Urkullu se aleja de la vía soberanista de Cataluña ante la presión ‘abertzale’
Aralar cree que no se puede seguir esperando otros 40 años al PNV
Un día después de anunciar sonriente la mejoría del escenario económico, el lehendakari, Iñigo Urkullu, cortó de raíz este martes toda veleidad soberanista bajo los efectos de la hoja de ruta de Cataluña, compartida por Artur Mas y Oriol Junqueras. Lo hizo con el argumento ya conocido de que Euskadi “es otra realidad diferenciada” y en medio de la consabida presión abertzale a las puertas del Aberri Eguna, del próximo domingo. En este caso, el PP ofició de vigilante al preguntar a Urkullu si repetirá la estrategia del presidente catalán después de las elecciones.
Más allá de las celebraciones patrióticas, el lehendakari sigue aferrado a que solo el acuerdo de la ponencia de Autogobierno en el Parlamento vasco marcará la senda para la reforma del Estatuto de Gernika. Para Urkullu, todo pasa por su propuesta de “negociación, acuerdo y ratificación”, pero, desde luego, después de asentar el “desarrollo económico, social, político e institucional” de Euskadi, como dijo al ser preguntado por el calendario de Cataluña para su declaración de independencia.
Precisamente la marca de estos tiempos irrita en las formaciones soberanistas del País Vasco. Aralar, de hecho, admitió este martes que Euskadi “no puede seguir esperando al PNV otros 40 años” para marcar su propio camino como pueblo. La coordinadora general de Aralar, Rebeka Ubera, reconoció que persiste una situación de “anormalidad” y que el pueblo vasco “debe abandonar cuanto antes este callejón sin salida”.
El lehendakari reitera el acuerdo en la ponencia de Autogobierno
Quizá como respuesta a esta exigencia sirva el planteamiento que el sindicato abertzale ELA hizo al presentar su documento para el Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca). En su análisis, reclamó al conjunto de los partidos, en especial a los abertzales, para dar prioridad a las políticas sociales para que sobre la igualdad y la solidaridad se conciten adhesiones “ampliamente mayoritarias” a la soberanía de Euskadi.
Con todo, Urkullu solo va a considerar Cataluña como “una referencia” porque tiene definida su estrategia desde que inició la legislatura. Para el lehendakari, la ponencia de Autogobierno “tiene que hacer su camino en el diagnóstico de la evolución del autogobierno de los últimos 35 años y a partir de ahí que decidan los grupos representados en el Parlamento”, subrayó.
Ni siquiera la reafirmación de esta posición sirvió para aminorar la inquietud mostrada por la secretaria general del PP vasco, Nerea Llanos, al reclamar al lehendakari que aclare si, tras los procesos electorales de este año, va a hacer, al igual que el presidente de Cataluña, Artur Mas, “su propio planteamiento de independencia”.
Al detallar las líneas generales de la campaña de su partido, Llanos aprovechó para preguntar públicamente a Urkullu si “también ya existen conversaciones con EH Bildu para poner plazo a esa República de Euskadi, como ha hecho el señor Mas en Cataluña”, añadió, según Efe.
ELA apela a una mayoría social que impulse el soberanismo
En el otro extremo, ELA y Aralar buscan un compromiso del PNV y de su Gobierno vasco que no va a producirse. La dirección del sindicato mayoritario considera que lo ocurrido en el último año en Grecia, Cataluña y Escocia “confirma plenamente” que en estos tres casos coexisten reclamaciones diferentes como la identidad nacional, la democracia y la justicia social. Por eso, ELA señala que el Aberri Eguna es un momento adecuado para tratar de responder a "una pregunta fundamental": “¿con qué políticas creemos que debe hacerse un proceso de construcción nacional?”.
En Aralar se percibe un cierto desencanto con la posición del PNV y por ello le exigen un cambio de “180 grados” para salir de este “callejón sin salida”. Para Ubera, el partido jeltzale “sigue apostando por un Estatuto vasco que está totalmente agotado, mirando insistentemente a lo que acontece en Madrid”. En su análisis crítico, “el PNV sólo oferta a la sociedad vasca una serie de propuestas caducas, es incapaz de adecuarse a la nueva realidad, y no es capaz de realizar la autocrítica que exige una y otra vez a los demás”.
Por si fuera poco, a esta sucesión de lenguajes encontrados en materia de autogobierno, la líder socialista, Idoia Mendia, tampoco despejó el camino a otra ponencia estancada, la de Paz y Convivencia al recordar que el PSE no va a bajar las exigencias porque es “un mínimo ético sobre el que se tiene que construir el futuro de este país”, aunque, eso, sí, está dispuesta a esperar a EH Bildu “si necesitan más tiempo”, avanzó.
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