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El narco Leiro alegó ingresos de bateas para evitar la pena por blanqueo

Fletó el mayor alijo de la pasada década y que implicó a Marcial Dorado. El Supremo casa el fallo de Pontevedra con una multa de 2,9 millones y el decomiso de sus bienes

El histórico narcotraficante de Vilanova de Arousa, Roberto Leiro Santos, no se ha librado de la tercera condena derivada de sus negocios con el narcotráfico que se remontan a 1995. Las estrategias procesales para evitar su regreso a la cárcel y el decomiso de sus bienes no han convencido al Tribunal Supremo que ha confirmado la sentencia de la Audiencia de Pontevedra por la que Leiro tendrá que cumplir otros 5 años de prisión, también su mujer, y pagar una multa de 2,9 millones de euros.

En su apelación contra el fallo de Pontevedra, Leiro presentó justificantes de que el dinero que invirtió en abrir tres tiendas de ropa deportiva a nombre de su esposa -entre 1998 y 2000- era legal. Para justificar aquellos gastos pretendió convencer al tribunal de que sus fuentes de ingresos consistían en la explotación de dos bateas de mejillones, cuando la producción la vendía sin declarar a la Hacienda Pública.

“Lo cierto es que la argumentación del recurrente se basa en la mera posibilidad, sin acreditar la existencia de ventas por importes relevantes y sin tener en cuenta los gastos necesarios para la obtención de los ingresos ni tampoco los derivados del mantenimiento de la vida ordinaria de una familia”, acredita la sentencia.

“Es cierto que corresponde a la acusación acreditar los elementos del tipo delictivo. Pero también lo es que si la acusación dispone de pruebas consistentes, como ocurre en relación con los hechos enjuiciados, para que la absolución sea procedente es exigible que, al menos se haya suscitado una duda razonable. Y en el caso, los elementos manejados por [Leiro] no dan lugar a esa clase de duda y se basan en simples posibilidades”, puntualiza el fallo.

Tampoco convenció Roberto Leiro tratando de justificar el origen del dinero para comprar un coche de alta gama, ni el que empleó para la compra de un local comercial, entre otras inversiones que analiza la sentencia. “La entrega del precio del coche se hizo mediante transferencia, pero la mecánica de la misma se concretó en acudir con el dinero en efectivo al banco y efectuarla a favor del vendedor”, destaca el tribunal. Y añade que “nuevamente, la utilización de dinero en efectivo, dentro de su contexto, es indicativa de un dinero cuya procedencia se trata de ocultar.”

Respecto a la compra de un local comercial en Cambados, Leiro sostiene que el dinero invertido, aunque haya sido entregado por él, también en metálico, procedía de las retiradas del banco por parte de sus suegros, presuntos testaferros en la operación y condenados a tres meses de prisión.

Pero el tribunal no aceptó como argumento que estas retiradas de hasta 25.000 euros que comenzaron a realizarse tres años antes de la compra del bajo comercial estuvieran motivadas por “la poca confianza en los bancos”, por lo que no resulta creíble que “todo el dinero extraído se ocultara en la vivienda a la espera del momento de realizar un pago importante”, apostilla el tribunal.

El historial de Roberto Leiro se remonta a 1995 cuando fue detenido como responsable del mayor transporte de hachís de 36 toneladas apresadas en el puerto de Marín a bordo del pesquero Volga 1. La Audiencia Nacional le condenó por ello a 4 años y 6 meses.

En la segunda operación como jefe, Leiro ya había dado el salto al tráfico de cocaína y también se arriesgó con el mayor cargamento incautado en la pasada década, de 5,7 toneladas. El Supremo confirmó su condena de 13 años y 6 meses.

Detrás de Roberto Leiro también cayó Marcial Dorado que fue condenado a 10 años como cooperador necesario en esta operación. Dorado siempre defendió que accedió a venderle el barco Nautilus a Roberto Leiro sin saber que a iba a destinarlo a dar cobertura al trasvase de la droga en alta mar.

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