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Caminata de protesta del sector naval en la ría ferrolana

Los sindicatos insisten en que los contratos actuales son insuficientes

Los dos barcos que Navantia construye en la ría de Ferrol, el flotel de Pemex y el Buque de Acción Marítima (BAM) para la Armada —en fase preliminar— no bastan para ocupar a 2.300 operarios del grupo en Galicia y están muy lejos del volumen de empleo comprometido por los políticos populares en sucesivas campañas desde el 2011. Los operarios de un centenar de subcontratas de aceros, pinturas, montaje o electricidad de la comarca, que suprimieron 3.500 empleos estos cuatro años, son las grandes perjudicadas por unos astilleros públicos que funcionan al ralentí y hasta hace bien poco tenían las gradas desiertas por primera vez en décadas. La puesta de quilla del barco-hotel para la petrolera mexicana, en octubre del 2014, disimuló un vacío clamoroso.

 Con este telón de fondo, la plantilla directa y auxiliar de las factorías de Ferrol y Fene se echó a andar ayer desde la factoría de Esteiro para recorrer la ría de Ferrol a modo de protesta. Fue una caminata circular de cuatro horas y media, a pie o en bici con los paraguas a mano, para cubrir 20 kilómetros repartidos entre cuatro municipios del borde de la ría —Ferrol, Fene, Neda y Narón— para llevar sus reclamaciones por delante de las casas de los vecinos de una comarca que respira a la sombra de los astilleros.

Es el tercer año consecutivo que caminan con los mismos objetivos: carga de trabajo civil y militar y dique flotante para reforzar el área de reparaciones navales, la única división rentable en 2014. Desde el comité de empresa consideran que la obra nueva contratada —dos buques— es del todo insuficiente para ocupar a una plantilla en subactividad y que la pertinaz negativa del Gobierno, con distintas “excusas” económicas o políticas, a financiar el dique que habían comprometido, lastran las opciones del astillero de lograr contratos y recuperar el empleo auxiliar que perdió.

“Esta actitud del PP en Santiago y Madrid está condenando a una situación límite a los astilleros y poniendo en riesgo su continuidad”, manifestó Ignacio Naveiras, presidente del comité. Los sindicatos cifran en 450 empleo el número de trabajadores de subcontratas con parte del flotel la mayoría repartidos entre dos firmas de aceros, Maessa y Ainair, a las que los sindicatos acusan de implantar jornadas abusivas por encima de las 10 horas con bajos salarios.

“Los miles y miles de empleos que prometió el PP no alcanzan, por desgracia, ni la peor de las expectativas que teníamos”, lamentó Naveiras, que cargó contra la “penosa” dirección del grupo naval, que designa el Gobierno central a través de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). El presidente del Comité ferrolano, también al frente del Intercentros, reclamó hoy un pacto de Estado para designar una directiva que vaya “más allá de los tiempos políticos” que con cada vuelco de las urnas dejan al grupo naval “a la deriva”, sumido en un “caos de cambios estratégicos y comerciales”.

El contrapunto a la sequía de barcos militares está en la saturada división de carenas, apuntan los sindicatos. Aunque marginada por la dirección central, este trimestre genera el triple de empleo para auxiliares que el flotel, pese a que está condicionado a un mercado que fluctúa y se mueve a picos de obra.

En abril, de acuerdo a los datos que maneja el Comité, son 10 los barcos que están en reparación en la ría ferrolana: siete de ellos gaseros, el nicho estratégico en el que se ha especializado la ría. Estas tareas sostienen un millar de empleos repartidos entre distintas contratas que entran a diario en las factorías de Fene, donde amarran 4 buques, y Ferrol, donde atracan los otros seis.

Desde el Comité de Empresa insisten en que el dique flotante, con una inversión de unos 200 millones de euros, les abre la puerta a las reparaciones de buques de gran porte que no pueden recalar en la ría por falta de espacio. Los sindicatos del naval ferrolano, que se dicen hastiados de ser moneda de cambio campaña tras campaña con promesas vagas o directamente vacías, cargan contra la Xunta por preconizar una modernización tecnológica del naval con líneas de ayuda a la industria 4.0 mientras las condiciones de trabajo en los talleres de los astilleros públicos retroceden “al siglo pasado”.

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