Mirada a las alcobas de la capital
Asier Rua lleva siete años fotografiando los interiores de la capital y recoge todo ese material en un libro Su presentación coincide con la apertura de la 50 edición de Casa Decor, la feria de decoración más importante de Europa
Cuando Asier Rua comenzaba a realizar sus primeros reportajes de interiores en Madrid, trabajaba de acomodador en el Teatro Amaya. “Pensé que era un lugar con un interiorismo muy interesante; contaba una historia”, recuerda el fotógrafo, nacido en Donosti en 1984. Ese reportaje, pensado como un proyecto personal, ha concluido en la publicación del libro Madrid Interior, un volumen diseñado por el reconocido Studio Folch. Por las páginas del libro desfilan desde el salón de Ouka Lele, el estudio de Ágata Ruiz de la Prada, la habitación que se esconde tras el icónico cartel de Schweppes o el mural de Guillermo Pérez Villalta que Almodóvar escogió como escenario de Laberinto de Pasiones.“Mi intención ha sido recoger muchos puntos de vista y diferentes tipologías de interiores; no se trata de una compilación ni de un tratado estético, sino que he querido reflejar la esencia de Madrid a través de sus espacios”, explica el autor.
En su recorrido —ha visitado más de 100 localizaciones, de las que ha seleccionado 93 fotografías—, Rua ha llegado a la conclusión de que las alcobas, salones, recibidores y estancias de la capital denotan un carácter muy ecléctico. “Madrid cambia muy rápido; casi todos los lugares que aparecen en el libro han sufrido algún proceso de transformación desde que los fotografié. Algunos han desaparecido por completo. Otros han mutado”, cuenta el fotógrafo, que tomó las últimas imágenes este febrero. Así, el volumen, que se presenta el próximo 7 de mayo en La Eriza (Calle Colón, 15), es un legado a muchos lugares que ya no existen. “Refleja lo que fue la ciudad en un momento muy relevante: la crisis, que ha favorecido que la urbe se haya transformado a una velocidad vertiginosa”.
Las tiendas de campaña del 15M, un detalle de la boutique Loewe de Gran Vía, el Casino de Madrid o varias casas de particulares articulan un colorido discurso en el que se mezclan clasicismo, elegancia, inspiración vintage o espacios repletos de muebles reciclados. “Las casas de la gente anónima refleja las tendencias que calan en la sociedad; las inquietudes de cualquier ciudadano a la hora de organizar su espacio vital o su área de ocio o trabajo. Eso cuenta mucho de las personas y del momento en el que viven”, opina Rua, que ha publicado el libro sin ningún tipo de financiación. “Varias editoriales se interesaron, pero no terminábamos de cerrar un acuerdo. Me decidí a hacerlo yo mismo”, añade soltando una risa nerviosa. Se ha gastado en torno a los 13.000 euros en una tirada de 400 ejemplares (que se pueden adquirir en www.madridinterior.es y en varias librerías de la capital). Además, en septiembre, la galería de arte Mondo, especializada en fotografía, tiene previsto organizar una exhibición con una selección de varias imágenes extraídas de Madrid Interior.
“Madrid es una ciudad que hay que conocer desde dentro”, dice la arquitecta Izaskun Chinchilla, una de las promesas de la arquitectura española. “Es una ciudad más interior. Madrid necesita saber sus horarios, su manera de comer... Creo que hay un reflejo muy interesante y muy fiel de la ciudad en este libro”, añade la arquitecta, que actualmente está realizando un crowdfunding para realizar una intervención efímera en Nueva York. Como ella, varios arquitectos españoles —con Andrés Jaque a la cabeza— gozan del reconocimiento internacional. Sin embargo, esa proyección no se da con el interiorismo. “Destacan pocos”, confirma Rua, “Lorenzo Castillo y Lázaro Rosa Violan [autor del proyecto del nuevo DiverXo, el restaurante de David Muñoz] son algunos de ellos”. “En España hay interioristas muy buenos y muy jóvenes”, defiende el fotógrafo. Lo dice con bastante conocimiento de causa; tras haberse pasado siete años investigando en las alcobas de Madrid.
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