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Ada Colau sufre su primer revés y retira las ordenanzas fiscales

La alcaldesa de Barcelona está a tiempo de pactarlas con ERC y PSC antes de fin de año

Clara Blanchar
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. EFE/Archivo
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. EFE/ArchivoEFE

El Gobierno municipal de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sufrió ayer su primer revés. Con solo 11 concejales de 41, Barcelona en comú tuvo que retirar su proyecto de ordenanzas fiscales del orden del día del segundo pleno del mandato ante la falta de apoyos a un borrador que tanto la derecha como la izquierda consideran demasiado conservador. Colau y su equipo sí consiguieron, in extremis, los votos de la CUP para sumarse a los del Gobierno, ERC y el PSC y aprobar una ampliación de los presupuestos para destinar 101 millones de euros de superávit a políticas sociales. La alcaldesa perdió también la votación de la proposición de Ciutadans y ERC que insta al Gobierno a levantar la moratoria de apertura de hoteles en algunos barrios.

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La única novedad relevante que introducen las ordenanzas presentadas hace quince días por el primer teniente de alcalde y responsable de Economía, Gerardo Pisarello, es la congelación del Impuesto de Bienes Inmuebles, el IBI, mientras revisa el catastro para beneficiar a las rentas más bajas. Una medida que el ejecutivo municipal quiso salvar: si la oposición hubiese tumbado ayer el proyecto, no se hubiera producido la congelación.

Frenando el trámite del proyecto, Colau intenta salvar esta congelación y gana tiempo para negociar las ordenanzas con los dos partidos que se han mostrado abiertos a introducir novedades: ERC y PSC, que suman nueve concejales. Ambas formaciones le volvieron reclamar ayer mayor valentía y recordaron que Barcelona en Comú ganó las elecciones con la promesa de una fiscalidad más social y con medidas de fomento de una ciudad más sostenible. En cambio, la derecha, CiU, Ciutadans y PP reprocharon a Colau que, con unas finanzas saneadas, no aproveche para reducir la carga fiscal en Barcelona. Si logra apoyos, deberá recurrir a un pleno extraordinario para aprobarlas.

Probablemente le bastarán gestos hacia los dos partidos en los que hasta ahora se ha apoyado para lograr su apoyo. Por ejemplo, las ordenanzas no prevén recuperar el pago del área verde de aparcamiento, tal y como prometía el programa electoral de BComú. De hecho, el propio Pisarello reconoció ayer que la suya fue “una propuesta muy prudente” y subrayó que, “con toda la modestia, todavía hay margen para incorporar propuestas de la oposición y de entidades”.

Una actitud, conciliadora, que mostró también el día de la presentación, aunque dos semanas han sido insuficientes para lograr un acuerdo. “Lo que no nos podíamos permitir era una subida del IBI de entre un 4% y un 6% porque la filosofía son unas ordenanzas más progresivas en cuestiones sociales”, defendió ayer.

La respuesta de ERC fue conciliadora, y la del PSC, crítica. El presidente del grupo municipal de ERC, Alfred Bosch, afirmó que “la ciudad y su gente deben ir por delante, necesitamos impuestos justos”. Su homólogo en el PSC, Jaume Collboni, pidió a Colau “que sea más coherente con su propio programa” y afirmó que su retirada es “una consecuencia lógica de haber presentado unas ordenanzas continuistas y conservadoras por parte del gobierno que prometía el cambio”. Desde el principal grupo de la oposición, CiU, la responsable de Economía en el mandato pasado, Sònia Recasens, subrayó la “incompetencia para dialogar y el sectarismo” del equipo de Colau. También defendido que CiU aplicó “medidas de progresividad fiscal, como la tasa para los cajeros, rebajas IAE empresas que generaban empleo o bonificaciones”. La presidenta de Ciutadans, Carina Mejías leyó la retirada como “la constatación de un nuevo fracaso del equipo de Colau por tomar una nueva medida sin consensuar”.

Frente al fracaso de las ordenanzas, el Gobierno de Colau quiso subrayar la aprobación de destinar 101 millones de superávit a políticas sociales. “Es una de las primeras grandes medidas de este gobierno, una modificación presupuestaria que nos permitirá poner en marcha parte del plan de choque con el que nos presentamos a las elecciones”, manifestó Pisarello.

El pleno aprobó una proposición que rechaza que Hacienda haya incluido los presupuestos del Consorcio de la Zona Franca en los generales del Estado. U otra que insta a Barcelona en Comú a “no instrumentalizar el Ayuntamiento” durante la campaña a las generales. En el capítulo de declaraciones institucionales, CiU retiró la que quería llevar a votación apoyando al FC Barcelona y rechazando la sanción de la UEFA por la presencia de estelades. En las conversaciones previas solo la apoyaron BComú y ERC.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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