La Generalitat abre delegaciones en Marruecos, Portugal y El Vaticano
El Gobierno catalán suma ya siete oficinas de representación en el exterior
El Gobierno catalán ha aprobado en su reunión de hoy la apertura de tres nuevas delegaciones de la Generalitat en el extranjero, concretamente en Portugal, Marruecos y en El Vaticano. Con estas delegaciones la generalitat contará con un total de diez oficinas de representación en el exterior. El objetivo, según el acuerdo del Gobierno catalán es “responder al compromiso de consolidar la acción exterior de Cataluña e impulsar las participación en organismos internacionales”.
La delegación de la Generalitat en El Vaticano tendrá como finalidad añadida “facilitar las relaciones bilaterales con el Vaticano” en el ámbito de las competencias de la Generalitat, mantener la “representación y la relación permanente con sus instituciones y captar información en relación con las iniciativas de la Santa Sede que resulten de interés de la Generalitat”. La apertura de esta delegación llega en un momento en que está pendiente la sustitución del arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.
Las sedes de Lisboa y Rabat serán la base de la Generalitat para establecer contactos y fomentar los intercambios comerciales en países lusófonos y del Magreb, respectivamente.
Las delegaciones que ahora se abrirán ya existieron en los últimos años de los gobiernos de Jordi Pujol, pero fueron cerradas por el tripartito de la izquierda cuando gobernó.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró ayer hoy que el Gobierno italiano “no reconoce” como tal la delegación abierta por la Generalitat en Roma y agregó que “no hay actividad en esta supuesta sede”, además de recordar que el Ejecutivo central ha recurrido su apertura por considerar que no cumple los requisitos exigidos por la Ley de Acción y del Servicio Exterior, en concreto, haber solicitado un informe previo a los ministerios de Exteriores y Hacienda. Margallo, que hizo estas declaraciones en Haití, mantiene una pugna legal para frenar los intentos del Gobierno de Artur Mas para dotarse de una red exterior que sirva de embrión al despliegue diplomático de un futuro Estado catalán; lo que le ha llevado a recurrir la ley catalana de Acción Exterior y la apertura de las denominadas “embajadas” de la Generalitat, informa Miguel González.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.