“No puedo llevar escolta ante los vecinos a quienes he pedido el voto”
La alcaldesa de Castellón dice que hará pagar más a "los que más tienen" “Las facturas de Púnica no se pagarán hasta que haya una orden judicial”, afirma Marco
Amparo Marco (Castellón, 1968) es la alcaldesa de Castellón con un gobierno en minoría junto a Compromís y gracias a un pacto entre estos dos partidos y Castelló en Moviment (en la oposición). Al poco de tomar posesión de su cargo prescindió de los coches oficiales y de la escolta. Ha tomado como bandera la política social, la transparencia y la promoción económica, pero ha sido la política sobre desahucios la que ha causado el primer desacuerdo con la formación de unidad popular. De sus primeros cien días, Marco defiende lo que ha llamado "el círculo de los desahucios", que son medidas para evitar los desalojos y buscar alternativas de alojamiento, pero admite que ahora hay que poner en práctica este programa cerrado. Compagina la alcaldía con sus clases de Dirección Financiera en la Universidad Jaume I.
Pregunta. Alcaldesa tras 24 años de gobierno del PP, ¿en qué diría que ha cambiado el gobierno municipal?
Respuesta. El gobierno municipal es ahora un gobierno en el que ha primado el diálogo y el consenso porque es fruto de la voluntad de la ciudadanía del 24 M, que dijo que no quería mayorías absolutas, no firmó ningún programa de ningún partido y dio un mensaje muy claro: No queremos Partido Popular, no queremos mayorías absolutas y lo que queremos es que los partidos políticos hablen, dialoguen y consensúen. Y así nos pusimos en funcionamiento el PSPV, Compromís y Castelló en Moviment. Ha cambiado en que dialogamos y consensuamos.
P. ¿Con qué sorpresas se han encontrado?
R. La primera fue en el mismo día de la toma de posesión, no hubo ningún tipo de traspaso. Esperamos mayor elegancia política del PP, por lo menos una mínima información. Luego nos encontramos con una situación peor de la que creíamos, no sabíamos que no se había pagado emergencia social desde marzo, antes se pagó el book de fotos de Bataller (gastos de publicidad) en que además se excedieron en 200.000 euros que eran los que necesitábamos para emergencia social.
P. El anterior mandato se caracterizó por la subida de tasas y precios de servicios públicos, algunos hasta entonces gratuitos. ¿Qué va a hacer usted?
R. Ya hemos encargado a los técnicos que hagan un estudio de cómo podemos bajar la presión fiscal para dinamizar la economía de la ciudad, que sea una presión fiscal justa, que paguen más los que más tienen. También potenciaremos la inspección. En esa línea están trabajando para tomar en 2016 las medidas de carácter fiscal, pero sin menoscabo en los servicios públicos.
P. ¿No está el Ayuntamiento atado al cumplimiento del plan de ajuste?
R. Debemos atar el tema de la deuda, no incrementarla, poder pagar y no endeudar ilimitadamente. Lo único que tenemos que hacer es remodelar los ingresos, pero ese plan de ajuste nos permite un margen de maniobra para poder bajar los impuestos y es lo que vamos a hacer.
P. Preside un gobierno en minoría junto a Compromís y con el apoyo, pero desde fuera, de Castelló en Moviment, que no tardó en criticar lo que consideró un escaso recorte en asesores y hoy mismo (el pasado jueves) han votado en contra por primera vez en una moción sobre desahucios. ¿Es un ejemplo de debilidad? ¿Teme que el control de este grupo determine decisiones?
R. Lo que creo es que nos tenemos que acostumbrar a lo que está pasando en los plenos ahora, esto se llama normalidad democrática. Esto es lo que han querido los ciudadanos de Castellón, han querido una composición que es la que hay y ha dado libertad a que cada grupo político vote lo que crea conveniente. Castelló en Moviment, Compromís y el PSPV tienen un pacto de gobierno que es el pacto que da estabilidad a la ciudad y estoy absolutamente segura de que, aunque en mociones o enmiendas puntualmente se vote de una forma u otra, ese pacto de gobierno se va a mantener todo el mandato.
P. Una de las principales batallas del equipo anterior fueron los proyectos urbanísticos anulados o paralizados. En su diseño de ciudad, ¿hay sitio para Calatrava, la Ciudad de las Lenguas, el PAI Mestrets…?
R. Creo que la época de los grandes proyectos y las obras faraónicas es una cuestión del pasado y de otros partidos políticos, no es del PSPV, Compromís ni Castelló en Moviment. Tenemos que apostar por un urbanismo que facilite la vida de los ciudadanos, que apueste por la movilidad, zonas verdes, los polígonos industriales de calidad, una universidad que pueda crecer…
P. Se ha criticado mucho el proyecto frustrado de Calatrava para Castellón, pero en 2010 todos los grupos, también el PSPV, aprobaron una declaración para exigir la obra al Consell pese a conocer que habría sobrecoste. ¿No son corresponsables de esta borrachera de megaproyectos?
