprenta, en definitiva, del papel, parece decidida a resistir indefinidamente al embate tecnológico.

Si el pasado fin de semana los más papeleros se reunieron en la feria de edición independiente Libros Mutantes en La Casa Encendida, este jueves el Instituto Europeo de Diseño (IED, Larra, 14) celebra su iniciativa anual, el Día del Papel, entre las 16 y las 22 horas. Además de su sede otros espacios que albergarán actividades serán la librería Panta Rhei, el coworking de artesanos, diseñadores y artistas La Manual, la imprenta Depapel o la tienda vintage Almacén Alquián & Óptimo. Una celebración no solo del papel que se puede leer, sino también del papel que se utiliza para cualquier otra cosa.

El evento reúne diferentes talleres gratuitos sobre asuntos como el ecodiseño con cartón, el origami orientado a la decoración o las lámparas de papel. En las conferencias se tratarán temas como la cultura del fanzine y la autoedición, las claves para elegir un buen papel, el packaging en el sector de la cosmética y la perfumería, la tecnología y tradición en los acabados de imprenta o las más antiguas tradiciones papeleras que reivindica el proyecto pedagógico La Escuela de Papel.

Como colofón una mesa redonda titulada Papel vs. digital: el apocalipsis mil veces anunciado. En ella expertos como Gonzalo Golpe, Alberto Vicente, Laura Estévez y Rafael Conde debatirán sobre la continua amenaza que se cierne sobre el papel, pero que nunca llega a materializarse del todo. Muy al contrario, siguen apareciendo nuevas publicaciones en papel, géneros como el fotolibro y el collage viven momentos dulces, y el temido libro electrónico parece que no acaba de hacerse con el espacio dominante que muchos le profetizaban.