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La crónica de Baleares
Crónica
Texto informativo con interpretación

Flash del discurso de un juez

La autoridad en su novedad se siente en la necesidad de presentarse común, un ciudadano cualquiera con sentimientos y debilidades

Antoni Oliver, con barbita, con Antonio Terrasa y Gabriel Fiol, entre otros muchos togados
Antoni Oliver, con barbita, con Antonio Terrasa y Gabriel Fiol, entre otros muchos togadosTolo Ramon

En discursos o confidencias el poder de estreno a veces exhibe el yo personal, bastante humano. La autoridad en las representaciones individuales y protocolarias evidencia su novedad, se siente, quizá, con la necesidad de presentarse común, un ciudadano cualquiera con sentimientos. Entre la máxima profunda y el memorándum genérico, también se desabrocha, muestra y explica cuestiones personales, biográficas.

La voz del protagonista, en estos trances y párrafos, se transforma en íntima, dura y solemne; aflora emotiva, nostálgica, casi con detalles privados, familiares. Esas intervenciones en primera persona del singular tienen la obvia intención de hacer plural el sujeto y el verbo, todo el mensaje: un ‘sin vosotros no soy nadie’. Pretende la complicidad social, afinidad corporativa, calar en los corazones de los allegados, evocar más allá de las lápidas a los ausentes.

Uno de esos momentos, con moderación, lo plasmó el magistrado Antoni Oliver Reus, presidente de la sala de lo social del Tribunal Superior de Justicia de les Islas Baleares. Juez singular, moderno y progresista, con barbita desarreglada, navegante y excursionista, se vio rodeado de un plural coro de abogados, jueces y fiscales, sindicalistas y empresarios y familia.

En su promesa Oliver lanzó un alegato contra la sobre saturación que puede poner en duda la tutela efectiva de los derechos de los justiciables. Indicó que el derecho laboral ha ejercido “una doble función pacificadora y de progreso, procurando una notable cohesión social, que ha dado a Europa uno de los momentos más brillantes de la historia de la humanidad.” La versión directa: “Pocas cosas como la Seguridad Social nos han ofrecido fortaleza social y moral, es uno de los máximos exponentes de solidaridad entre los ciudadanos”.

El jurista no lo detalló, es su memoria pero es historia: Es nieto de alcalde republicano de Felanitx, Pere Oliver i Domenge, ‘es potecari’ de son Barceló, perseguido, su familia presa y él 15 años exiliado. Su otro abuelo Pere Reus Bordoy, juez de paz y editor, catalanista como aquél fue ejecutado en 1938. “En Toni es jutge” d'es Port, bordó su intervención, en catalán con mensajes de contenido cívico que alternó con referencias personales –no todas.

Habló de su abuela Purita Manzanares de Cartagena, presa en la cárcel de mujeres de Palma, can Salas, que le auguró que sería juez "como mi Perico" (su abuelo). Aludió a sus progenitores extintos. Su padre Miquel Oliver Massutí abrió su biografía en los campos de concentración de Franco y llegó a la cúpula científica del Instituto Oceanografico, a la subsecretaria de Pesca y a escaños electos con los socialistas. El magistrado Oliver, tutelado por sus pares Antonio Terrasa y Gabriel Fiol, citó al poeta Blai Bonet: "la autoritat és mútua o no és".

Las referencias propias del dietario, la poesía y las citas literarias pueblan los mensajes. Francina Armengol, neo presidenta de Baleares, vivificó sus sueños en Miquel Bauçá -que el PP contrapuso a Calderón de la Barca-; habló del miedo de Albert Camus, de la fidelidad de Salvador Espriu y se abrazó a Bartomeu Rosselló-Pòrcel (poeta compartido con Alberto Jarabo de Podemos):“Tota la meva vida es lliga a tu com en la nit les flames a la fosca”. De pie, anónima entre el público y el discursio, quien dio voz y gloria a Rosselló, Maria del Mar Bonet. Otros citas de poder, Marià Villagómez, de Ibiza: es preciso desear lo imposible y que no muera el deseo.

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