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San Sebastián 2016 afronta el examen de Europa en plena pelea política

La capitalidad acude el martes a la evaluación de Bruselas con sus socios enfrentados

Banderas de San Sebastián 2016, el proyecto de Capital Europea de la Cultura, ondean en el puerto donostiarra en una imagen de archivo.
Banderas de San Sebastián 2016, el proyecto de Capital Europea de la Cultura, ondean en el puerto donostiarra en una imagen de archivo.JAVIER HERNÁNDEZ

San Sebastián 2016, la Capital Europea de la Cultura, afronta el próximo martes ante la Unión Europea un examen crucial con las instituciones que componen su patronato enfrentadas. El Comité de Seguimiento del proyecto evaluará la dimensión europea de la iniciativa y su adecuación al programa que en junio de 2011 se impuso a otras cinco ciudades candidatas. El examen tiene como recompensa el premio Melina Mercouri, dotado con 1,5 millones, la única asignación que desde Bruselas se otorga a las capitalidades.

San Sebastián 2016 llega a la prueba envuelto en la enésima polémica, con un patronato dividido por la demanda, admitida a trámite, interpuesta por el Ministerio de Cultura por una supuesta irregularidad en la firma de un convenio para la organización de un acto del programa. La capitalidad afronta la evaluación, paradójicamente, como comenzó su andadura, ante los tribunales.

Si tras la designación de San Sebastián, Córdoba, otra de las candidatas, recurrió ante la justicia por considerar que la elección de la capital guipuzcoana respondía a motivos políticos, ahora es una de las instituciones que componen el patronato de la Fundación que gestiona el proyecto la que ha decidido dar ese paso.

El Gobierno central entiende que la firma de un convenio con Kontseilua, organismo en defensa del euskera cercano a la izquierda abertzale, por 422.000 euros para la organización de una cumbre sobre diversidad lingüística debería haberse sacado a concurso y que, por tanto, viola la ley de contratos del sector público. El convenio fue aprobado con el respaldo del Ayuntamiento de San Sebastián y la Diputación de Gipuzkoa y en contra del criterio de las otras dos instituciones que conforman el patronato: el ministerio y el Gobierno vasco.

“Es un claro ataque a San Sebastián 2016”, insisten desde el Ayuntamiento. “Es una situación puntual en relación a un convenio”, contrapone el Ministerio de Cultura. Las dos instituciones representan los dos bloques en los que se ha dividido el patronato ante un asunto que ha provocado que los reproches políticos en torno al proyecto, hasta ahora más o menos soterrados, se expongan con mayor crudeza.

La evaluación

El director de San Sebastián 2016, Pablo Berástegui, y el alcalde de la ciudad, Juan Karlos Izagirre, encabezarán la delegación de la capitalidad que este martes viaje a Bruselas para explicar a los expertos europeos la marcha del proyecto, con el objetivo de optar al premio Melina Mercouri, dotado con 1,5 millones.

La delegación además contará con representantes de las otras instituciones que componen el patronato de San Sebastián 2016: Ministerio de Cultura, Gobierno vasco y Diputación de Gipuzkoa.

El encuentro tendrá una duración de dos horas. El equipo de 2016 expondrá en los primeros 30 minutos el desarrollo del proyecto, mientras que el tiempo restante se someterá a las preguntas que les formulen los expertos europeos.

Y es que San Sebastián 2016 siempre ha estado envuelto en la batalla política. Un hecho ligado a la llegada de Bildu al Ayuntamiento de San Sebastián. Cuando en mayo de 2011 la coalición abertzale fue la fuerza más votada en la ciudad las dudas sobre la implicación de la formación en el proyecto o los planes de esta para el mismo arreciaron sin que todavía se hayan disipado. Los grupos de la oposición en el Consistorio (PSE, PP y PNV) han expresado en más de una ocasión sus dudas sobre la gestión del alcalde, Juan Karlos Izagirre. Los socialistas incluso exigieron esta semana su dimisión como presidente de la Fundación San Sebastián 2016.

Y a la lucha política el proyecto ha sumado un problema de indefinición, de “bajar a tierra”, como en más de una ocasión ha repetido su director, Pablo Berástegui. El grueso del programa debía estar cerrado para finales del año pasado, según las directrices de Bruselas. La propia capitalidad anunció a finales de 2012 que en 2013 se planificaría la mayoría de actividades que se iban a ejecutar en 2016, pero los cambios en la dirección y de responsable cultural han urdido el tercero de los grandes escollos que ha tenido que sortear la Capital Cultural: la gestión del programa en sí.

Miembros del equipo técnico del proyecto y representantes de las cuatro instituciones viajarán a Bruselas a defender el proyecto. Allí, tanto unos como otros, se someterán a las preguntas que consideren oportunas los expertos culturales. La Comisión Europea, en función de las recomendaciones que les traslade el Comité de Seguimiento, hará público el próximo verano si San Sebastián 2016 ha hecho los deberes para conseguir el premio Melina Mercouri. Si bien hasta ahora ninguna Capital Europea de la Cultura se ha quedado sin el galardón, el reconocimiento no se otorga de forma automática.

1,5 millones imprescindibles para San Sebastián 2016 después de los sucesivos recortes presupuestarios y la falta de patrocinadores privados que han reducido las cuentas a 47,8 millones, según la previsión con la que trabaja la oficina, y que supone un 45% menos de la cifra inicialmente prevista.

“Hemos recibido un feedback muy bueno”, apunta a este periódico un miembro del equipo de dirección del proyecto, en relación a los contactos previos con Bruselas para la preparación de la prueba del martes.

“Desde Europa nos dicen que no hagamos caso a los políticos, que sigamos trabajando, pero lo cierto es que días antes tenemos este palo”, apunta la misma persona en referencia a la reunión que el patronato celebró el pasado miércoles. El encuentro solo sirvió para certificar la honda división de las instituciones que conforman el órgano.

Ayuntamiento y Diputación votaron a favor de retirar la demanda interpuesta por el ministerio, mientras que éste y el Gobierno vasco optaron por lo contrario. Cinco votos a favor por tres en contra que en la práctica no han servido para diluir la polémica porque el Gobierno central ya expresó su voluntad de retirar la denuncia siempre y cuando Izagirre accediera a “reorientar” el convenio suscrito con Kontseilua.

La visión de Europa

La postura que el Comité de Seguimiento y Asesoramiento de la Capitalidad, el órgano que se encarga de guiar a las ciudades desde su designación como Capital Europea de la Cultura hasta la ejecución del proyecto, ha mantenido respecto a San Sebastián 2016 y las sucesivas polémicas que ha arrastrado ha sido ambivalente.

El propio órgano, compuesto por expertos culturales independientes, elaboró un informe en 2013 en el que señalaba la “falta de liderazgo del proyecto”, un “exceso de localismo” en el programa y denunciaba las “injerencias políticas”.

El mismo Comité, sin embargo, redujo a simples rencillas políticas los problemas por los que había atravesado San Sebastián 2016 cuando dos de los miembros del órgano visitaron la ciudad el pasado julio y responsabilizaron a los medios de comunicación de la imagen negativa del proyecto.

Ahora, ante la denuncia interpuesta por el Ministerio de Cultura contra un convenio suscrito por el patronato del proyecto por una supuesta irregularidad en la contratación, un portavoz de la Comisión Europea recuerda que son las ciudades designadas las únicas responsables de la “creación y ejecución de las actividades”, si bien añade que, “por supuesto, la gestión financiera y administrativa de estas actividades debe cumplir con la legislación regional y nacional en materia de licitaciones públicas”.

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