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Las zonas de Barcelona con exceso de contaminación se doblaron en 2015

El aumento del tráfico provoca que en 12 de las 30 estaciones de control del área metropolitana se incumpla la legislación europea

Tras varios años de caídas, la contaminación atmosférica volvió a repuntar el pasado año, sobre todo en el área metropolitana de Barcelona, la zona más afectada por la polución de Cataluña y por la que la Unión Europea lleva años amenazando con fuertes sanciones a la Administración si no se toman medidas para revertir la situación. Si en 2014 seis de las treinta estaciones de municipios del Barcelonés, el Baix Llobregat y el Vallès Oriental y Occidental, superaron el máximo de 40 microgramos de dióxido de nitrógeno (NO2) por metro cúbico de media anual permitido por la UE, en 2015 fueron 12 los puntos de control que incumplieron la directiva europea, sobre todo por la circulación de vehículos diésel, principal foco de emisión de este contaminante.

Imagen de Barcelona con una nube de contaminación.
Imagen de Barcelona con una nube de contaminación.albert garcia

Los vecinos de la capital catalana fueron los que más sufrieron el repunte de la contaminación. De las siete estaciones que miden este contaminante, en cuatro de estas se incumplió la directiva europea. Las que registraron los valores más altos fueron la de L’Eixample (56,34 microgramos de NO2 por metro cúbico de aire), situada en el cruce de la avenida Roma y la calle de Urgell, y la de Gràcia-Sant Gervasi (54,5), en la plaza de Gal·la Placídia.

Además de en Barcelona, en Sant Andreu de la Barca, Martorell, Terrassa, Sabadell, Barberà del Vallès, Santa Perpetua de Moguda, Mollet, Montcada i Reixac y Badalona, se superaron los valores marcados por la UE.

Desde su entrada en vigor en 2010, la zona de Barcelona y sus alrededores ha incumplido sistemáticamente la directiva europea de concentración de NO2, un gas que, según la Agencia de Medio Ambiente de la UE, provoca cada año más de 25.000 muertes prematuras en España, 430.000 en Europa. La Generalitat mide este contaminante desde 2005, cuando apenas un 30% de las estaciones de las ZQA1 y ZQA2 no superaron los 40 microgramos de media anual. La contaminación fue estable hasta que la recesión económica la hizo caer. La caída de la actividad económica, traducida en una menor actividad industrial y la reducción del tráfico terrestre, había hecho caer la polución. Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, fue en 2010 cuando el número de vehículos que circula por la ciudad comenzó a caer. Actualmente, informan desde el consistorio, el volumen de tráfico es un 5,3% menor que hace un lustro.

Pero con la llegada de los primeros visos de recuperación económica la polución ha vuelto a repuntar casi un 10%, según los datos de las estaciones de control de la Generalitat recopilados por EL PAÍS. “Los niveles de contaminación están relacionados con la actividad económica. Seguro que el repunte de la polución es consecuencia del aumento del uso de vehículos privados”, asegura Xavier Querol, investigador del CSIC.

Querol recuerda que desde 2005 “la concentración de NO2 se redujo en Cataluña un 40% por la crisis económica”. Pero con la llegada de la recuperación económica los niveles repuntarán y los problemas volverán, sobre todo por el aumento de vehículos que circulan por la carreteras. “La mejor manera de mejorar la calidad ambiental es reducir el número de coches, o bien ampliar el parque de vehículos eléctricos”.

El aumento de la polución es un varapalo para la administración catalana, que desde hace años tiene la amenaza de la Comisión Europea de imponer sanciones millonarias si no se toman medidas para reducir la contaminación. La última en julio del año pasado, cuando mediante una carta, la CE advertía de que el plan para mejorar la calidad ambiental presentado por la Generalitat en 2014 no era suficiente para acabar con un problema “persistente y continuado”.

El Gobierno catalán ha anunciado desde entonces diferentes medidas para reducir el tráfico o incentivar el uso de vehículos menos contaminantes como retirar las bonificaciones en los peajes a los vehículos diesel y crear un impuesto para los que más contaminan. Paralelamente, los municipios del área metropolitana de la capital se han unido para tratar de consensuar medidas para reducir la polución. Desde el AMB anunciaron a finales de enero la intención de prohibir la circulación de los vehículos con más de 20 años de antigüedad a partir del 2018, lo que equivaldría al 4% de los que circulan actualmente, según cálculos del propio Gobierno metropolitano.

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