_
_
_
_

Lecciones de vida y rock

The New Raemon tutela el éxito internacional de Mourn, el grupo de sus hijas

Ramón Rodríguez, junto a sus hijas Jazz (i) y Leia.
Ramón Rodríguez, junto a sus hijas Jazz (i) y Leia.Gianluca Battista

Padre músico en Madee y The New Raemon con repercusión mayoritaria en el mercado catalán. Hijas, Jazz de 19 años y Leia de 15, componentes de Mourn, grupo novísimo con repercusión en Estados Unidos y Europa, donde ya han actuado y editado su homónimo disco de debut, un disco con sabor a años noventa. Sentados para hablar sobre música y familia se percibe una buena relación entre los tres. Papá es un consejero que llega donde no llegan otros padres, "nos da consejos técnicos y nos dice que sobretodo tengamos un plan b por si algún día no funciona la música o nos cansamos de ella y queremos hacer algo distinto", dicen Jazz y Leia ante la complacida mirada de su progenitor, quien apunta que "desde pequeño quise ser músico y no he tenido más opciones", como explicación a su consejo. Hoy por hoy sólo se puede decir que las tornas han cambiado. Lo verbaliza Jazz: "Antes éramos las hijas de New Raemon, ahora somos Mourn".

"Siempre hemos escuchado música en casa. La de papá era perfil independiente, la de mamá más comercial, Sabina, la Movida y cosas así. Ahora ella escucha mucho nuestra música", dice Jazz, el motor de Mourn y aficionada a PJ Harvey. "Sí", prosigue Jazz, "si no coincides en gustos con tus amigos te acaban considerando una friki y te quedas sin conversaciones, pero al final siempre acabas encontrado a personas con tus intereses. Lo que tenía claro es que si a los demás no les gusta lo mismo, pues que les den". A Jazz, recuerda su padre, 39 años, "ya le gustaba Jeff Buckley con dos años, pero nunca pensé que estaba criando a una excéntrica. Yo les iba poniendo música y ellas preguntaban qué era para luego escucharlo. Jazz siempre ha tenido claro qué le gusta, Leia ha sido más ecléctica y ha escuchado Jonas Brothers por una cuestión social. Yo sólo deseaba que tuviesen un criterio sobre música, así como sobre cine o literatura. Puede ayudar a ser feliz". ¿Y no puede convertir a una persona en una elitista de los gustos?. Jazz al quite "no me siento mejor persona porque me gusten Replacements y no Shakira, Replacements son guays y ya está", zanja. Pero ¿no es música de otra generación la que te gusta?, Jazz piensa la respuesta y responde "no veo porqué me ha de gustar sólo la música de mi generación, creo que hay que mirar para atrás y aprender de los que estuvieron antes. Es humano ¿no?"

Bien, también son humanas otras cosas. Por ejemplo ¿qué hay de las drogas y de esas giras que pueden propiciarlas? Responde de nuevo Jazz: "de las drogas nos habla como en broma, pero sabes que lo que dice papá va en serio. Te haces unas risas, pero no es broma y ya hemos visto lo que pasa en otros grupos por esta cuestión". Por su parte Leia, menor de edad, casi siempre viaja acompañada por Ramón "no, no me siento en una guardería", asegura antes de añadir "además, así Jazz y los demás pueden irse por ahí sin estar preocupados por mí, que me quedo con papá". Interviene Jazz "y si viene papá al menos sabemos realmente cómo sonamos en la sala" Y ¿qué hay de la otra droga?, la adulación. De nuevo Jazz toma la palabra "por un lado te sienta bien pues se trata de un reconocimiento a tu trabajo, pero por otra piensas que tampoco hay para tanto, que en casa me como los mocos como cualquiera". Tercia Ramón "yo les digo que sólo soy The New Raemon hora y media en el escenario, que cuando bajo de él soy Ramón y orino como cualquier persona. Eso han de tenerlo muy claro, como conocer que la vida de músico, que no deseaba para ellas, es muy dura". Interviene Jazz "no hace falta que lo digas, cuando tocamos en Groningen viajamos todo el día, tocamos y a dormir. Pasas muchas horas en carretera para tocar sólo un rato".

El tiempo se echa encima. Jazz asegura que de mayor quiere ser música, Leia no lo tiene tan claro "me lo paso bien, pero estudiar, mantener amigos y tocar se hace muy difícil de compaginar". De momento Ramón Rodríguez acepta la situación "porque así ya no soy The New Raemon, sino el padre de las Mourn, que me resulta más novedoso", dice. ¿Pero para qué sirve tener un padre rockero, no es un padre enrollado un arma de doble filo? "No en nuestro caso, pues nos ayuda que te diga que el error que acabas de cometer es de primero de rock", finaliza Leia. Por cierto, Jazz no se llama así por el estilo musical.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_