El falso shaolín, culpable de “asesinato con alevosía” pero sin ensañamiento
El jurado popular ha emitido su veredicto que no satisface a las acusaciones particulares
El jurado popular ha declarado "culpable" de "asesinato con alevosía" pero "sin ensañamiento al falso shaolín, Juan Carlos Aguilar, autor de la muerte en su gimnasio de Bilbao de Maureen Ada Otuya, de nacionalidad nigeriana, y de haber descuartizado a Jenny Sofía Rebollo, natural de Colombia, en junio de 2013. El jurado popular ha declarado culpable a Aguilar de ambos asesinatos con alevosía por unanimidad y, por el contrario, siete de los nueve miembros del jurado no creen que incurriese en ensañamiento en el caso de Maureen.
Siete de los nueve miembros del jurado no creen que el falso shaolín incurriese en ensañamiento en el caso de Maureen
Los miembros del jurado en su totalidad han sentenciado que el falso shaolín, de acuerdo con el artículo 78 del código penal, sea privado de los beneficios penales, como exigieron las acusaciones anteriormente. La resolución, conocida después de menos de 48 horas de deliberaciones tras las cinco sesiones de vista oral, rodeado de una fuerte expectación mediática, en la Audiencia de Bizkaia, ha sido criticada por las acusaciones particulares.
Los abogados de las acusaciones se han mostrado contrarios al veredicto, pero han añadido que deben esperar a la sentencia para decidir si recurren o no. "Nos queda esperar que pongan la pena máxima" ha comentado Jorge García, abogado de Jenny. Por su parte, José Miguel Fernández, abogado de Maureen, se ha mostrado disconforme, ya que "creemos que está probado el ensañamiento" y en la misma línea, la abogada de la asociación Clara Campoamor ha lamentado que "no han conseguido ver las pruebas de ensañamiento".
Después del reconocimiento de los hechos por parte del único acusado, quedaba por dilucidar si Aguilar actuó con ensañamiento en sus dos actos delictivos. Para el jurado popular no lo hizo. En esta línea argumental ya se mostró el fiscal del caso durante la tercera jornada del caso, al igual que los forenses que practicaron las autopsias a las víctimas.
Tras estas aportaciones de los especialistas, las acusaciones particulares fueron insistiendo en sus posteriores intervenciones en que el ensañamiento también fue "psicológico" para que pudiera ser tenido en cuenta por el jurado popular. No obstante, el veredicto ahora conocido acaba con la principal incógnita que quedaba por resolver después de asumir Aguilar su responsabilidad en unos hechos que han provocado escenas impactantes de fuerte rechazo cuando han sido expuestas las fotografías del estado de las víctimas.
Hasta la lectura del veredicto por parte del magistrado Manuel Ayo, presidente del tribunal, el falso shaolín ha permanecido en los calabozos de la Audiencia, desde donde será trasladado a la cárcel de Zaballa (Álava) antes de su destino a la prisión de Dueñas (Palencia), en la que se encuentra recluido tras los primeros días posteriores a su detención.
El fiscal y los forenses tampoco habían advertido ensañamiento
Aguilar ha permanecido impasible y con gesto ausente durante todo el juicio una vez que en la apertura de la vista oral reconoció la autoría de los hechos. Con una frialdad poco común, después de escuchar los relatos de las acusaciones con los ojos cerrados, en una especie de estado de meditación, salió el pasado lunes al medio de la sala y erguido, con una chaqueta cortavientos por los hombros respondió afirmativamente a todas las preguntas del fiscal. "Si, reconozco todo eso", ha dicho sin exhibir ningún tipo de empatía pese a la gravedad de los hechos.
Precisamente esta actitud fue advertida por el presidente del tribunal a los miembros del jurado popular. "No ha mostrado en modo alguno arrepentimiento", les recordó dentro de las pautas jurídicas que deberían tener en cuenta en sus deliberaciones. En su declaración, el falso shaolín se negó a contestar al resto de representantes judiciales ni al abogado de Yenni, Jorge García Gasco, ni al de Maureen Ada, José Miguel Fernández, ni a la de la acusación particular, la asociación Clara Campoamor, Maite Iturrate.
Aguilar fue detenido por la Ertzaintza el 2 de junio de 2013 en Bilbao tras haber golpeado "salvajemente" en el gimnasio de su propiedad a Maureen Ada Otuya, de nacionalidad nigeriana, que ingresó en estado de coma en el Hospital de Basurto, donde falleció tres días más tarde. Durante el registro del gimnasio y del domicilio en el que residía en la calle Iturriza, la Policía vasca encontró el cadáver descuartizado de otra mujer, Jenny Sofía Rebollo, natural de Colombia.
Las acusaciones sostienen que el acusado "disfrutaba manteniendo prácticas sexuales de dominación con mujeres sometidas a él e indefensas, incluso desmayadas o privadas del sentido", en referencia a las fotografías que se localizaron en las que aparecían mujeres narcotizadas con las que tenía relaciones.
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