_
_
_
_

Dulces sueños en el Palau de la Música

50 personas duermen en el escenario de la sala de conciertos en una acción artística

Blanca Cia
Una pareja pasa la noche en el escenario del Palau de la Música en el marco de la acción artística de Eugenio Ampudia
Una pareja pasa la noche en el escenario del Palau de la Música en el marco de la acción artística de Eugenio AmpudiaMassimiliano Minocri

Pijama, zapatillas, pasta de dientes, mochilas, maletas…. formaban el nada habitual equipamiento para ir al Palau de la Música de Barcelona. No se trataba de un concierto, aunque hubo música, sino de una excepcional experiencia de una cincuentena de personas que durmieron en la sala noble al participar en una acción del artista Eugenio Ampudia. Él durmió encima del piano de cola del Palau la noche del 24 de septiembre pasado y llegó a la conclusión de que era una experiencia para compartir: la de dar un uso personalísimo al Palau, lejos de su función habitual: "Se trata de hacer algo distinto en un espacio de cultura y de que la gente que participe piense: voy a entrar íntimamente en un templo de la cultura”.

La iniciativa de Ampudia, que se plantea el significado de las obras de arte y la percepción de quien las contempla, forma parte de uno de sus trabajos, Dónde dormir. Y dentro de ese trabajo, el artista ha dormido en el salón de embajadores del palacio de Carlos V de Granada y bajo el cuadro de los fusilamientos del Dos de Mayo de Francisco de Goya en el museo del Prado. "En el Prado no acabó de funcionar bien porque dos guardias de seguridad no se alejaron de la sala ni un momento", recordaba Ampudia que reconoce la complicidad y facilidades que ha tenido en Barcelona —fue el Instituto de Cultura el que le propuso hacer alguna acción— y, especialmente, en el Palau de la Música.

El Palau organiza en las últimas temporadas un programa de diálogo con las artes plásticas y no dudaron en apoyar la experiencia que proponía Ampudia. Empezando por la presidenta, Mariona Carulla, que fue una de las durmientes. "Yo me apunto a un bombardeo", comentaba al tiempo que se calzaba unas cómodas zapatillas y preparaba el saco de dormir junto con el resto de los participantes, bajo la atenta mirada de Beethoven, una de las esculturas que jalonan el escenario. Miembros del equipo del artista, trabajadores del Palau, abonados, melómanos y algunos periodistas con muchas crónicas de conciertos en su haber no dudaron en apuntarse también. “Llevo trabajando en el Palau 25 años y lo único que no había hecho todavía era pasar la noche”, comentaba Teresa Martínez. “¿Qué, vienes a ocupar el Palau, María?”, bromeó un responsable del Palau al ver a María Mas, mochila al hombro, que entraba en la sala. La mujer, socia del Orfeó Català, es una histórica líder vecinal del Casc Antic y una de las promotoras de la causa judicial contra la construcción del hotel del Palau, la única por la que Félix Millet pisó la cárcel y por la que está condenado: “Si, porque la otra sigue durmiendo en los juzgados, qué vergüenza”, se lamentaba. Mahala Alzamora, fundadora de la agencia de comunicación que lleva su nombre, tampoco dudó en apuntarse: “He venido con toda la familia”.

A partir de las 10 de la noche, los participantes en la experiencia fueron situando sus esterillas y sacos —cedidos por el Palau de la Música-—para disponerse a pasar la noche en un lugar insólito, con la oportunidad de contemplar los artesanados que esculpió Domènech i Montaner desde un ángulo nada habitual: el suelo. A las 12 de la noche las luces se apagaron y fueron entrando en vigilia con la música interpretada al piano de las Variaciones Goldberg de Johan Sebastian Bach, que reciben ese nombre porque fueron escritas para ser interpretadas por Johann Gottlieb Goldberg, uno de sus alumnos destacados. Un encargo que hizo el conde Hermann Carl von Keyserlingk a Bach porque le costaba conciliar el sueño, según explica el biógrafo del compositor, Johann Nikolaus Forkel.

Después, el silencio. Y así hasta las siete de la mañana, cuando han sido despertados para asistir a la sinfonía de colores y luz del amanecer a través de los vitrales del Palau.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_