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San Sebastián reúne 15.000 botas de agua para los refugiados

La capital cultural europea se vuelca en la ayuda a los huidos de la guerra

Mikel Ormazabal
Una montaña de botas de agua se apilan en San Sebastián antes de su envío a los campamentos de refugiados.
Una montaña de botas de agua se apilan en San Sebastián antes de su envío a los campamentos de refugiados.JAVIER HERNÁNDEZ

Una montaña con 15.000 pares de botas de agua, calzado de montaña, zapatillas... ha ocupado este domingo la explanada del Museo San Telmo de San Sebastián y se enviará en los próximos días a los campamentos de refugiados. La iniciativa solidaria #DesafíoKatiuska se ha resuelto con un éxito imprevisto para sus organizadores, los trabajadores de Donostia Kultura.

Un montón desordenado de botas formando un círculo en medio de la plaza donostiarra ha simbolizado el desorden que sufren los huidos de la guerra. A un lado, en cambio, 18 pares de zapatos perfectamente colocados, como muestra de los 18 refugiados que oficialmente han sido acogidos por España desde que estalló la crisis humanitaria.

San Sebastián, que este año ejerce como capital cultural europea, ha querido de esta manera expresar su solidaridad con los refugiados que han escapado de Siria y a los que se está impidiendo su entrada en Europa. El llamamiento ha encontrado una respuesta "extraordinaria", ha asegurado la directora de San Telmo, Susana Soto: "Estamos desbordados".

Cuidadanos entregan calzado para su envío a los refugiados.
Cuidadanos entregan calzado para su envío a los refugiados.JAVIER HERNÁNDEZ

La campaña de recogida de botas de agua (conocidas popularmente como katiuskas) ha encontrado la colaboración de otros ayuntamientos guipuzcoanos, empresas, colegios, la universidad... hasta reunir un total de 15.000 pares de calzado que los socorristas de Zarautz se encargarán de hacer llegar hasta los campamentos de refugiados.

"Me parece una iniciativa maravillosa. Todo lo que se haga es poco. No sé si conseguiremos mucho porque hace falta impulso político, pero todo suma. Granos de arena termina haciendo una montaña", opina una mujer que se ha acercado a la explanada del museo con su "pequeña contribución" solidaria. Otra mujer, dueña de una zapatería, ha entregado material "sin estrenar" y se declaraba "impresionada y emocionada" por el resultado de la campaña.

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Mariaje Torres, de Donostia Kultura, da un "sobresaliente" a la ciudadanía y recuerda el motivo de esta iniciativa: "No estamos de acuerdo con las decisiones de los gobiernos de la UE. No parece muy normal que seamos incapaces de acoger a estas personas en nuestros países". Y Pablo Berastegui, director de San Sebastián 2016, sostiene que "lo importante es tomar conciencia colectiva de que podemos hacer mucho. Es una gota en el océano pero el océano ya es distinto. La suma de pequeñas cosas suponen cambios importantes".

Las botas que ahora viajará a Lesbos y otros campamentos llevarán dentro escritos y mensajes de apoyo a los refugiados. "Mediante esta pequeña acción se conseguirá secar y calentar muchos pies y evitar enfermedades. Pero el objetivo principal de esa acción es mostrar apoyo a las personas que huyen de la guerra y denunciar una situación que nunca pensamos que Europa volvería a vivir, así como mostrar rechazo a la actuación de Europa", afirman los responsables de #DesafíoKatiuska.

Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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