Las ‘startups’ florecen por la región
Madrid se consolida como una comunidad en la que se asienta pequeñas empresas que optan por la innovación tecnológica
Google inauguró hace cinco meses Campus Madrid, un espacio para fomentar el emprendimiento en el ámbito tecnológico, y ya ha invertido en él 10 millones de euros. La apuesta del gigante californiano por este sector de la economía madrileña, a la que se han unido otras importantes iniciativas, ha dado un empujón a la actividad empresarial de la capital. Madrid se ha consolidado así como un ecosistema en el que brotan aquellas atrevidas, a menudo, diminutas empresas que encierran una rompedora innovación tecnológica: las startups.
“El Madrid Campus ha sido fundamental para la comunidad de startups madrileñas. Contribuye a la organización del día a día de los emprendedores y ha traído muchos talentos internacionales, así como españoles, que han tenido éxito en el extranjero y que han vuelto para compartir lo que han aprendido”, explica Carmen Bermejo, fundadora de la Asociación Española de Startups y consejera delegada de Tetuán Valley, un ente cuyo objetivo es fomentar y ayudar los emprendedores para que consoliden su firma. “Los inversores vienen a Madrid cada vez más; está ganando una visibilidad internacional que antes era una prerrogativa solo de Barcelona [pionera del mundo de las startups en España]. Se ha desarrollado un ecosistema para emprender, autónomo e innovador”.
Desde Alcalá de Henares hasta el césped del Camp Nou
Instalar sensores en el campo que den informaciones sobre los tratamientos de los cultivos y unirlas con millones de predicciones meteorológicas en una base de datos para ayudar al agricultor cuando tiene que regar y cosechar. Es este el producto que ofrece Bynse, una empresa que nació en Alcalá de Henares y que, tras desarrollar su proyecto durante tres años, lleva poco más de uno en el mercado. “Somos 10 empleados y tenemos un centenar de clientes”, explica Gonzalo Martín, ingeniero de telecomunicación y cofundador de la firma. Entre ellos no faltan nombres ilustres: el Espanyol fue el primer club de futbol en enterarse en el potencial de la idea de Bynse, que pronto llegó también al FC Barcelona, el otro club de la capital catalana. Y el negocio parece ir bien: “En 2015 facturaremos 600.000 euros”, asegura Martín. “Al principio los inversores más interesados en nuestro proyecto eran de Barcelona. Pero las cosas están cambiando: el emprendimiento en Madrid cobra cada vez más fuerza”, afirma.
La apuesta por Madrid ha inspirado también a los organizadores del South Summit, un evento que se celebró esta semana en la plaza de toros de Las Ventas y que se propone como un foro en el que las startups del mundo pueden encontrarse con los inversores y presentarles sus proyectos.
El acontecimiento, que ha llegado a su cuarta edición y aspira a convertirse en una referencia para el sur de Europa, otorga cada año un premio a las mejores ideas empresariales. La edición de 2015 de este galardón refleja el crecimiento del ecosistema de startups madrileñas: 36 de las 100 empresas finalistas proceden de la Comunidad de Madrid, así como una de las cuatro ganadoras. También el summit en sí está creciendo: se ha cerrado con 12.500 asistentes, un 44% más respecto al año anterior.
Ana Segurado Escudero, directora de estrategia del programa Telefónica Open Future —la plataforma de emprendedores y startups que el gigante de las telecomunicaciones estableció en marzo de 2014—, asegura que el South Summit “es uno de los factores que puede ayudar Madrid a consolidarse como punto neurálgico para el desarrollo de nuevas empresas tecnológicas”. Escudero mantiene que en Madrid existe una cantera de jóvenes con talento, gracias sobre todo “al prestigio de las carreras en el ámbito de las telecomunicaciones que ofrecen las universidades madrileñas, como por ejemplo la Politécnica”. Wayra, la aceleradora de Open Future —es decir, el departamento que ofrece apoyo directo al desarrollo— trabaja actualmente con 71 empresas, de las que 43 (el 61%) son madrileñas.
Pero, según la directora de Open Future, la clave para que Madrid pegue un salto definitivo en este ámbito es la apertura hacia América Latina: “Madrid es la capital del mundo Iberoamericano, que está lleno de talento. Tiene que aprovechar esta posición para atraerlo. Es esa su fuerza también en comparación con Barcelona, que por su posición geografica mira más hacia Europa”.
El crecimiento que ha experimentado el ecosistema empresarial madrileño en los últimos años no ha sido suficiente para cerrar la brecha con el de Barcelona. O al menos esa es la opinión de Luis Martin Cabiedes, CEO de un fondo que lleva su nombre y que invierte en startups desde hace 15 años. “Barcelona tiene un entorno para emprendedores único en España. Los esfuerzos deberían centrarse en fomentarlo para que pueda competir a nivel internacional”, sentencia.
Según los datos de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo, las inversiones en startups madrileñas alcanzaron en 2013 los 56,6 millones de euros, 11 menos que en Cataluña. La diferencia aumentó en 2014 (60,3 millones invertidos en Madrid y 176,3 en Cataluña) sobre todo porque la empresa barcelonesa Scytl levantó casi 80 millones en una ronda de financiación.
Evan Schoenbach, de Mosaic Venture, un fondo de capital riesgo con sede en Londres que dispone de un capital de unos 123 millones de euros, incluye Madrid en el mapa del emprendimiento Europeo, aunque subraya los motivos por los que la capital catalana fue pionera en este sector: “En Cataluña hay escuela de negocios de alto nivel, a la que se une una actitud empresarial que está muy desarrollada en la mentalidad Catalana. Pero las cosas están cambiando, y en los próximos cinco años los avances de Madrid pueden cambiar los actuales equilibrios”.
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