Aduanas rastrea amaños y enchufes en el Museo Nacional de Ciencia
Los investigadores acaban el informe que describe cómo el director ofreció adaptar a una empresa aspirante el borrador del concurso y cómo se empleó a recomendados políticos
Todo empezó con una promesa de Zapatero, en un arranque de entusiasmo descentralizador, durante un mitin en A Coruña. El entonces presidente anunciaba en el fragor del acto que el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt) tendría su sede en esta ciudad gallega, después de mantener su colección almacenada en Madrid, sin espacio para exhibirse, durante un cuarto de siglo. El alcalde, entonces todavía Francisco Vázquez, ofreció para albergarla un par de edificios emblemáticos que quedaban en aquellos tiempos desocupados. Pasaron los años, y finalmente el Muncyt, ya con el PP en el Gobierno, se inauguró en un inmueble singular que construyó la Diputación, el llamado Prisma de Cristal, abierto al público desde el 1 de junio de 2012.
Pero coincidió que entre 2011 y 2012 la magistrada Pilar de Lara, titular del juzgado de Instrucción número 1 de A Coruña, había autorizado escuchas telefónicas a los responsables del grupo Vendex, un entramado empresarial con sede central en Madrid supuestamente entregado a la caza de contratas públicas a cambio de favores y mordidas. Vendex es el eje de la trama Pokémon que acumula ya casi un centenar de imputados (la mayoría políticos y funcionarios) en varias comunidades autónomas. Y en medio de la maraña de llamadas cruzadas que intervinieron durante meses los agentes de Aduanas que trabajan a las órdenes de la juez, surgieron las del director del Muncyt, el reputado y afamado Ramón Núñez, nombrado hacía tiempo para poner en marcha el museo y ahora también imputado. Según recogen los investigadores en un informe de 170 folios que acaba de incorporarse al sumario, Núñez telefoneó al delegado de Vendex en Galicia, José María Tutor, para preguntarle si seguía dedicándose al negocio de las concesiones públicas y supuestamente brindarle en mano el concurso público que más adelante se publicaría en el BOE. Se trataba de la licitación del "servicio de atención al público y otros servicios complementarios" que iba a contratar la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), coordinadora responsable del Muncyt. Se sacaban a concurso los servicios tanto para A Coruña, sede principal del museo, como para sus otras dependencias en la Comunidad de Madrid, aunque finalmente esta segunda contrata se frenó y solamente se adjudicó a Vendex la parte gallega.
Según De Lara y el equipo de investigadores de la Agencia Tributaria con los que trabaja desde el inicio de la Operación Pokémon, Núñez y Tutor (citados para declarar la semana que viene en los juzgados de Lugo) amañaron el concurso desde su misma gestación, cuando el director del museo facilitó presuntamente el borrador al representante de Vendex y le pidió en sucesivas conversaciones telefónicas y encuentros que le elaborase cálculos e hiciese sugerencias. El concurso, la primera vez para medio año, se publicó después en el BOE, se celebró y Vendex fue la adjudicataria. Desde ese momento hasta la apertura definitiva de puertas, la empresa se dedicó a seleccionar personal para atender el servicio respondiendo, según recoge el prolijo informe de Aduanas, a las recomendaciones hechas, primero, por el director del museo y, en una segunda fase, por la "Casa Grande", supuestamente cargos del Ayuntamiento gobernado a la sazón por Carlos Negreira (PP), una Administración que nada tenía que ver con el museo nacional.
El Muncyt atesora más de 15.000 piezas que cuentan la historia del desarrollo científico y tecnológico en España desde el siglo XVI hasta la actualidad. En la sede principal de A Coruña se pueden ver, por ejemplo, la cabina del Boeing 747 Lope de Vega que trasladó el Guernica a España, o el primer acelerador de partículas del país. Vendex fue responsable del servicio de atención al público (coordinador de equipo, monitores, personal de sala) hasta febrero de 2013, y a finales del mismo año el museo también cambió de director. En el campo de la divulgación, Núñez, estrecho colaborador del socialista Francisco Vázquez, lo había sido todo en A Coruña y había concebido la importante red de museos científicos municipales de esta ciudad.
La juez cuenta con escuchas, correos electrónicos e incluso seguimientos que respaldan su imputación a Núñez por tráfico de influencias y revelación y aprovechamiento de información privilegiada. Aduanas concluye que "en virtud a la relación personal y profesional entre Ramón Núñez Centella y José María Tutor Lemos, se tramita fraudulentamente el concurso público". Tutor "dispone de información privilegiada que le permite intervenir en el concurso al participar en la elaboración de los pliegos", de tal manera que al final la firma Sermasa (del grupo Vendex) "obtiene la adjudicación". Vendex se presenta al concurso "con la total seguridad" de que su empresa va a ser la ganadora. Esto, "a cambio de contratar personas presuntamente enchufadas, principalmente por Ramón Núñez", aunque otras de las empleadas aparecían en una lista de ocho currículos que, según recogen los agentes, entregó en sobre una asesora del alcalde Carlos Negreira a un empleado de la empresa, también concesionaria de muchos servicios municipales.
En las conversaciones los investigadores adivinan la cautela con la que Núñez amaña supuestamente el concurso con Tutor. Le advierte de que no le mande "cosas por correo" y de que no vaya a reunirse con él a la sede del museo cuando hay "moros en la costa". Tampoco quiere que acudan los representantes de Vendex a la apertura de plicas porque estarán personas de la Fecyt y tiene "miedo por si se asocian cosas". Mientras tanto, en otras charlas con la plantilla de Vendex, Tutor se refiere a Núñez como "dios" y supuestamente a la entrega de currículos por parte de mandos del Ayuntamiento como "operación Jacinto". En los últimos tiempos, los protagonistas de la trama Pokémon se habían acostumbrado a hablar con ciertas claves para ocultar la identidad de personajes públicos, ante la sospecha de que estaban siendo vigilados. La nómina de imputados del caso está saturada de alias (Tkachenko, Garbancito, el Cura, Pijolandia, Ojo de Lince, Cachas Negras, Puñales, El Pulpo) y metáforas que hacen referencia a las entregas de sobornos (prensa deportiva, ruta del bacalao, botes de pintura) o a la satisfacción de favores (vestir el muñeco). Los agentes no saben quién es Jacinto, pero imaginan que es un sobrenombre que tapa a algún cargo del consistorio coruñés. "Viene de arriba de todo", llega a comentar el jefe de Vendex en una ocasión por el móvil, en referencia a uno de los recomendados de Jacinto.
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