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Muere una empleada en un atraco a un banco de Cambrils

Los Mossos buscan a los dos asaltantes, que huyeron a pie

Estela Calduch, una empleada de 25 años que trabajaba en una sucursal del banco Santander de Cambrils (Tarragona) y que estudiaba Económicas, murió asesinada ayer de un disparo con arma de fuego durante un atraco. Los dos asaltantes accedieron a la oficina con gafas de sol y peluca sobre las 8.30, poco después de que abriera la oficina en la que trabajaban tres empleados.

Uno de los atracadores disparó un tiro que alcanzó en el cuello a Estela Calduch, que murió desangrada minutos después. Los empleados intentaron, sin éxito, taponar la herida y luego requirieron asistencia del equipo de psicólogos municipal, explicó Vilma Valdivieso, la mujer de la limpieza, que por la tarde limpió sola la oficina de sangre y sin que nadie le ofreciera apoyo psicológico. "He estado llorando todo el día", se lamentaba. Los Mossos d'Esquadra seguían anoche buscando a los atracadores, que huyeron a pie y sin botín tras matar a Calduch.

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Disparo involuntario

La ejecución del atraco fue tan absurda como la muerte que produjo, lamentaron fuentes policiales. Los atracadores accedieron a la sucursal pistola en mano después de que, como cada mañana, en la oficina recibieran una cantidad de dinero sin determinar del camión blindado de una empresa de seguridad. Apenas permanecieron en el local 50 segundos, detallaron fuentes que visionaron el vídeo registrado por las cámaras de seguridad. Los atracadores reclamaron dinero en efectivo y, sin hacer siquiera ademán de apuntar a la víctima, uno de ellos disparó un tiro. El proyectil alcanzó en el cuello a Calduch, gestora de clientes. La detonación provocó una suerte de respingo instantáneo en el atracador que disparó, precisaron las mismas fuentes.

Los agentes sospechan que el disparo fue involuntario y desvincularon este robo del asalto que sobre las diez de la mañana cometieron dos hombres armados con pistolas en un domicilio en Vilafortuny, a unos cuatro kilómetros de la sucursal atracada.

La fallecida, natural de la localidad de Sant Carles de la Ràpita y residente en la vecina población de Mont-Roig del Camp, atendía a los clientes en una mesa junto a la puerta de la sucursal. Esa zona queda fuera de la cobertura que ofrece la cabina a prueba de balas que tienen los empleados del banco que trabajan detrás del mostrador. Esta falta de protección provocó ayer las críticas de los sindicatos, que reclamaron más seguridad para los trabajadores y alertaron de que en los últimos dos meses la entidad bancaria ya ha sufrido cuatro atracos en Cataluña.

Un policía toma huellas en la puerta de la entidad bancaria.
Un policía toma huellas en la puerta de la entidad bancaria.EFE

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