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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

A Rus le crecen los enanos

Una denuncia de la diputada provincial de EUPV, Rosa Pérez Garijo, desveló una presunta trama para desviar fondos de la Diputación

Lo único llamativo de la noticia es que se haya hecho esperar tanto. Era prodigioso, o poco menos, que en el imperio político, municipal y corporativo de Alfonso Rus no creciese la mala hierba de la corrupción que ha florecido por doquier en el PP. Pero se acabó el prodigio. Como es sabido, una denuncia de la diputada provincial de EUPV, Rosa Pérez Garijo, desveló una presunta trama para desviar fondos de la Diputación y de su compañía instrumental Imelsa que aparentemente han beneficiado ilegalmente al partido y al gerente de la citada firma, Marcos Benavent -en paradero desconocido- de quien se asegura que recientemente había adquirido en Xàbia tres inmuebles por un importe superior al millón de euros.

La Fiscalía contra la Corrupción y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil están o han estado sobre el asunto. Agréguese a ello la sombra de sospecha que proyectan los 32 millones de euros para la instalación de césped artificial y el sombrío negocio de las bombillas de bajo consumo en la vía pública de los municipios. No ha de extrañarnos que la feligresía popular, o su mayor parte, así como la plana mayor del partido, estén sobre ascuas por tal espuerta de porquería acumulada a la vera de quien, aunque bronco, chulesco y sietemachos, se le tiene por íntegro al tiempo que hábil para controlar a las gentes de su entorno. Resulta obvio que, en el mejor de los casos, al gran hombre que tan sobrado se exhibe le ha faltado instinto para percibir cómo le crecían los enanos, y eso en democracia se paga, aunque no haya sido norma en su partido.

No es correcto festejar la desdicha ajena, pero la verdad es que la vida pública ganaría mucho con la pérdida de este dechado de torpezas, ofensas e injurias que es el hoy alcalde setabense. Este es el edil que cuando tomó posesión de la poltrona conminó a la oposición a ponerse de “rodilla en tierra y a callar”, o reputó de “gilipollas” y “sinvergüenzas” a quienes dicen aleshores y gairebé, además de proclamar que als catalans, ni aigua, o evocó a Fraga Iribarne con el grito de “la calle es nuestra”, describió a los músicos de su pueblo como fills d’una puta y sentenció que a Formación Profesional “sólo iban los más burros”. Un muestrario que podría aumentar a poco que exprimiésemos la hemeroteca, pero creemos que las perlas transcritas, que tanto molan a su distinguida clientela electoral, perfilan sobradamente al personaje que uno de estos días pasados, en el colmo de la altivez o de la estupidez solemnizó que “gestionamos de puta madre y no podrán conmigo”, lo que ciertamente nos resulta por un parte falso y por otra alarmante.

En su día sentenciarán los tribunales y hasta es posible que se sustancien las trampas y cambalaches que van emergiendo en la gestión de la ”Dipu” provincial. Por el momento, y contra todo pronóstico, se ha constituido una comisión de investigación limitada a las contrataciones de Imelsa y que será presidida por un diputado de Compromís. Ya se sabe en qué poca cosa suelen quedar estas pesquisas, pero al menos podremos esperar que los diputados de la oposición denuncien las trabas que se les pongan o, en otro caso, los hechos que se constaten y las responsabilidades políticas que concurran. El universo político estará ojo avizor.

Adenda sobre Ritaleak. Su prodigalidad es impresentable, señora alcaldesa de Valencia. No nos abochorne más. Márchese.

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