R. Es una política de tiempos pasados y de algunos partidos políticos, no del socialista, que tiene sus buques insignia muy claros y no es Calatrava, es la sanidad, la educación y la cobertura social. Y es ahí donde tenemos que hacer las grandes obras faraónicas.
P. ¿Y la Ciudad de las Lenguas?
R. La Ciudad de las Lenguas no tiene ningún sentido, vuelve a ser un proyecto como los Calatravas y un proyecto que ha nacido dentro del más puro PP que es la especulación urbanística, como lo ha sido todo, como los campos de golf. La Ciudad de las Lenguas, tal y como estaba concebida por el PP, es una cuestión del pasado. Otra cosa es que definamos otros proyectos que podrían ser el núcleo de lo que se quería utilizar como el eje de esa especulación, que es que Castellón sea una ciudad formadora y acogedora de personas que quieran aprender nuestro idioma. Ese proyecto sí que es un proyecto de futuro, pero debe ir de la mano de la universidad y de la Escuela Oficial de Idiomas. Tiene que haber un proyecto pedagógico detrás y no especulativo.
P. ¿Teme la revuelta del sector empresarial por desmontar unos proyectos en los que estaba interesado?
R. Creo que el sector empresarial está más en la línea de lo que estamos haciendo que no de esos grandes proyectos que al final solo es endeudamiento de la administración pública y que va a costa de los bolsillos de los vecinos para mayor gloria de algunos políticos.
P. La oposición la ha criticado por seguir dando clases en la universidad y no dedicarse al 100% al ayuntamiento.
R. Me critica quien menos puede porque lo hacen aquellos que pensaban que con un 19,2% de las horas podía hacer oposición. Las mismas personas que entendían que una oposición se podía hacer con esas horas, critican ahora que yo no pueda hacer gobierno con un mínimo de un 90%. ¿Por qué compaginar? Por no perder el pulso de la realidad. Eso te permite mantener el pulso, pero también es un mensaje a otros políticos: esto es temporal. La política es temporal y esta alcaldesa no pretende estar en el sillón de la alcaldía indefinidamente como otros se pensaban, la política es temporal.
P. También ha sido cuestionado que, desde su toma de posesión, no se haya reunido aún con Ximo Puig. En campaña dijo que le estaría llamando a la puerta para exigirle la deuda con Castellón.
R. El mismo día de la toma de posesión ya le exigí los ocho millones de deuda y ya le dije todas las reivindicaciones ese mismo día. Él conoce perfectamente la realidad de la ciudad. ¿Es importante la reunión? Lo importante son los presupuestos, hay muchas fotos sin trasfondo. No me he reunido en las cuatro veces que ha venido porque no han coincidido las agendas. Me he reunido con seis consejeros y secretarios autonómicos para exigirles lo que Castellón se merece.
P. Una de sus primeras medidas fue prescindir de la escolta como su homólogo en Valencia, sin embargo, Ribó ha acabado cediendo. ¿Qué opina?
R. Cada uno en política toma la decisión que cree conveniente, yo al día siguiente de la toma de posesión decidí no tener escolta porque entiendo que a los ciudadanos a quienes he pedido el voto no les puedo poner un escolta que me aparte de ellos. Cada uno tiene que hacer lo que cree conveniente. Yo me siento muy cómoda en la ciudad en la que nací.
P. El ayuntamiento tiene convenios con la Confederación de Empresarios de Castellón, ¿se ha tomado alguna cautela tras las imputaciones por presunto fraude en cursos de formación en la Vall d’Uixó?
R. Firmamos un convenio de colaboración por el tema del empleo antes de conocer este caso. Vamos a estudiar el tema. Está imputado por un caso que no tiene nada que ver con el Ayuntamiento y hay que respetar a la justicia. Ahora veremos si tenemos que tomar alguna medida o no, pero si los fondos del ayuntamiento van a la creación de puestos de trabajo creo que no hay ningún motivo para desconfiar de la patronal de Castellón. Vamos a estar vigilantes para que el dinero vaya donde tiene que ir, porque con el dinero público no se juega.
P. Uno de los cabecillas de Púnica, Alejandro de Pedro, les reclama el cobro de facturas de 6.300 euros del mandato anterior. ¿Qué van a hacer?
R. Recibimos un escrito exigiendo el pago de las facturas y desde luego nosotros no las vamos a pagar hasta que no haya un mandamiento judicial. Ahora está todo en el juzgado. De momento, máximo respeto y colaboración con la justicia.
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