Unió se aboca a la escisión al expulsar al sector independentista

Unió Democràtica dio ayer un nuevo paso hacia la escisión interna al suspender de militancia a ocho dirigentes críticos del sector independentista. El partido que encabeza Josep Antoni Duran Lleida y que hace dos semanas ya rompió con Convergència decidió tramitar la expulsión de los destacados militantes derrotados en la consulta que el partido celebró hace dos semanas y que están haciendo campaña a favor de la candidatura del líder de Convergència Artur Mas. Los afiliados en vías de expulsión anunciaron que se disponen a crear un nuevo partido que reivindicará la herencia de Unió.

Los dirigentes afectados por el expediente son la presidenta del Parlamento catalán, Núria de Gispert, el líder del sector crítico, Antoni Castellà y otros miembros del comité de gobierno como los diputados Assumpció Laïlla, Mercè Jou, Elena Ribera y Joan Recasens y Josep Martorell y Marta Vidal.El grupo podrá defenderse ante la comisión de garantías del partido, pero su suspensión de derechos como militantes ya se hizo efectiva ayer, explicó el secretario general del partido, Ramon Espadaler. Los que son miembros del Comité de Gobierno de Unió ya no podrán participar en próximas reuniones. La formación deja “a criterio de cada persona” si dejan o no sus cargos institucionales.

Por su parte, Antoni Castellà, secretario de Universidades, anunció que no dejarán los cargos institucionales y abrió la puerta a que la Plataforma Hereus de Unió 1931 se convierta en un partido político. Para Castellà, “hoy [por ayer] se ha certificado la ruptura de Unió”. Los críticos aseguran tener más de mil personas afiliadas a su plataforma independentista.

Los afectados anunciaron su disposición a crear  nuevo partido que reivindicará la herencia de Unió.

Castellà auguró que el número de expedientados podría aumentar en los próximos días, pero aseguró que no cambiarán sus convicciones “a favor de la defensa del carácter plebiscitario del 27-S y la defensa de un 'sí-sí (independencia)”, porque no quieren “dar la espalda” a casi la mitad de la militancia democristiana que les apoyó en la consulta interna.

Espadaler insistió en cambio en que el expediente de suspensión de militancia no se debe al independentismo de los críticos, sino a que han expresado su apoyo a la candidatura de Artur Mas.

Al margen de la grave crisis interna de la formación, la cúpula está preparando las elecciones del 27 de septiembre. Espadaler, que con toda probabilidad será candidato, explicó que el proceso para confeccionar su lista para las elecciones del 27 de septiembre ya ha comenzado. El proceso culminará en un consejo nacional el 25 de julio en el que se aprobará el programa electoral y las candidaturas para las cuatro circunscripciones.

Los días 13 y 16 de julio las diferentes intercomarcales del partido reunirán sus asambleas para hacer sus propuestas para la candidatura de UDC. Posteriormente, el fin de semana del 18 y 19 de julio, UDC reconvertirá su Escuela de Verano en una Convención Programática, para debatir, en palabras de Espadaler, “qué debe ofrecer el partido a la ciudadanía” el próximo 27 de septiembre.

Unió también aprovechó la crisis griega para comenzar a perfilar su discurso. Espadaler reivindicó las formaciones políticas que actúan con “rigor” y “seriedad” en contraste con los “populismos, que llenan urnas , pero no aportan soluciones”, como ha sucedido en su opinión con la crisis de Grecia.

En una conferencia de prensa posterior a la reunión de la ejecutiva de UDC, Espadaler destacó que el gobierno heleno de Alexis Tsipras pone de manifiesto el “nefasto recorrido del populismo cuando llega a las instituciones”.

El democristiano lamentó que por poner sobre la mesa “promesas populistas” se haya conducido a Grecia a un “callejón sin salida”. Según Espadaler, la crisis griega también puede tener impacto en el calendario electoral. En este sentido, no descartó que pueda contribuir a un adelanto electoral de los comicios generales. Y advirtió de que si estos acaban coincidiendo con las del 27 de septiembre entonces Mas debería abstenerse de convocar las elecciones catalanas.