“El Parlament está legitimado para aprobar la declaración independentista”
El cabeza de lista dice que En Comú Podem es una candidatura catalana y su programa y el discurso se definirán desde Cataluña
Xavier Domènech (Sabadell, 1974), catedrático de Historia de la UAB y candidato de En Comú Podem, la lista de confluencia de Barcelona en Comú, Iniciativa per Catalunya, Podem y Esquerra Unida i Alternativa para el 20-D.
Pregunta. ¿Por qué da el paso?
Respuesta. Para retomar la idea de las fuerzas de cambio del 24-M. Tenemos la ilusión de quitarnos la losa del PP. Y, por primera vez en las generales, se reivindica un referéndum.
P. ¿Por qué hizo BComú un paréntesis el 27-S? A Ada Colau le reprocharon que no fuera ni a un mitin
R. Barcelona tiene características de ciudad-estado y estábamos destinando la energía en aplicar las nuevas políticas. Ella hizo en su momento un reconocimiento a Lluís Rabell pero el combate más allá es necesario: Barcelona no puede quedar como una isla en un mar de resultados contrarios al cambio.
P. El pacto se cerró en tiempo límite y EUiA ha estado a punto de no sumarse. ¿Quería imponer BComú sus condiciones?
R. El acuerdo implica a varios sujetos y son normales las tensiones. El proceso ha sido contrarreloj y ha llegado a buen puerto. Pero esto no es un final. No sobra nadie y falta aún mucha gente.
P. Catalunya Sí que es Pot tuvo un mal resultado. ¿Por qué ahora puede ser diferente?
R. Intentamos levantar un movimiento político, social y ciudadano. No es una sopa de letras ni sólo una suma de sujetos políticos. El 20-D es extraordinario: el cambio real frente a quienes se ofrecen como renovadores para que nada cambie. Y en el 27-S cuajó la idea del plebiscito: Ciutadans ganó en Nou Barris y Junts pel Si fue segunda a solo 700 votos.
P. Rabell pagó no ser conocido. ¿Corre el mismo riesgo?
R. No es un hándicap. Mis adversarios serán Chacón, Homs, Duran y Fernández Díaz. La vieja política en estado puro, duro y concentrado. Son muy conocidos y en este contexto no me importa no serlo yo.
P. Pablo Iglesias invitó a los hijos de andaluces y extremeños a enseñar los dientes. ¿Le pedirá que evite esos comentarios?
R. Esta es una coalición catalana: el programa y el discurso se definen desde aquí. Iglesias dijo enseguida que no estuvo afortunado pero es nuestro mejor aliado: por primera vez en la historia, un candidato apuesta desde La Moncloa, después de su reunión con Rajoy, por el derecho a decidir y por trabajar a partir del resultado.
P. Es difícil que tenga recorrido si PP, PSC y C's lo rechazan…
R. ¿Era creíble Adolfo Suárez, vicesecretario del Movimiento, pudiera acabar siendo el primer demócrata de España? En la vieja política hay cosas que son imposibles un día y posibles al siguiente. Pero nosotros apostamos por procesos constituyentes, no solo el catalán, para decidirlo todo, incluido el referéndum.
P. ¿Cómo puede prosperar si PP, PSOE y C's han hecho un pacto antiindependentista?
R. Es la peor política: la confrontación con Cataluña para legitimar el propio sistema. Tenemos los modelos de Canadá y Gran Bretaña pero parece que el español tiene muy baja calidad democrática: no aceptar que debe dar respuestas si una mayoría lo pide.
P. ¿Podrán seducir a los electores de la CUP, que no concurre, sin ser independentistas?
R. La CUP representa la ruptura y somos sus mejores aliados en un proceso constituyente. La mayoría quiere la soberanía y ser un sujeto para decidir lo que quiera.
P. ¿No se arriesgan a caer de nuevo en la indefinición?
R. No: nuestra apuesta es fuerte. Planteamos un combate fraterno y solidario y una salida multilateral: es impensable para nosotros ver a Cataluña negociando como un bloque con el PP.
P. Los partidos contrarios a la secesión querían que no se debatiera la resolución secesionista
R. El Parlament tiene la legitimidad para aprobar esta declaración o cualquier otra. ¿Qué quieren ignorar al Constitucional? Es el anuncio del inicio de un proceso para el que se necesitaría una mayoría ciudadana. Pero no es una declaración unilateral. Ya tocaron el preámbulo del Estatut. Debería haber cierto relajamiento: solo aumenta el problema responder con el “no” y la ley mientras no se dialoga.
P. El anexo recoge muchos elementos sociales
R. E impugna al Gobierno. Es difícil imaginar que los que han recortado o privatizado se pongan en cabeza de los derechos sociales. En este sentido, es una declaración y es difícil valorar su efectividad hasta que no haya gobierno.
