Las nuevas tecnologías democratizan las formas de hacer política
Con las TIC, el ciudadano pasa de espectador de propaganda a actor, según el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí
El acceso al móvil se ha democratizado y ahora es el turno de que este le devuelva el favor a la democracia. La irrupción de las nuevas tecnologías parece por fin haber tomado fuerza en la política y está creando "un nuevo ecosistema social" donde el valor no se encuentra en el dinero o la fuerza sino en las conversaciones, los contenidos y las relaciones, según ha explicado este lunes en Barcelona el asesor de comunicación y consultor político Antoni Gutiérrez-Rubí en la presentación de su libro La transformación digital y móvil de la comunicación política.
En este ecosistema, el ciudadano deja de ser espectador de la propaganda política y se convierte en actor: la fuerza de los partidos deja de recaer en los militantes para pasar a los activistas comprometidos. Algo que hace "aflorar un montón de talento", ha afirmado Gutiérrez-Rubí en un debate con el catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona Joan Subirats moderado por el director adjunto de El Periódico, Albert Sáez.. Para el autor, la tecnología ha hecho que las consignas decaigan a favor de las ideas y que las causas políticas se conviertan en el elemento central de la comunicación, más importante incluso que el sentimiento de pertenecer a una casa política.
Subirats ha considerado que este cambio de época trae muchas oportunidades para la innovación: "No se ha de entender la tecnología como algo que podemos utilizar para cosas que ya hacíamos sino como un espacio nuevo en el que podemos repensar estos procesos". Las opciones a la hora de introducir la tecnología en los partidos ya no se limitan a contratar un community manager para que dinamice la cuenta de Twitter, según el catedrático. Las agrupaciones más tradicionales se enfrentan ahora al dilema de si han de abrazar o no herramientas que podrían alterar los mecanismos de poder de la formación. Por ejemplo, software que facilite la toma de decisiones colectiva.
Las redes sociales y aplicaciones para móviles permiten "una incorporación de voces que nos hace más sólidos democráticamente", según Gutiérrez-Rubí. "Antes, la opinión pública se emitía o producía. Ahora, es compartida. Si quieres saber qué piensa un colectivo tienes que conectarte", ha explicado. Además, estas tecnologías extienden entre quienes las usan la sensación de protagonismo provocando que la gente "se levante" y forme parte de la transformación. Es el caso de muchos miembros de Podemos, que pese a no haber sido mencionado en el debate, sirve de caso de estudio junto a otras formaciones políticas extranjeras en el libro.
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