Betoret libra a Camps de declarar como testigo en el juicio de Gürtel

El expresidente valenciano Francisco Camps no tendrá que comparecer este martes como testigo en el juicio del caso Gürtel. Rafael Betoret, antiguo subordinado suyo como jefe de gabinete de la Consejería de Turismo y acusado en el proceso, ha desistido a última hora de este lunes a llamarlo a declarar, con lo que el exjefe del Consell se ahorrará el mal trago de volver a la sala en la que fue juzgado y absuelto en el caso de los trajes hace cuatro años.

El gesto de Betoret ha causado sorpresa en el Tribunal Superior de la Comunidad Valenciana, que juzga desde junio la pieza del caso Gürtel centrada en las adjudicaciones para el montaje del pabellón autonómico en Fitur que la red de Francisco Correa obtuvo entre 2005 y 2009, por cinco millones de euros, cuando Camps presidía la Generalitat.

Como el testigo solo fue llamado en su día por Betoret, no hay nada que el resto de partes puedan hacer ahora para que la citación se mantenga. Si hubiera llegado a comparecer, en cambio, todas las acusaciones y defensas habrían tenido la oportunidad de interrogarlo.

En septiembre, Betoret, para quien la fiscalía pide 11 años de cárcel y 38 de inhabilitación, fue duro con el expresidente. Al rememorar ante el tribunal su confesión como autor de un delito de cohecho impropio por haber aceptado trajes de la trama de Correa, el mismo delito que se imputaba a Camps, Betoret responsabilizó al exjefe del Consell. 

"Engañado vilmente"

“Yo me conformé -asumir la culpabilidad antes del inicio de un juicio- porque mi abogado me dijo que iba a ser mucho más barato hacerlo que ir a juicio. Me engañaron vilmente porque me dijeron que había un acuerdo para que todos los acusados lo hiciéramos. Me negué hasta el último momento. Firmé porque el señor presidente de la Generalitat me dijo que firmara”, dijo entonces Betoret.

Dos años antes, el antiguo jefe de gabinete de Turismo, ya había señalado hacia Camps en el recurso que presentó contra su procesamiento. Según dijo entonces, la "empatía" que sintió hacia Álvaro Pérez, El Bigotes, delegado en Valencia del grupo de Correa, no solo se debió a que este fuera un "encantador de serpientes". Pesó también, agregó la defensa de Betoret, el "conocimiento generalizado de que el citado [Pérez] gozaba de una estrecha amistad y de toda la confianza del presidente de la Generalitat", Camps, "lo que le convertía en un interlocutor totalmente fiable".

¿A qué ha respondido el paso atrás dado ahora por Betoret? Fuentes del procedimiento señalan que, en realidad, el ex jefe de gabinete podía perder más que ganar con la comparecencia del expresidente. En su condición de testigo, Camps podía haber hecho poco para exonerar a Betoret, pero su declaración podía haber complicado más su situación.

Como consecuencia de la condena en el caso de los trajes, una de las ramificaciones de Gürtel, Betoret tiene antecedentes penales por haber aceptado regalos de la red de Correa. Unos obsequios que según sentencia firme eran "realizados con el fin de ganarse la amistad, el mejor trato y el favor de algunos funcionarios públicos y autoridades con importantes responsabilidades en altas instituciones y organismos de la Comunidad Valenciana".

Grupo de empresas

Las dos administrativas que han declarado este lunes en el juicio han afirmado, por su parte, que para ellas Orange Market y el resto de sociedades de la trama que facturaron a la Generalitat por el montaje del pabellón de la Comunidad Valenciana en Fitur eran lo mismo. No hacían diferencias entre unas u otras, han señalado, respaldando la tesis de la fiscalía y de los socialistas valencianos de que las empresas de Gürtel actuaban como un grupo empresarial, extremo que niegan Correa y sus subordinados.

Han declarado igualmente los escoltas de la exconsejera de Turismo Angélica Such, que han negado haber observado irregularidades o trato de favor por parte de la también exdiputada hacia la empresa de Pérez.