La Generalitat presiona a la CUP para mantener a Mas en la presidencia
La portavoz del Gobierno tacha de "querella política" la causa abierta por la consulta del 9-N
La portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, ha apoyado hoy la idea de que Artur Mas se mantenga como presidente de la Generalitat en un momento en el que esto depende de los votos de la CUP, formación que ya ha adelantado que no piensa votar favorablemente la investidura. Munté ha pedido “respeto por el mandato democrático” que en su opinión implica el resultado del domingo.
Munté, a preguntas de los periodistas durante la conferencia de prensa posterior a la reunión del Gobierno catalán, ha hecho una valoración política de las elecciones. A diferencia de otras ocasiones, en las que ha hecho prevalecer su papel institucional, esta vez sí ha salido en defensa de una candidatura, en este caso Junts pel Sí, de la que forma parte. Munté ha dicho que las elecciones del domingo “demostraron claramente que hay una candidatura ganadora que es Junts pel sí” y que “desde el primer minuto” esta coalición dejó claro que si ganaba “su candidato a presidente era Artur Mas”. En su opinión esto genera un “mandato democrático”. “Desde el Gobierno, con toda firmeza nos manifestamos en este sentido: el candidato a la presidencia es Artur Mas”.
La CUP ha insistido hoy en que no votará favorablemente la investidura de Mas. Los resultados del domingo obligan a que, al menos dos de sus diez diputados, voten favorablemente del nuevo presidente catalán. Munté ha contrapuesto los diputados logrados por Junts pel Sí (62) contra los diez de la CUP en un intento de destacar el supuesto mandato democrático para mantener a Mas en la presidencia. También ha dicho que, a pesar de que Mas ocupaba el número cuatro de la lista, “siempre quedó claro que sería el candidato a la presidencia por Junts pel Sí”.
Sobre las imputaciones de Mas y dos de sus consejeras por la organización de la consulta del 9-N, el Gobierno catalán lo ha calificado de “anomalía democrática”. Munté ha tachado de “juicio político” la querella por la votación recordando que la Fiscalía de Barcelona rechazó en bloque la presentación de la querella.
“Estamos ante una anomalía democrática que algunos utilizan para querellarse ante quienes pusieron las urnas para que los ciudadanos de Cataluña pudieran decidir sobre su futuro colectivo”, ha dicho Munté. El Gobierno catalán ha recibido la noticia de la imputación de Artur Mas, la consejera de Enseñanza Irene Rigau y la exconsejera de Gobernación, Joana Ortega, mientras celebraba su reunión semanal este martes por la mañana. La portavoz ha insistido en que se trata de “una querella política” basándose en las “filtraciones” que ha habido y en el hecho de que el Gobierno catalán supiera de la imputación hace unos días “por las portadas de un medio de comunicación”.
Munté ha rechazado la idea del ministro de Justicia, Rafael Catalá, de que la imputación ha llegado en un momento que buscaba no influir en el resultado de las elecciones. “Es un ejercicio de cinismo absoluto. La presión sobre la Fiscalía no se ha parado en ningún momento. No es una coincidencia, no ha habido respeto por ningún periodo electoral. Si fueran sinceros expresarían satisfacción”, ha dicho la consejera.
El Gobierno catalán considera que la querella no afectará la constitución del próximo Ejecutivo. Las exigencias de la CUP ponen en riesgo, hoy por hoy, que Artur Mas pueda repetir como presidente. “No creemos que esto tenga afectación para los pasos que se tienen que llevar a cabo las próximas semanas para constituir el parlamento y seguir la hoja de ruta con 72 diputados a favor de este proceso”.
PSC y PSOE discrepan
El PSOE y el PSC discreparon ayer al valorar la imputación de Artur Mas, horas después de que ya lo hicieran sobre la estrategia a seguir tras el 27 de septiembre. Antonio Hernando, portavoz del PSOE en el Congreso, mostró su "respeto" por la decisión del Tribunal Superior catalán y expresó su convencimiento de que "va a ser respetada por todos". El PSC coincide en la primera parte del análisis, pero entiende que la decisión judicial es un "error", declaró Assumpta Escarp, secretaria de organización. Para el PSC, se trata de una "imputación política" que no resta legitimidad a Mas para aspirar a ser investido presidente de la Generalitat. PSOE y PSC sí coinciden en que la judicialización del caso "no resuelve los problemas de fondo" y en que es hora de diálogo, negociación y pacto para resolver el encaje de Cataluña en España.
Al día siguiente de las elecciones, Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, instó a Miquel Iceta a liderar un gobierno "transversal" que dé estabilidad a Cataluña e integrado por partidos no soberanistas, pero el primer secretario del PSC lo rechazó horas después. "Lo agradezco mucho, pero el paso para formar gobierno han de darlo los que obtuvieron la mayoría en las urnas", dijo Iceta, quien recordó el mensaje repetido en campaña: el PSC no está por sumarse a un frente independentista, ni tampoco a un pacto inmovilista, en referencia a Ciutadans y PP.
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