¿Qué pasa en la EMT?
El autor sostiene que el PP no puede echar en cara a Manuela Carmena la situación de la EMT, ya que fue Ana Botella la que inició los recortes en el servicio municipal
Hace unos días leíamos unas declaraciones de Esperanza Aguirre exigiendo al Ayuntamiento de Madrid una renovación urgente de la flota de autobuses. El nivel de cinismo al que puede llegar la derecha municipal, no tiene límites. Los responsables directos del envejecimiento y deterioro de la flota y el servicio en la EMT, ahora no solo no callan avergonzados, sino que, además, señalan con el dedo a los recién llegados para que resuelvan, de inmediato, la situación desastrosa que se han encontrado. Los mismos que decidieron que la edad máxima de los autobuses de Madrid tiene que pasar de los 12 a los 15 años y que, además, durante varios años han dejado de comprar autobuses, los mismos que han rebasado la línea roja de 9 años de edad media de la flota, los mismos que decidieron pasar de 2.200 autobuses en 2010 a 1.900 en 2015, ahora dicen que es urgente una renovación.
Si miramos otro aspecto del deterioro, el más perceptible por el vecino de Madrid, y me refiero ahora al servicio que se ofrece al ciudadano. Los “destructores” no se han quedado tampoco cortos. De modo sostenido, desde octubre de 2010 a noviembre de 2013, retiraron 734 vehículos de la calle y redujeron 7.481 horas de servicio. ¿Cómo no lo va a notar el viajero en sus larguísimos tiempos de espera en las paradas?
Durante años hemos seguido el proceso y lo hemos denunciado dónde hemos podido, hasta el punto de que, al desenmascarar como cómplices a Consorcio y Ayuntamiento en este auténtico saqueo, dejaron de disimular y eliminaron, de un plumazo, líneas enteras o el servicio de buhometro, por poner algún ejemplo.
No sé si se valora el hecho de que, durante los últimos años, los sindicatos de la EMT nos hemos movilizado con más fuerza para defender a la empresa y el servicio que se presta a los madrileños y madrileñas, que por reivindicaciones salariales. La complicidad y el trabajo conjunto entre trabajadores de la EMT y vecinos de los barrios afectados, cuando en 2013 se eliminan de golpe 11 líneas (Búhometro) y se reduce drásticamente el servicio en otras líneas universitarias, es solo un ejemplo de lo que ha sido nuestra acción, nuestro compromiso y nuestra responsabilidad durante los oscuros años de gobierno municipal del PP.
Es una decisión política mal intencionada llevar a la flota de autobuses a un envejecimiento y deterioro sin precedentes; es otra decisión política malintencionada el deterioro del servicio y la alteración de las frecuencias y, si a esto sumamos el enorme incremento en las tarifas que se produjo en 2012, solo lo podremos explicar desde la intención descarada de cargarse el transporte público en Madrid. A un descenso en la demanda muy moderado, y seguramente producido por la crisis, se respondió encareciendo el servicio y deteriorándolo. Han traicionado hasta su mentalidad mercantil, respondiendo a un pequeño descenso en la demanda con un encarecimiento del producto, al mismo tiempo que reducían la calidad. ¡Absolutamente demencial!
No voy a extenderme mucho más con cifras y datos, pero han reducido el patrimonio neto de la EMT, de 2010 a 2015, de 299,7 millones de euros a 206,1 millones. El máximo endeudamiento alcanzado por la EMT en 2011 se eleva hasta los 291,2 millones (era obligación del Consorcio asumir esta deuda). Se reducen permanente las aportaciones anuales del CRTM que no solo pasa de tarifa de equilibrio por viajero a tarifa de equilibrio por kilómetro , sino que, además, se fija un máximo absolutamente insuficiente y se va reduciendo año tras año. Los que deterioran el servicio, además deciden incluir en el acuerdo unos índices con sus correspondientes penalizaciones, para asegurar ciertos niveles de “calidad”. Y la señora Botella lo permitió.
El Ayuntamiento de Madrid ha ido firmando con el Consorcio acuerdos en contra de sus intereses, no ha reclamado el cumplimiento de los compromisos económicos del CRTM (tal y como denuncia el interventor en su informe anexo al Plan Económico y Financiero de la EMT), ha permitido el envejecimiento y deterioro de la flota y el servicio, y ahora pretende dar lecciones y dictar la hoja de ruta al Ayuntamiento de Manuela Carmena.
Han dejado una EMT con su patrimonio mermado y endeudada, y el desastre no ha llegado a niveles extremos porque los trabajadores y las organizaciones sindicales no se lo hemos permitido. Desde aquí, también mi agradecimiento personal a la Ex concejala socialista Ruth Porta y su poco reconocida labor en el Pleno municipal, en la Comisión de Medio Ambiente y Movilidad y en el Consejo de Administración de la EMT. Seguro que la señora Botella aún sigue escuchando el eco de su voz en sus peores pesadillas.
Me dejo aún muchas cosas: desde el recuento de movilizaciones, hasta el modo en el que se ha exprimido a mis compañeros y compañeras en su trabajo diario para “tapar” los enormes agujeros que se han ido produciendo en las frecuencias. Hemos luchado como leones, y por eso la EMT aún es recuperable. Pero que no nos vengan ahora dando lecciones o intenten vendernos sus bondades.
Yo solo soy un conductor de autobús y Secretario General de UGT en la EMT, pero no tengo la menor duda al calificar de incompetentes a los últimos gestores de la EMT, pero siempre mirando detrás de estos gestores la intención torcida de los responsables políticos del Partido Popular, que han intentado hacer daño a la EMT y al pueblo de Madrid.
Ahora, la señora Cifuentes y la señora Aguirre, para mí están absolutamente descalificadas para hacer cualquier tipo de crítica y menos aún para proponer soluciones. Sus antecesores no se han cargado la EMT porque no les hemos dejado, pero lo han intentado a conciencia. Y esto es así sin gradualismo ni relativismo alguno. Espero haberme explicado bien.
Juan José Castañeda Soriano es secretario general de UGT en la EMT
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