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El atracador acusado de matar a una cajera niega haber estado en Cambrils

El interrogatorio del fiscal descubre que el atracador llevaba un alto tren de vida

Marc Rovira
Manuel Álvarez Villar declara en la Audiencia de Tarragona este jueves.
Manuel Álvarez Villar declara en la Audiencia de Tarragona este jueves.Josep Lluís Sellart

Tras dos horas y media respondiendo a preguntas que trataban de aclarar como hacía para sufragar su alto tren de vida, Manuel Álvarez Villar ha encadenado un "no" tras otro. En el juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Tarragona, el atracador que presuntamente asesinó a Estela Calduch, la banquera que fue tiroteada en el cuello durante un robo a la sucursal bancaria, ha insistido en que el día de los hechos él no se encontraba en Cambrils.

Álvarez Villar, alias Bravo, ha relatado que jamás pudo apretar el gatillo del revolver que mató a la joven de 25 años porqué el día del crimen, 25 de octubre de 2010, lo pasó entre Castro Urdiales, donde residía, y Bilbao, donde trabajaba. Dice recordarlo bien porque el 25 de octubre cumple años y tiene guardados en la memoria detalles de aquel aniversario.

Bravo manifiesta no reconocerse en el hombre que aquel lunes por la mañana entró en la oficina del Banco Santander de Cambrils empuñando una arma y con el rostro desfigurado por una barba postiza. "No soy yo", ha contestado cuando le han mostrado las imágenes que captaron las cámaras de seguridad del banco y en las que supuestamente aparece él junto con un cómplice que nunca ha podido ser identificado. "No es mío, no uso polos. Yo uso camisas", ha dicho en tono desfiante cuando el fiscal le ha exhibido el polo blanco que la policia intervino en su casa y que supuestamente vestía el día del atraco.

"María José mandaba ropa a Paraguay", ha alegado el acusado para explicar la presencia de un polo masculino en una casa donde él era el único varón. Maria José era su compañera sentimental, la mujer a la que pagaba hasta 300 euros a la semana. La misma a la que financió los 5.800 euros que costaba una operación de aumento de pecho. A petición del fiscal, el tribunal ha ordenado escuchar las cintas de las charlas que grabó la policia durante la investigación del caso y donde se oye a la mujer hacerle incesantes peticiones de dinero.

Álvarez Villar sí dice ser el dueño de las zapatillas deportivas negras con una raya lateral blanca que los agentes encontraron en el registro domiciliario. Según las capturas de las cámaras de seguridad del banco de Cambrils, era el calzado que vestía el atracador que disparó contra Estela Calduch. "Solo las uso para trabajar", ha concedido el acusado. El trabajo detrás de la barra del Bar Aritz de Bilbao, muy cerca del pabellón La Casilla, es lo que le tuvo ocupado aquella mañana en que dos individuos asaltaron la sucursal de Cambrils. Cuenta Bravo que, a pesar de que él era normalmente el responsable de subir la persiana, aquel día llegó sobre las nueve de la mañana, más o menos a la misma hora en que se producía el atraco en la Costa Daurada. Álvarez Villar dice que echó mano de la recaudación del día anterior y que, envuelta en papel de plata, la llevó a ingresar a una entidad bancaria cercana. Luego gastó el día comprándose una camisa y comiendo marisco.

La policia encontró en su coche un comprobante de autopista que acredita que, el día antes de los hechos, tomó la ruta que lleva de Bilbao a Zaragoza. Bravo admite haber realizado el viaje. "Soy muy devoto de la Virgen del Pilar. Cada año voy a visitarla". También este año ha podido cumplir con la tradición porque, a pesar de que pueden caerle 25 años de condena, el alargamiento de la instrucción obligó al juez a dejarle en libertad por caducidad de la prisión provisional.

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