Detenidos cinco peligrosos atracadores cuando iban a asaltar un banco
Los ladrones llevaban abundantes armas y mucha munición, además de la orden de disparar a los policías y a los empleados
Cinco peligrosos atracadores de bancos han sido detenidos acusados de haber cometido en los últimos tres años al menos 11 robos a sucursales de la capital y de los alrededores. Los asaltantes, que empleaban gran violencia, llevaban potentes armas y municiones, además de haber acordado que dispararan a la policía y a los empleados en caso de que estos opusieran resistencia. Entre los arrestados, está Juan Carlos M. B., de 62 años, que mató en diciembre de 1996 a un policía nacional durante un atraco a una sucursal de Correos en Carabanchel.
La detención se produjo el pasado lunes 11 de abril cuando los ladrones estaban a punto de entrar en una sucursal bancaria de Bankia próxima a la calle de López de Hoyos, justo en un día en el que había bastante dinero en efectivo por el pago de pensiones. Los agentes del Grupo XII de Policía Judicial montaron junto con el Grupo Especial de Operaciones (GEO) un importante despliegue a las seis de la mañana para evitar que secuestraran al director de la entidad y le obligaran a abrir la caja fuerte.
25 atracos a bancos en 2015
El comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, José Luis Conde, ha explicado que en 2015 se produjeron en la región 25 atracos a bancos, de los que 21 ya han sido resueltos. Los otros cuatro están en investigación.
En lo que va de año, se han producido seis atracos, de los que cuatro ya han sido esclarecidos.
"El robo a esta sucursal ya lo habían intentado en otras ocasiones, pero lo desestimaron al ver que no las tenían todas consigo. Esta vez no pudieron ni moverse, porque enseguida les cayeron encima todos los agentes que se habían desplegado por la zona", ha comentado el comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial, José Luis Conde.
El grupo estaba formado por cuatro hombres, de entre 47 y 62 años, y una mujer, de 27. Esta se encargaba de vigilar el interior de la sucursal bancaria y comprobar todas las medidas de seguridad y de los trabajos y rutinas de los empleados. Los asaltos, según la policía, eran muy planificados y estudiados.
De los cuatro varones, uno era taxista y se dedicaba a llevar a los otros tres a la sucursal el día del atraco. Aparcaba el coche en las inmediaciones y se encargaba de asegurar la huida. Los otros tres son los que entraban en la sucursal. Para evitar ser descubiertos, se ponían mascaras de silicona, pelucas y barbas postizas. Sus medidas de seguridad eran tales que cambiaban el color de sus ojos mediante lentillas.
Después intimidaban a los empleados de la sucursal, a los que no dudaban en maniatar y esperar el tiempo necesario para esperar a la apertura de las cajas fuertes. En caso de que alguno se resistiera no dudaban en golpearle o pisotearlo. También habían dispuesto que, si se caía una de las caretas y alguien les veía, mataran a esta persona. Igual ocurría si alguien daba la alarma y acudía al lugar un coche patrulla. Tenían órdenes de matar a los policías. Otro de los detenidos también había sido arrestado por una tentativa de homicidio, al apuñalar a un vigilante de seguridad, según ha explicado la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa.
Jugadores de pádel
Uno de los detalles que centró más las investigaciones fue que, tras cometer los atracos, se iban a jugar al pádel. Uno de los testigos dio este dato a los agentes, ya que utilizaba unas zapatillas muy características. "También estaban acostumbrados a darse buenas comilonas", ha destacado el comisario Conde.
El jefe superior de Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díaz, ha destacado que se trataba de personas muy peligrosas que utilizaban potentes armas, como revólveres del calibre 38 y pistolas del 9 milímetros parabellum, cargadas con balas blindadas. Estas son capaces de traspasar los chalecos antibalas.
Fernández Díaz ha explicado que la cantidad total de sus robos asciende a 200.000 euros. Solo en 2015 cometieron ocho atracos y en uno de ellos la cantidad sustraída ascendió a 150.000 euros. El jefe superior ha destacado que estaban preparando otro golpe por el procedimiento del butrón.
"Como han pasado bastante tiempo en prisión, se han podido perfeccionar en sus métodos delincuenciales", ha ironizado el comisario Conde. En los registros a sus domicilios, la policía ha decomisado cuatro armas de fuego, útiles para disfrazarse y numerosos teléfonos móviles.
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