La Diada vista por un corresponsal
La masiva asistencia a la Diada sorprende a periodistas extranjeros, que admiten la complejidad de explicar el proceso
“Ha sido impresionante, es verdad que la gente que estaba en la marcha es muy determinada, pero están convencidos de que Cataluña va a ser independiente”. Así relataba ayer Tom Burridge, el corresponsal de la televisión británica BBC en España, su impresión tras presenciar en directo la Via Lliure. Su colega estaodunidende Raphael Minder, de The New York Times, era contundente al afirmar que “es una prueba, por cuarta vez, de que este movimiento tiene una capacidad tremenda de movilizar a la gente” y “de convertir un asunto muy complicado en una jornada festiva en la que están los abuelos con sus nietos”.
¿Cómo se explica ese éxito de convocatoria? “El elemento emocional va más allá de argumentos políticos o económicos [...], la idea de iniciar un nuevo proyecto genera ilusión”, opinaba Minder. ¿Y después? “Es realmente imposible interpretar lo que a va suceder”, asumía Burridge en una conversación anterior, del jueves, en una opinión compartida por otros corresponsales que informan sobre la situación de España en medios de comunicación internacionales.
Sandrine Morel, periodista de Le Monde basada desde hace nueve años en Madrid, llegó ayer por la mañana a Barcelona para hacer el seguimiento de la Diada. Como muchos otros de sus colegas extranjeros, admite la complejidad de explicar en su país la situación política de Cataluña y las razones de que ayer, como en convocatorias anteriores, centenares de miles de personas participaran en la concentración convocada por Ara és l'Hora. “Es bastante sorprendente de que cada año haya tanta gente; es un síntoma evidente de malestar. No hay duda de que los partidos políticos lo han fomentado, pero ningún partido consigue reunir a tanta gente: existe una masa social que lo respalda [el movimiento]”.
El periodista alemán Martin Dahns, que escribe para una decena de diarios germanos entre los que se encuentra el Berliner Zeitung, admitía estar “fascinado” por un “fenómeno social” que busca básicamente “dibujar una frontera en el mapa” “No hay cosas más importantes?”, se preguntaba de forma retórica. Recuerda una visita que hizo un Onze de Setembre a Barcelona en 1997, cuando “la Diada era otra cosa y no te podías imaginar lo que sucede ahora”.
Su compatriota Hans-Günter Kellner, que trabaja para la radio pública Deutschlandfunk y preside el Círculo de Corresponsales Extranjeros, no está sorprendido de la evolución que ha tenido la Via Catalana. Explica que él, en 2012, “ya hablaba de una futura declaración unilateral de independencia, porque el ambiente se había ido enrareciendo desde las negociaciones del Estatuto”.
Interés por los efectos en Europa
Raphael Minder admite que lo que sucede en Cataluña "no se entiende en Estados Unidos". Pero resta valor a esa impresión por un simple hecho: "Tampoco se entiende en España". Pero el tema sí preocupa, básicamente porque es un problema que va más allá de la frontera española y se refiere "a la unión o a la fragmentación de Europa". "En Italia, Cataluña está en el centro de atención, pero porque afecta a Europa y, por consiguiente, afecta a Italia. De ahí la preocupación existente en los Gobiernos europeos", dice Alessandro Oppes. El alemán Martin Dahns aseguraba ayer, sin embargo, que el tema catalán "nunca les ha parecido suficientemente interesante" y destacaba que ayer por la mañana no había referencias a la Diada en los principales medios digitales germanos. Hans-Günter Kellner vaticina que el Gobierno de Angela Merkel "no apoyará este proceso" porque "es mucho de seguir las reglas, como ha sucedido en Grecia". ¿Y sobre la Unión Europea? "Lo va a ignorar y no va hacer nada", decía el mismo Kellner. Burrougs también opina: "No se parece al caso de Escocia".
Kellner destaca las dificultades que supone explicar el proceso político actual. “Cualquier explicación lleva siempre después a otra pregunta y la gente tampoco entiende que yo no lo entienda.” En busca de respuestas, ayer le preguntó a Artur Mas si tras las elecciones del 27 de diciembre mandarían escaños o votos. Él mismo cuestionaba que para reformar el Estatuto se necesiten dos tercios del Parlamento y que, en cambio, se plantee una simple mayoría absoluta en la cámara para abrir la vía de la secesión.
Buena parte de los periodistas consultados, explicaban que ni uno ni otro bando ofrece respuestas plausibles al momento político actual. “Cabe preguntarse por qué hasta hace unos años la Diada era una celebración mucho más pequeña y ha ido creciendo”, afirma Alessandro Oppes, el corresponsal en España de La Repubblica. En su opinión, el origen del entuerto está en la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto y lo que vino después: “La falta de diálogo: la sensación es que se ha querido afrontar un problema político sin aportar ninguna solución”. La francesa Sorel cree que “los discursos de los partidos no reflejan el fondo de la cuestión y solo satisfacen a cada uno de los electorados”.
“Se han impuesto las dos posturas y no hay vía de diálogo”, critica Alejandro Gutiérrez, el corresponal del semanario mexicano Proceso, a quien le llama la atención que, en este caso, hay una base social que ha empujado a los políticos”. Destaca el caso de Artur Mas. “Es muy claro, nunca se había pronunciado tan tajantemente en ese sentido [de la independencia]”. En su opinión, tanto desde el Gobierno español como del catalán ha habido “mucho adoctrinamiento”, posición que también vincula a muchos medios de comunicación españoles.
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