Aranjuez estudia pedir la declaración de zona catastrófica
La tormenta del domingo deja 300 árboles arrasados y múltiples daños a edificios
A las seis de la tarde del domingo, el cielo de Aranjuez se volvió negro. Durante casi treinta minutos el viento y la lluvia azotaron con fuerza esta localidad (57.790 habitantes) obligando a los viandantes a refugiarse en el interior de restaurantes, bares y viviendas. Cuando salieron de nuevo a la calle, la visión del municipio era “perturbadora”, cuentan algunos vecinos: había árboles arrasados por la fuerza del viento, ramas que bloqueaban carreteras y caminos, ventanas arrancadas de cuajo y coches aplastados. La cubierta de la piscina de Las Olivas salió volando y un árbol destrozó el tejado del colegio Maestro Rodrigo. Una mujer de 35 años resultó herida cuando una rama le perforó el muslo, pero ya ha sido operada y se encuentra bien, según explicó la alcaldesa del municipio Cristina Moreno (PSOE): "No ha pasado nada para lo que podía haber sido".
Aranjuez ha sido el municipio de la región más afectado por esta "ciclogénesis explosiva". El Centro de Emergencias 112 recibió entre el domingo y el lunes 153 llamadas por avisos relacionados con la tormenta en Aranjuez, un tercio de las 364 intervenciones atendidas en toda la región, según apuntó el consejero de Presidencia, Ángel Garrido. "Parecía el fin del mundo", explicó la alcaldesa. Todavía se están evaluando los destrozos de la tormenta, pero el daño medioambiental ha sido incalculable, según confesó Moreno, que estudia pedir la declaración de zona catastrófica. Al menos 300 árboles han sido derribados, algunos de ellos "singulares y centenarios", y los sotos históricos de Aranjuez han sido “arrasados”.
Durante los próximos 15 días, el Ayuntamiento elaborará un informe detallado con los daños medioambientales y patrimoniales para analizar si traslada, junto a una valoración de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) de la zona, la petición de zona catastrófica.
El principal problema ahora, según contó la alcaldesa, es "todo lo que no ha caído todavía". Muchas ramas y tejas desprendidas siguen arriba, lo que supone "un peligro". Moreno ha pedido a los vecinos que eviten transitar por los paseos donde han caído un gran número de árboles. Todos los jardines de la localidad están cerrados: "Hay que despejar todo lo posible".
A ambos lados de la carretera de Toledo, que da la entrada al municipio y lleva al Palacio de Aranjuez, se acumulan decenas de troncos caídos. La imagen se repite en todo el municipio, donde a cada paso se encuentran montones de hojas y ramas. El paseo de la Reina, en pleno centro, tiene los tres kilómetros de su recorrido (paralelo a los Jardines del Príncipe) poblados de árboles, ahora derribados.
Se acumulan troncos y ramas caídas por toda la localidad
El restaurante El rana verde lleva abierto desde 1903 en este paseo. Su gerente, Joaquín Cot, cuenta cómo el domingo tuvieron que refugiar a numerosas personas en el interior. "La gente iba entrando, no nos dio tiempo a cerrar las puertas y un golpe de viento destrozó todas las copas que colgaban de la barra", describe. El viento también arrancó un trozo de tejado y provocó que varias ramas se clavaran en el techo.
Los bomberos siguen desde la noche del domingo acondicionando la zona. Han llegado dotaciones de Alcalá de Henares, Tres Cantos y varias localidades vecinas. Su principal tarea es evitar el peligro de los desprendimientos. Tanto la Comunidad de Madrid como la de Castilla La Macha se han puesto a disposición de Aranjuez para enviar cuadrillas y herramientas, según contó la alcaldesa. Además, casi la totalidad de la plantilla municipal (400 personas de 500) está volcada en devolver la normalidad al municipio.
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