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La alerta por contaminación reduce la masiva visita al centro

Tradicionalmente, la capital vive durante los festivos que rodean el Día de la Constitución las jornadas de mayor afluencia de turistas de todo el año.

F. Javier Barroso

Tradicionalmente, la capital vive durante los festivos que rodean el Día de la Constitución las jornadas de mayor afluencia de turistas de todo el año. Decenas de miles de personas se acercan a Madrid a comprar regalos y a adquirir la lotería del sorteo de Navidad. En esta ocasión también se notó, sobre todo en el centro, que registró una gran afluencia de visitantes, aunque resultó menos masiva que en años anteriores. Algunos comerciantes lo achacaban a las restricciones de tráfico impuestas por el Ayuntamiento debido a la alta contaminación. Muchos conductores creyeron que estaba prohibido estacionar en el centro, cosa que no era cierta, para disgusto de los dueños de las tiendas que no vieron cumplidas sus expectativas.

“Disculpe, ¿por qué hay tanta gente esperando delante de ese comercio?”. Quien pregunta es Marc, un turista holandés, sorprendido de que haya una cola de gente que dé la vuelta a la manzana de la administración de Doña Manolita. “Es para comprar lotería del sorteo de Navidad. ¿En su país no se juega?”. El visitante sonríe y afirma con la cabeza: “Sí, jugamos, pero no hacemos colas de horas para comprar las participaciones”.

La anécdota, vivida ayer a las cuatro de la tarde en la calle del Carmen, refleja la cantidad de personas que acudieron ayer al centro de la capital. La calle de Preciados y los aledaños de la Puerta del Sol estuvieron atestados por miles y miles de personas. Eso sí, no fue comparable a las cantidades ingentes que hubo otros años en las mismas fechas del puente de la Constitución. La prueba es que no fue necesario cerrar la estación de metro y cercanías de Sol ante la afluencia masiva de viajeros, como se ha hecho habitualmente en estas mismas fechas. Aunque se habilitaron algunas bocas para que fueran exclusivamente de salida y otras únicamente como entrada.

Largas colas en Gran Vía

 En algunos comercios, como el famoso Primark de la Gran Vía, la cola de clientes rodeaba la manzana. Unos trabajadores se encargaban de vigilarla para evitar que nadie se la saltara. “¡Qué desesperación, por favor! ¿Merece la pena esperar tanto para entrar en un comercio?”, preguntaba una mujer agarrada del brazo de su marido, mientras se dirigían a la parte trasera del edificio. “Hombre, parece que va rápido y que tendremos que esperar poco tiempo”, afirmaba él con cierta resignación. El tránsito de personas por esas aceras se hacía harto complicado.

Según fuentes de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), la previsión de ocupación para estos días es de un 90% en el área central de la capital, y del 60% al 70% en el extrarradio y en el resto de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, algunos empresarios y comerciantes de la zona de Centro se quejaban de una bajada en sus previsiones. La prohibición del Ayuntamiento de aparcar los vehículos de los no residentes en la zona del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) motivó que muchos madrileños no acudieran al centro ante el riesgo de no encontrar aparcamiento. De lo que muchos no se enteraron es de que la prohibición terminaba a las tres de la tarde, justo cuando termina los sábados el servicio de parquímetros. De hecho, la prohibición no funcionará hoy, ya que los domingos no hay controladores del SER.

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“Si al público se lo hubieran explicado bien, seguro que habríamos tenido mucha más gente. Si la contaminación nos ha perjudicado, y mucho, ha sido por la falta de información adecuada del Ayuntamiento”, comentaba un empresario de la calle de Montera.

La circulación también se vio afectada en el centro de la ciudad, donde se produjeron cortes puntuales en las zonas de más afluencia, como la calle Mayor, Atocha, en la plaza de España y en Cibeles, entre otras áreas. Los agentes de movilidad desviaron a los conductores cuando se llenaron los aparcamientos subterráneos. Tan solo se permitía la entrada a los residentes y a los servicios de emergencia.

Lo que sí se notó es mucha más afluencia de personas de fuera de la ciudad, en especial españoles y en menor medida extranjeros. Algunos comercios sí incrementaron sus ventas. “La tienda ha estado a tope todo el día. Tan solo hemos parado algo a la hora de la comida. Hemos hecho entre un 30% y un 40% más de caja que el sábado pasado”, explicaba Fran Romero, responsable de una tienda de maquillaje en la calle de Preciados.

los que tuvieron un día muy ajetreado fueron esos personajes que deambulan por la Puerta del Sol caracterizados con disfraces. Cada poco tiempo quedaban rodeados por visitantes que no paraban de hacer fotografías con sus teléfonos móviles. Algo similar ocurría en el Kilómetro Cero, donde había que guardar cola para hacerse una foto. Pero lo que motivó una cerrada ovación fue el encendido de la iluminación navideña a las seis de la tarde, en especial, del alto árbol de Navidad dorado de la Puerta del Sol.

Fue una tentación irresistible para aquellos con cámara. Eso sí, ante la mirada de decenas de policías y sanitarios que rodeaban la plaza por si ocurría algo.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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