Arte en el portal
El Centro de Arte Dos de Mayo exhibe murales cerámicos de finales de los cincuenta rescatados por Patricia Esquivias
Deje de mirar la acera sobre la que pisa y alce la vista hacia la ciudad. Patricia Esquivias lo hizo y encontró algunos prodigios que otros no llegamos a ver. En concreto, en los balcones del edificio de Castellana 111-119, la artista hispano-venezolana avistó unos llamativos murales cerámicos de finales de los cincuenta, cuando fue construido, y empezó a fotografiarlos desde lejos. Se fue acercando, conoció a los porteros y visitó e incluso fotografió algunos de ellos haciéndose pasar por una posible compradora de inmuebles.
En estas piezas de arte rescatadas de domicilios particulares se basa buena parte de la exposición A veces decorado, que se puede ver en el Centro de Arte Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid hasta el 5 de junio. Desgraciadamente, muchos de estos murales, que protagonizan motivos de diferentes ciudades europeas, van desapareciendo cuando los propietarios van cerrando las terrazas en las que se encuentran. Esquivias ha rescatado algunos: uno ha sido cedido a CA2M a cambio de que le abonasen lo que le costó recuperarlo (unos 500 euros). Al lado del mural se ve el intercambio de cartas entre la artista y Manuel Segade, director del centro, donde ella le cuenta su hallazgo y él se compromete a conservarlo en la colección del museo. Las cartas y la historia ahora también forman parte de la obra, titulada Mural recuperado Manuel S. Mozelún, 1958.
Aquí se visibiliza la obra de artistas como Amadeo Gabino, Manuel S. Mozelún o Ramón Vázquez Mozelún (se ven algunos dibujos suyos en la muestra), que dedicaron parte de su carrera a las artes decorativas, no tan reconocidas como otras disciplinas artísticas. “Propongo, además, salir a la calle y mirar las cosas de otra manera, fijarnos en esas cosas que se nos escapan”, dice la artista. “Y ver la historia a través de esas cosas”. Y es que los murales datan del desarrollismo franquista, cuando el avance económico tiró de la sociedad y trajo algo de optimismo y el primer paso hacia la modernidad. “Me impacta que cuando se construyeron estos edificios estuvieran rodeados de prados y pastores”, dice Esquivias. Aquí se hace patente la idiosincrasia de esa época, como en la colección de fotografías que la artista ha recopilado de portales de viviendas burguesas decoradas con murales, esculturas y otras obras artísticas pensadas para la cotidianidad.
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