P. La CUP dice que no votará a Mas. ¿Lo entiende?
R. No es asumible que se pueda bloquear un país a partir de la discusión del futuro político de un solo hombre aunque este hombre sea el presidente. Convergència no debería estar en el Gobierno. La derecha catalana está mutando: sufre una implosión desde 2010 y su modelo neoliberal ha fracasado y electoralmente está en franco declive. Que siga aquí, revistiéndose de otra cosa, no es sostenible a medio plazo.
“El busto de Juan Carlos I no debería de estar en el Pleno"
Pregunta. ¿Ilustra algo la creación de su cargo municipal sobre Memoria Histórica en una sociedad que se presentaba como solucionada en ese tema?
Respuesta. Ilustra muchas cosas: demuestra que para nosotros los referentes memoriales y reconstruir una cultura con referentes democráticos es central. La apuesta es que la ciudadanía tenga materiales como para dialogar con el pasado. No estaba superado. La etapa del franquismo es una herida abierta para mucha gente. Es el antifranquismo es el que trae la lucha y por las libertades. Y tenemos luchas por la libertad, larguísimas en el tiempo, que deben configurar nuestra cultura cívica.
P. ¿El nomenclátor callejero es someter la monarquía a conflicto?
R. Tenemos nomenclátor ya muy depurado frente a otras ciudades, como Madrid, que tiene todavía un nomenclátor con restos franquistas. Nuestra actuación tiene que ver con una memoria propositiva, que no depurativa. Barcelona no tiene aun una calle a la primera ministra mujer, Federica Montseny. Eso no sería asumible en ningún otro país de la Europa occidental. Barcelona es una ciudad referente en Cataluña, en el Estado y en el mundo por las luchas sociales. Engels decía que era la ciudad del mundo en el que se habían levantado más barricadas. Nosotros ponemos esa tradición en el centro. En 1840, fue bombardeada dos veces, protagonizó tres intentos de revolución. No fue solo por la lucha por la democracia, sino también por el republicanismo y los derechos sociales. En 1840 construye fábricas cooperativas, se lucha por el derecho a jubilación. Barcelona tiene unas tradiciones subterráneas que marcan tanto su pasado como su presente. En términos comparativos, no hay ejemplo de que en una dictadura tan larga haya habido tanta resistencia. Esto proviene de un pasado.
P. Se supone que tiene algo que ver con la retirada del busto del rey del Salón del Plenos. ¿Es una retirada definitiva?
R. Fue una decisión colectiva. Hay dos elementos: afrontar un debate que no se había hecho. Aquel busto no debía estar allá: hace un año que no era Rey y hace un año que no debía estar. No ocultamos que apostamos por los valores republicanos. Es nuestro ADN. Así abríamos el debate sobre la reforma del ordenamiento municipal. Los símbolos los tiene que decidir el Pleno.
P. Uno de los proyectos más emblemáticos de su cargo ha sido la restitución del Monumento a Pi i Margall.
R. Pi i Margall es el padre de todas las izquierdas catalanes: también para Salvador Seguí, para los federalistas y los hijos de Valenti Almirall que apuestan por la independencia. Pi i Margall sintetiza todas las tradiciones de izquierda y es el referente de todos ellos. Pi Sunyer inaugura un monumento a la República en homenaje a Pi Maragall en 1936. En 1939 es un monumento a la Victoria del franquismo, que perdura hasta 2011, cumpliendo con la Ley de la Memoria Histórica. Pero no se hace nada. La apuesta es restituir el sentido general del monumento: es un homenaje a la República un medallón en homenaje a Pi Maragall. Es una restitución que la ciudad se merece.
P. La República es una palabra que no suele aparecer en los discursos rupturistas. ¿Debería empezar a aparecer?
R. La República es una herramienta. Lo importante es la recuperación de los valores republicanos. La II República no era solo un sistema político, sino la promesa de crear escuelas públicas, mejores condiciones laborales, tierra y libertad. La forma monárquica es una forma superada. El debate es como construyes un nuevo sistema político con la llegada de un cambio real multicultural social y político. No solo es un escenario político. Llegaremos pero es un proceso.
P. EN Comú Podem, una forma, al parecer, sin centro, municipalista y con reconocimiento de naciones, ¿se parece algo al republicanismo del XIX?
R. El primer republicanismo formula muchas cosas por primera vez. Los Terradas, los Pi Maragall plantean democracia, derechos sociales y proceso constituyente. Nos hemos de concentrar en el espacio democrático. Hemos tenido crisis de soberanía y democracia, dos conceptos a restituir. Y poner todos los elementos para hacer esta alternativa: la gente no puede ver como recorta sus salarios, y sufrir desahucios.
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