Barajas resurge gracias a las líneas de bajo coste y a las nuevas rutas
El aeropuerto madrileño encadena 22 meses consecutivos de incremento de viajeros
El aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas ha encontrado en las líneas de bajo coste y en las nuevas rutas, especialmente a Asia, las claves para su recuperación. En noviembre encadenó 22 meses consecutivos de incremento de viajeros y a faltar de contabilizar diciembre, registró un crecimiento del 8,5% con respecto a 2013. Ha vuelto a marcar diferencia con el aeropuerto de Barcelona-El Prat para consolidarse como el aeropuerto español líder. Los expertos consideran la salida de la crisis económica, la recuperación del turismo nacional y la bonificación en las tasas aeroportuarias las causas de la mejora.
De “Barajas es el aeropuerto europeo con mayor caída de pasajeros” a “Barajas se consolida como el primer aeropuerto español”, entre estas dos afirmaciones han transcurrido menos de dos años. Detrás de ellas se esconden 19 meses de declive, mantenimiento y crecimiento. Durante ese recorrido, Barajas tuvo que superar haberse convertido en el aeropuerto europeo con mayor descenso de tráfico: perdió 10 millones de viajeros entre 2012 y 2014. “El 2013 fue la tormenta perfecta. Fue el impulso que necesitábamos para volver a crecer”, asegura Carlos Chaguaceda, director general de Turismo de la Comunidad de Madrid.
El mercado asiático se alza como el gran objetivo
El aeropuerto madrileño cuenta ya con dos destinos asiáticos: Seúl, con la compañía Korean Air, y Pekín, con Air China. El próximo 28 de diciembre se inaugura la conexión con Hangzhou, en una de las provincias más pobladas de China. En total, Madrid tendrá 10 vuelos semanales con esta región asiática. “Todavía estamos muy lejos de los 300 vuelos semanales que salen desde París”, considera Carlos Chaguaceda, director general de Turismo de la Comunidad de Madrid, “pero estamos en la buena dirección, en la de aumentar la conectividad con estos mercados emergentes”.
La idea del grupo de trabajo de nuevas rutas es crear una marca Madrid que atraiga a un determinado tipo de turista. “Antes la debilidad de Madrid era que no tenía playa, ahora es su fortaleza. Porque no estamos interesados en el turismo masificado de sol y playa, sino en un perfil que viene atraído por el patrimonio cultural, por la gastronomía, los museos, los parques nacionales de la región... Un turismo urbano que encarna a la perfección, por ejemplo, el visitante chino”, razona Chaguaceda. Este perfil de turismo incluye una mayor capacidad de gasto. “Trabajamos con Aena para aumentar la conectividad con estos mercados: China, Japón, Estados Unidos y México”.
Para esta misión son necesarias las nuevas líneas asiáticas e Iberia que conecta Madrid con el gran mercado iberoamericano, según explica el presidente de la Cámara de Comercio, Carlos Prieto.
En agosto de 2013 se produjo el temido sorpasso aéreo: el aeropuerto Barcelona-El Prat superó al de Barajas en número de pasajeros con 103.000 usuarios más. Una diferencia reñida —el total de viajeros eran casi cuatro millones para ambos aeropuertos— pero ilustrativa. En julio de 2009, Barajas superaba al Prat en más de 20 millones de pasajeros.
Los expertos declaraban hundido el aeropuerto madrileño. Se puso en duda la rentabilidad de la T4, la ampliación de Barajas que costó alrededor de 6.200 millones de euros e incluía una nueva terminal y dos pistas de aterrizaje. Las instalaciones estaban, pero no había viajeros.
“El 50% del turismo de Madrid es nacional que es donde se sufrió la parte más dura de las crisis. El aeropuerto perdió la mitad de sus teóricos clientes”, razona Chaguaceda. La caída del consumo español unida a la crisis que atravesaba Iberia, sometida a un proceso de reestructuración —perdió el 17% de sus viajeros de 2012 a 2013 y era la única que operaba en la T4— llevaron al aeropuerto a menos del 60% de su capacidad. Las líneas de bajo coste, que estaban salvando las cifras del aeropuerto de El Prat y se alzaban como el nuevo motor aéreo europeo, huían de Barajas por el elevado precio de sus tasas. “Estas tasas no son competitivas. No podemos volar con compañías low cost y nuestras rutas son más caras. Estamos limitados”, dijo en octubre 2013 el portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria.
La presión de la Comunidad llevó a Aena a anunciar apenas días más tarde la bonificación de hasta el 100% en las tasas para las nuevas rutas. E iniciar así el camino hacia la recuperación, basada en las nuevas rutas y las líneas de bajo coste. La primera compañía que inauguró la efectividad de estos dos factores fue la escandinava Norwegian. Esta empresa low cost abrió el cielo hacia los países nórdicos con vuelos directos desde 30 euros.
“Hubo un momento en el que caímos en una espiral negativa en la que todo iba mal: cayó el número de turistas, las compañías dejaron de ser rentables y se cerraron líneas. A partir de ahí empezamos a tomar medidas como la promoción y la búsqueda de nuevas rutas que son las que fructifican ahora”, reflexiona el director general de Turismo sobre los resultados actuales. “Barajas todavía no ha tocado techo, al contrario, tiene capacidad para muchos más viajeros. Es uno de los aeropuertos más grandes y modernos de Europa. Falta mucho por aprovechar”, explica Antonio Gil, presidente de la Unión Empresarial por la Promoción Turística de Madrid.
En esta mirada al futuro todos los expertos coinciden en que los mercados emergentes son la clave del crecimiento. Desde China o Japón a todos los países Iberoamericanos. “Hay que recuperar la antigua ruta de la seda que viajaba de Oriente hasta las Américas. Madrid y Barajas tienen que ser el centro de esta conectividad. Ahí está nuestro futuro”, asegura Carlos Prieto, presidente de la Cámara de Comercio de Madrid, uno de los entes que forma el grupo de trabajo sobre nuevas rutas del aeropuerto.
Para lograr la consolidación de Barajas como centro de conexión, potenciando el hub [dispositivo para compartir la red de datos] formado por Iberia y Air Europa, las administraciones confían en la promoción turística exterior. “Todavía no se han llevado a cabo grandes acciones promocionales. Madrid es un destino turístico sin conocer, en el que hay que trabajar para ponerlo en el mapa mundial, ese es el desafío actual, el que permitirá que Barajas no deje de crecer”, considera Gil. “Es necesario que en Nueva York o en Pekín sepan que tenemos los grandes museos, la Gran Vía, los espectáculos... Porque a partir de ahí saldrán nuevas rutas. Todo se centra en la promoción, especialmente en la de los mercados chino, japonés y latinoamericanos”, añade.
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