Cacería de jabalíes a bordo de 4x4
Agentes rurales de Girona abaten cientos de ejemplares en salidas nocturnas motorizadas para frenar la expansión de la especie
La plaga de jabalíes que azota buena parte de Cataluña, especialmente las comarcas de Girona, ha llevado a los Agentes Rurales a llevar a cabo operativos tan expeditivos como inéditos: transitar de noche a bordo de vehículos armados con focos y rifles para abatir a cuantos ejemplares avisten. En solo tres salidas realizadas en los últimos días han logrado dar muerte a 137 jabalíes en una zona de unas 400 hectáreas cercana a Cruïlles (Baix Empordà). La cifra asciende a 353 ejemplares si se suman las 12 actuaciones nocturnas hechas este verano.
La labor de los agentes intenta frenar la “dramática situación” que la plaga causa en los cultivos de la zona, según los agricultores. Toda la provincia de Girona, excepto el Ripollés, está en situación de emergencia cinegética, con una densidad de entre 14 y 18 ejemplares por kilómetro cuadrado. Los payeses han pedido ayuda al Departamento de Agricultura y actúan en colaboración con los presidentes de las Áreas Privadas de Caza y los agentes.
Son las diez de la noche del 18 de agosto. Cinco agentes rurales suben a un todo terreno pick-up. Uno conduce y otros cuatro van de pie en la caja descubierta. Uno de ellos, apoyado en unos sacos de paja, ilumina los campos con un foco. A ambos lados, equipados con un rifle, viajan otros dos agentes y un tercero, también armado, se acomoda en la parte posterior del vehículo. Transitan por un tramo de 27 kilómetros y cada pocos minutos, al divisar un jabalí, frenan para disparar. Tras ellos, agricultores afectados suben en sus remolques las piezas abatidas. Al amanecer una empresa de gestión de carne de caza las recoge en un camión frigorífico.
Los Agentes Rurales actúan este verano sobre todo en la zona de Cruïlles y la Bisbal d'Empordà, pero el problema está mucho más extendido. “El macizo de Les Gavarres sufre una importante densidad y en el bosque ya no encuentran suficiente alimento, lo que les lleva a buscarlo en campos y pueblos cercanos”, explica el jefe de los Agentes Rurales en Girona, Ignasi de Dalmases. Los campos de cebada, trigo, girasol y maíz son para ellos en un “paraíso”.
También en calles y playas
La alta densidad de población de jabalíes también provoca problemas de seguridad y accidentes de tráfico. En localidades como Roses, Palamós, S’Agaró, como ya pasó anteriormente en Cadaqués, se les ha visto en las playas. En otras localidades, el problema es la comida que la gente deja para los gatos. El edil de Gobernación de Port de la Selva, Roger Pinart, explicado ya se ha reunido con una entidad que gestiona nueve comederos para felinos para reconducir la situación. Papeleras y contenedores son otros puntos que deben ser controlados.
Agricultura ha abierto unos 200 expedientes por daños a cultivos. Los afectados estiman las pérdidas, pendientes de peritar, en unos 40.000 euros solo en esta zona. “Mi abuelo ya nació en la masía y yo también, y con 60 años jamás había visto nada igual”, lamenta uno de ellos. Sus 96 hectáreas de terreno antes le permitían llenar el granero con 100 toneladas de cereal. “Ahora ni siquiera cosecho 10. No puedo ni mantener mis ovejas y cabras”.
Para De Dalmases, una buena opción sería que los cazadores se sumaran a los controles nocturnos porque, “a pesar que no es tan divertido como la caza deportiva, permite abatir a muchos animales”. En todo caso, estos operativos deberían hacerse bajo la tutela de los agentes y con autorización de Agricultura. En algunas localidades como Anglès, Sant Gregori, Canet d'Adri o la Vall del Llémena, ya se ha hecho y los resultados han sido satisfactorios.
El director de los servicios territoriales de Agricultura, Vicenç Estañol, indica que “las causas de la alarmante progresión de la población de jabalí son la abundancia de comida en zonas forestales y cultivos, el buen clima y que no tiene depredadores”. En 2014 se cazaron en Girona 12.000 jabalíes, pero la expansión de la especie no cesa. De Dalmases también señala como causa a el cruce de jabalíes con cerdos vietnamitas abandonados por sus dueños en zonas como Santa Cristina d'Aro y Llagostera. La hibridación aumenta el tamaño de las camadas.
Para el jefe de los Agentes Rurales la única solución pasa por cazar y cazar, hacer batidas y usar todos los sistemas autorizados por la administración para eliminar ejemplares hasta normalizar la situación”. “Se necesita un esfuerzo de todos los sectores implicados: cazadores, sindicatos agrarios, titulares de áreas de caza y agentes rurales”. Cree que sólo con las batidas nocturnas apenas se podrá mitigar el problema. “Cazamos mucho, pero la tendencia de la población de jabalíes sigue a la alza”, concluye.
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