La lectura surrealista y de ocasión
El dibujante se “patea” por librerías, las especializadas, las surrealistas y las que se resisten a cerrar en medio de la crisis
1. Panta Rhei. Es una librería especializada en arte, diseño, libro ilustrado, etc. Yo me pateo muchas librerías, las conozco bien y creo que es la mejor surtida en España. Por muchos libros que compres te vas con la sensación de que no te has llevado todo lo que te interesa. Ingrid y Lilo te darán buenos consejos (Hernán Cortés, 7).
2. Real Jardín Botánico. Perfecto para pasear sobre todo en épocas como otoño y primavera, cuando el mundo vegetal está más radiante. Soy aficionado a las plantas y los animales (sobre todo a los pájaros, aunque no soy un friki de los prismáticos), y me gusta conocer como se llaman (Plaza de Murillo, 2).
3. El Cisne Azul. Me encanta comer setas e ir a buscarlas. En este restaurante están especializados. Fue un descubrimiento, hoy en día se han popularizado, pero antes no eran tan comunes. Ofrecen setas todo el año, es un sitio divertido, nada pijo, ves como cocinan tras la barra. Hay que probar los boletus con foie (Gravina, 9)
Sillones y urracas
Max Capdevila (Barcelona, 1956) recopila en su actual publicación, Cien sillones y pico (Nórdica), sus ilustraciones para Babelia, ¡Oh, diabólica ficción! (La Cúpula), que recoge las de El País Semanal y El regreso de Ulises (Nórdica).
4. Residencia de Estudiantes. Dormí allí una noche que vine de jurado de un Premio Nacional. Fue muy emocionante. Pensaba: "quizás Buñuel durmió en esta habitación". Buñuel es uno de mis héroes, pero también podría ser Lorca o Dalí. Es muy austero, espartano, con un punto monacal. El refugio mínimo para descansar (Pinar, 21).
5. La Ardosa. Una taberna cálida y acogedora con buenas tapas y cervezas, que te entretiene visualmente, con sus paredes llenas de fotos antiguas y diferentes carteles. Para entrar a la parte interior hay que pasar por debajo del mostrador, cosa que tiene su gracia. Ojo al salmorejo (Colón, 13).
6. Museo ABC. Dedicado a la ilustración y, por extensión, al cómic. Tienen la colección del ABC y la revista Blanco y Negro, donde han publicado a muchos de los mejores ilustradores de la primera mitad del s. XX. Además de las exposiciones, fomentan actividades para divulgar la ilustración (Amaniel, 29).
7. Biblioteca de las Escuelas Pías. La primera vez que la vi me pareció una imagen marciana en medio de Madrid. Un edificio de ladrillo muy peculiar, con la cúpula en ruinas, muy distinto a cualquier otra cosa. Le da un toque surrealista al barrio, aunque la remodelación de la plaza es un poco sosa (Tribulete, 14).
8. Las casa de comidas. Me refiero a las de toda la vida, que en Madrid son muy peculiares, como los bares tradicionales que hacen mucho por la personalidad de Madrid. La pena es que vayan cayendo uno tras otros. Ejemplos: El Bierzo (Barbieri, 16) o Casa Salvador (Barbieri, 12). Como estar en otra época.
9. Librería Pérez Galdós. Es un ejemplo de las librerías de ocasión con solera que también van cerrando. Esta resiste y me parece precioso que todavía exista. También está la Cuesta de Moyano, pero algo en ella ha cambiado, ahora la veo como más turística, con la remodelación que han hecho en la calle (Hortaleza, 5).
10. El Templo del Gato. Salgo poco, pero aquí es donde más disfruto de la música y la onda que hay. Siempre que he ido me lo he pasado bien. Me gusta el rock con sus derivaciones post rock y ruidistas, pero en un bar siempre se agradece ese sonido original y crudo del rock n roll de garaje, que es el espíritu de ese estilo (Trujillos, 7).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.