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El modelo cultural de Colau provoca el rechazo unánime de la oposición

El plan del Ayuntamiento quiere acabar con la “dependencia institucional” del sector

Concierto en la plaza de la Catedral durante la Mercè, fiesta que el Consistorio quiere descentralizar
Concierto en la plaza de la Catedral durante la Mercè, fiesta que el Consistorio quiere descentralizarD. LLOBET

Será porque en el programa electoral de Barcelona en Comú a la cultura no se le daba mucho protagonismo; porque en el organigrama del Ayuntamiento de Ada Colau la cultura tiene rango de comisionado y no de concejalía, o porque desde que gobiernan se ha acusado a los dirigentes municipales de falta de política cultural para Barcelona; ayer, en la Comisión Extraordinaria de Derechos Sociales, Cultura y Deportes, exigida unánimemente por la oposición, se evidenció la distancia que separa las tesis del equipo de gobierno, representado por el teniente de alcalde Jaume Asens, y el resto de los grupos políticos.

Asens presentó el documento Hacia un cambio de modelo: culturas de Barcelona y salió al paso de las críticas generalizadas por la “inconcreción” de la propuesta. Algo que, hasta cierto punto, admitió: “El informe no es lo suficientemente detallado, menos de lo que querríamos. Es una hoja de ruta de hacia dónde va el modelo. Y no está cerrado”.

Y el modelo, según desgranó Asens, está dirigido a coser las desigualdades, a acercar la oferta a los barrios, a la “democracia cultural” y a reivindicar la cultura como “algo que no solo pasa en el Liceo sino también en los ateneos populares”. En el breve documento presentado, que recoge 14 ámbitos, deja claro en la introducción que el Ayuntamiento quiere acabar “con la alta dependencia institucional de la cultura” y que ésta tenga “un retorno social y no productivo”.

Ni la exposición que hizo el teniente de alcalde ni el contenido del informe gustó nada a los grupos de la oposición que, además, le criticaron de forma unánime sus ausencias en los debates y la falta de respuesta a las preguntas que formulan. Jaume Ciurana (CiU) fue muy crítico con la propuesta de Asens: “Es una aproximación a la cultura llena de vaguedades, sin partidas presupuestarias, desequilibrada y parcial, además de contradictoria. Tenemos la sensación de que se está empequeñeciendo la cultura. La han jibarizado”. Ciurana tildó al gobierno de Colau de ser “conservador a saco” en proyectos culturales como el de los anillos para la fachada de Amat en el Liceo.

Las primeras actuaciones

BAM. El festival Barcelona Acció Musical (BAM) será un espacio desde el que se desplegarán las políticas musicales con la voluntad de extender temporal y geográficamente la música en vivo por toda la ciudad.

Cultura y Educación. Se redactará un Plan de Cultura y educación para hacer que las artes, la creatividad y la cultura están presentes en el sistema educativo.

Cultura de proximidad. Se está revisando con los Distritos los proyectos que han de recibir el soporte municipal. Se destacan las fábricas de creación, el Arnau, la Fabra i Coats y el Canódromo.

Grafitis y arte urbano. Con el objetivo de normalizar la práctica del arte en el espacio público y generar un espacio de análisis entorno al fenómeno de los grafitis.

Mercè. El documento apunta que está trabajando en la descentralización y redistribución de los escenarios de la Mercè y apunta al eje del barrio del Besòs.

Plan de Memoria Histórica. Creación de una red de entidades memorialistas y un portal de la memoria, señalización de lugares y llevar las políticas de memorias a los barrios y al ámbito escolar.

Procesos participativos. Están en marcha procesos participativos para cubrir la dirección de equipamientos que tiene su dirección en fase de concurso: Centre d'Art Contemporani de Fabra i Coats, La Virreina, Museo Picasso, Grec, Mercat, Born y Museo de las Culturas.

Sónar y Primavera Sound. El Ayuntamiento está rehaciendo los convenios con la organización de estos festivales para que sean acontecimientos musicales descentralizados, también temporalmente.

Marilén Barceló, regidora de Ciutadans (C’s), le recriminó que la cultura “no es un plan” y criticó que el gobierno de Bcomú se haya propuesto “acabar con la marca Barcelona y sustituirla por la memoria participativa”. Barceló echó en falta más concreciones “no tantas ideas difusas”. Esa ausencia de objetivos claros fue una de las argumentaciones del regidor de Esquerra Republicana, Juanjo Puigcorbé: “Se puede estar de acuerdo en parte del diagnóstico, pero ustedes insisten en los procesos participativos y si no se tienen las cosas claras el resultado será muy ambiguo”. “Barcelona es más que una ciudad, es la capital cultural de un país y de eso no hablan”, añadió. El regidor republicano cargó contra “el desballestamiento de la estructura cultural del Ayuntamiento” que, según él, han realizado al dividir el área de Cultura en dos.

Por su parte, Daniel Mòdol, del PSC, aseguro que detrás de tanta participación “se esconde falta de iniciativa o miedo a la institución municipal y a las políticas que deben emprender”; reivindicó el papel de los equipamientos para superar la crisis y denunció que mientras el Ayuntamiento cofinancia infraestructuras con la Generalitat, como la Línea 9, en cambio, no completa el Plan de Bibliotecas. No dejó pasar la oportunidad de recordar que, igual que a CiU le obsesinaba el 1714, ahora la obsesión es la Memoria Histórica: “No puede ser el centro de las políticas del ayuntamiento". Àngels Esteller, del PP, calificó la comisión de "clandestina" (se celebró a media tarde) y aseguró que el documento era más propio del comienzo de una legislatura que no de ocho meses de gobierno.

Tras el aluvión de críticas, Assens elevó el tono denunciando que el Ayuntamiento ha tenido que hacer frente al mantenimiento de equipamientos abandonados por el Estado y la Generalitat, y enumeró proyectos en marcha como el de la Biblioteca Provincial, “que está más cerca que nunca tras desencallarse el tema”; el archivo de Carmen Balcells que se instalaría en la ciudad —si bien el compromiso del Ministerio es solo enviar una copia digitalizada— y en cuanto al museo del Hermitage aclaró que están a favor, "siempre que no cueste dinero y se resuelvan los problemas de movilidad" que plantea su ubicación en el puerto. No aclaró si el Ayuntamiento realmente quería comprar el Principal y la Foneria de Canons de la Rambla o mintió a ERC para tener su apoyo y aprobar el plan de inversiones.

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