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EMPRESAS VASCAS

Euskaltel: de la épica del ciclismo a la lírica del bonus

La salida a Bolsa de Euskaltel revoluciona Euskadi por los elevados incentivos a 25 directivos y las plusvalias del 300% de los fondos de inversión

Alberto García Erauzkin y Fernando Ojeda el día de la salida a bolsa de Euskaltel
Alberto García Erauzkin y Fernando Ojeda el día de la salida a bolsa de EuskaltelFERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Euskaltel, la teleco vasca que nació en 1996 fruto del pacto político entre Xabier Arzalluz (PNV) y José Maria Aznar (PP) para facilitar la investidura de este último, ha cambiado en quince días lo que parecía imposible a lo largo de quince años. La empresa asociada a la épica de un equipo exitoso y peleón —un David— en el complicado mundo de la telefonía donde triunfan los Goliat, ha unido a todos los agentes políticos y sociales en su contra al abrazarse a la lírica de los beneficios millonarios, del pelotazo con motivo de su salida a bolsa, pero solo para unos pocos. La empresa que se convirtió deliberadamente en la marca de un país, Euskaltel Euskadi, y que escribió páginas impresionantes sobre la bicicleta en las cumbres más disputadas del Tour de Francia —Roberto Laiseka ganó en Luz Ardiden en 2001, Iván Mayo en Alpe dHuez, o Samu Sánchez el maillot de la montaña— dio el pasado jueves otra campanada en su salida a bolsa, al repartir a sus directivos 45 millones de euros en bonos y un beneficio del 300% a los fondos de inversión que entraron en su accionariado hace tres años.

Parte de las críticas nacen del hecho de que el premio gordo de los bonus -45 millones de los que más de nueve se llevó el presidente, Alberto García Erauzkin- los gane el mismo equipo directivo que llevó la empresa a una situación crítica en 2006. Ese año rompió con Orange y en 2012 el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) validó el laudo de un Tribunal de París, que recogía una sentencia de un órgano judicial suizo, que condenaba a Euskaltel a pagar 222 millones de euros a Orange por irregularidades en aquella ruptura. Otros colectivos afirman que si Euskaltel fuera el resultado del esfuerzo de emprendedores individuales nadie cuestionaría su éxito en bolsa, pero es que nació como una firma con vocación nacional, con fuerte apoyo accionarial del Gobierno vasco a través de los presupuestos públicos y de las cajas controladas por los partidos que luego alumbraron Kutxabank. Origen público y partidista del que no se ha desprendido todavía: En la teleco y en el banco que llegó a controlar el 68% de las acciones —ahora tiene el 30%—, siguen siendo mayoría destacados miembros del partido que más rendimiento, en cuota de poder, le saca a la operación, el PNV.

Trilantic la formaron

La entrada de los fondos Trilantic —constituida en su día como LBMB por ex trabajadores de Lehman Brothers que la compraron en su totalidad en 2009 con el apoyo de Reinet Inversiones S.C., un fondo luxemburgués controlado por la familia Rupert— e Investindustrial con el 48% del accionariado, dio oxígeno a la entidad en 2013. Pero para entrar exigieron contrapartidas a corto plazo, como la salida a bolsa con una fuerte revalorización. Y lo han logrado. Entraron en el accionariado con una inversión de unos 225 millones y han vendido por valor de cerca de 700 millones. Una diferencia de valoración que, según fuentes consultadas por este periódico, difícilmente se justifica por la reducción de los costes laborales derivados de la externalizaciones -pasó de una plantilla de 500 a 350-, ni por la compra de la red de fibra al Gobierno vasco -68 millones- que hasta ese momento tenía alquilada en régimen de exclusividad, y que ha constituido su elemento diferencial.

El Parlamento vasco autorizó al Gobierno vasco, en agosto de 2012 la venta de la red de cable a Euskaltel, pero lo hizo de forma directa, sin dar opciones al resto de operadores a presentar ofertas. Ahora Euskaltel se plantea crecer con la operadora asturiana Telecable y con la gallega R con quienes Euskaltel pretende llegar a acuerdos para fusionarse. Un acuerdo de las empresas con sede en Bilbao, Gijón, y La Coruña permitiría a Euskaltel crear un grupo más grande con cerca de un millón de clientes y con una facturación global que superior a los 711 millones de euros anuales, aunque pequeño todavía frente a Movistar, Orange, tras comprar a Jazztel, y Vodafone una vez absorbido Ono. Lo que plantean algunos especialistas es si la ventaja competitiva de Euskaltel, su red de fibra, no se disolverá como un azucarillo sin finalmente el regulador obliga a los propietarios a dejar a la competencia el uso de la red a cambio de un canon. La normativa que está impulsando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) obliga Telefónica y a Euskaltel a compartir su infraestructura de red con otras operadoras en todo el territorio nacional salvo en nueve municipios.

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