Entre MNAC y Macba... la Fundación Mapfre
La compañía abrirá en octubre una sala, con un presupuesto anual de cuatro millones La nueva sala acogerá una exposcición de los maestros del color, de Van Gogh a Matisse
Tras muchos años acariciando el sueño de tener un espacio en Barcelona, la Fundación Mapfre lo ha conseguido y el 10 de octubre lo inaugurará por todo lo alto con una exposición excepcional, de las que marcan hitos. El triunfo del color. De Van Gogh a Matisse, Colecciones del Museo d’Orsay, reunirá en la flamante sede de la Casa Garriga-Nogués, 72 obras de los pintores que, tras décadas de supremacía de la línea, protagonizaron la gran revolución del color: de Cézanne, Van Gogh y Toulouse-Lautrec, pasando por Seurat, Signac y la Escuela de Pont-Aven, encabezada por Gauguin, hasta Sérusier, Bonnard y el grupo de los Nabis, Renoir, Matisse, el último Monet y Picasso. Con este cartel de primeras figuras el nuevo centro se coloca ideal y cronológicamente entre los programas del MNAC y el Macba.
La programación abordará obras de finales del XIX a mediados del XX
La buena nueva la anuncia Pablo Jiménez Burillo, director del área cultural de la Fundación Mapfre y de la nueva sede barcelonesa, que se suma a las dos que ya tienen en Madrid. Acompañado por Isabel Cahn, conservadora jefe del Museo d’Orsay de París y comisaria de la muestra inaugural, Jiménez se ha tomado el gusto de colgar, en las salas que acogieron la Fundación Godia, las reproducciones fotográficas de las obras que este museo y su asociado, el Museo de la Orangerie, han prestado de forma excepcional durante tres meses, hasta el 10 de enero. “Algunas exposiciones se presentarán también en Madrid, pero en cada temporada habrá una como esta, pensada especialmente para Barcelona”, asegura Jiménez.
Como subraya Cahn, se trata de pinturas que viajan en contadas ocasiones, como los autorretratos de Van Gogh y Cézanne y el Picasso que cierra la muestra, Desnudo sobre fondo rojo, de 1906. Extraordinario también el préstamo de tres telas de Paul Sérusier que sintetizan la ideología de los Nabis, la vanguardia parisina de finales del XIX, que propugnaba el carácter íntimo, simbólico y espiritual del arte, tras la corriente puntillista que aplicaba teorías de corte científico al uso del color. “El recorrido arranca con la llegada de Van Gogh a París y su descubrimiento de la pintura moderna”, indica Cahn.
La muestra se puede considerar también una declaración de intenciones por parte de una fundación que proyecta integrarse en el ecosistema artístico barcelonés entre el Macba y el MNAC, así como en Madrid se situaron idealmente entre el Prado y el Reina Sofía. “Nuestra programación abarca desde finales del XIX hasta mediados del XX. También trabajaremos con artistas vivos de media carrera, pero sólo en el ámbito de la fotografía”, explica Jiménez, que ya prepara la segunda muestra para Barcelona, dedicada al fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto.
La entidad, con buen fondo fotográfico, presentará al japonés Sugimoto
Jiménez, que presentará la temporada el próximo otoño, prevé organizar cuatro muestras al año y dedicar a la sede barcelonesa un presupuesto de cuatro millones de euros. Por lo que se refiere al precio de la entrada, un antiguo contencioso entre las fundaciones y los museos que las acusan de competencia desleal, Jiménez manifiesta su intención de ofrecer gratuitamente por lo menos la primera muestra, para la que prevé una afluencia de 150.000 visitantes. “No queremos crear conflictos, así que si finalmente se decidiera poner un precio de entrada, lo que se recaude se destinará a programas sociales”, asegura el director.
Desde su creación en 1988, la Fundación Mapfre ha organizado 515 muestras que han recibido casi 13 millones de visitantes. También ha reunido una importante colección de obras sobre papel, que atesora 1.670 originales de artistas de las vanguardias internacionales, incluida un amplia sección de catalanes, desde Casas, Rusiñol y Nonell hasta Miró, Dalí y Tàpies. La colección de fotografía, que se inició en 2006 y reúne 762 piezas, se presentará por primera vez en Ciudad de México, en otoño. “Tratándose de obras muy frágiles, cuya normas de conservación requieren por cada día de exposición tres de oscuridad total, nunca nos hemos planteado la posibilidad de exponerlas de forma permanente”, concluye.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.