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El valor del tiempo

Los 168 Centros de Participación Activa acogen a 540.000 personas mayores

Ángeles Lucas
Un grupo de usuarios pinta cerámica en el Centro de Participación Activa del Cerro del Águila.
Un grupo de usuarios pinta cerámica en el Centro de Participación Activa del Cerro del Águila. PACO PUENTES

Antonio Ramírez va a disfrazarse de Groucho Marx en un pasacalles que celebrarán en Sevilla. Cuenta que va aprovechar un traje de chaqué que tiene de la boda de su hija, ha comprado una pajarita y un sombrero y ya se está viendo las películas del cómico para imitar sus movimientos. “Me hace mucha ilusión, me encanta participar en todas las actividades que organizamos. Paso aquí casi todo el día”, dice contento a sus 72 años. Él es uno de los 6.000 usuarios que tiene registrado el Centro de Participación Activa (CPA) Cerro del Águila y uno de los 540.000 inscritos entre las 168 instalaciones en Andalucía.

Todas las personas mayores de 60 años residentes en Andalucía y las personas menores de 60 años que sean cónyuges o parejas de hecho del socio pueden acceder a estos lugares, diseñados para relacionarse, desarrollar habilidades e incluso aprender a leer. Ramírez, además de apuntarse a viajes, ejerce de voluntario para dar apoyo a la profesora de alfabetización del CPA del Cerro del Águila. “Hay personas, sobre todo mujeres, que no tuvieron la oportunidad de aprender a leer cuando eran jóvenes y ahora poco a poco están deletreando”, cuenta Ramírez, que les acaba de enseñar que las esdrújulas tienen el golpe de voz y la tilde en la antepenúltima sílaba. “Quién me iba a decir a mí que iba a aprender a leer, voy muy lentito, pero lo estoy consiguiendo”, dice animada una de las alumnas.

En la clase de al lado, otro grupo de mujeres mayores hace encaje de bolillos. “Yo recuerdo que de pequeña me enseñó mi hermana, pero lo olvidé y ahora con la profesora he aprendido de nuevo”, cuenta contenta Josefina Martínez, de 69 años. Dice que no da abasto de la cantidad de pañuelos que ha regalado ya. “Todo el mundo me pide uno, y en vez de comprar regalos, doy mis pañitos”, dice. “Pero esto no tiene precio, porque puedo estar cerca de un mes para hacer uno de 30 centímetros”, especifica. “Aunque me gustan las manualidades”, añade entusiasta.

En los 2.500 metros cuadrados que ocupa el centro, se desarrollan decenas de actividades diversas. Mientras un grupo de 20 personas canta en un coro, otros tantos juegan al dominó y el ajedrez en un salón; hay también sala de informática, talleres de fotografía, de pintura y de cerámica; cuentan con clases de la terapia asiática Chi kung, y tienen gimnasio, una sala de podología, cafetería con descuentos para comidas y desayuno, charlas mensuales sobre salud... “Disponen de hasta 30 talleres diferentes, más todo lo que van inventando a lo largo del año”, explica María Isabel Aragón, directora del CPA del Cerro del Águila. Cuenta que lleva 25 años trabajando con personas mayores y todavía se sorprende de la vitalidad que tienen. “No paran. Proponen decenas de actividades permanentemente. Lo que hacemos desde la dirección es escuchar todas las propuestas y ver cuáles tienen más seguidores para ponerlas en marcha”, detalla. “Ahora hemos organizado un viaje en autobús y en apenas unos días ya no quedan plazas. Se apuntan a todo. Hay una actividad increíble”, añade. Su experiencia le dice que las personas mayores, al final de su vida, se dan cuenta de que le quedan por vivir experiencias que no han podido realizar antes, y por eso aprovechan el tiempo al máximo.

Ellos lo corroboran. “Siempre me ha gustado mucho actuar, interpretar, enseñar, y este centro me da la oportunidad de hacerlo”, dice Antonio, que trabajó de maestro carpintero y se sacó el graduado después de asistir a clases de alfabetización. como las que ahora imparte él.

Otra de las usuarias, María del Carmen Nuñez, de 64 años, asegura que va todos los días al centro. Por iniciativa propia coordina un club de lectura. “Es apasionante. Vamos leyendo por capítulos y los comentamos. Nos encanta meternos en los libros y vivir otras vidas. Compartimos además nuestras experiencias en las tertulias posteriores que hacemos, salen muchos recuerdos a la luz, muchas historias, es interesantísimo”, detalla ilusionada Nuñez, que también está apuntada al taller de fotografía, a guitarra y participa en certámenes de bailes de salón. “Muchas veces estoy aquí mejor que en mi casa. Esto nos da vida y fomenta nuestra creatividad”.

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Los CPA funcionan con el objetivo de promover el envejecimiento activo. “Lo fundamental es procurar el bienestar social e individual de las personas mayores, mejorar su calidad de vida y su imagen ante la sociedad, promover la autonomía personal, prevenir situaciones de dependencia y fomentar la cooperación y la solidaridad entre generaciones”, informan desde la Consejería de Igualdad. “Y no paran, viven activamente”, insiste la directora, que matiza que además de la actividad del centro, organizan más actividades dependiendo de la época. Según cuenta se celebra “todo”: el día de Andalucía, el carnaval, la Semana Santa, el Rocío, la feria, la Navidad. “Hacemos actividades intergeneracionales, nos inscribimos a decenas de certámenes y concursos de coro, baile, ajedrez...”, enumera.

Al Open de Sevilla de Ajedrez se apuntó Emilio Molina, de 72 años, que ha sido cardiólogo en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla durante 25 años. Ha encontrado en el centro un lugar para jugar a este deporte y también la manera de seguir vinculado a la medicina. “Los usuarios del centro saben que pueden preguntarme cualquier duda médica. Yo no diagnostico nada, lo que normalmente hago es traducir los informes de los médicos o hacer alguna recomendación, en definitiva, quitar incertidumbres a los usuarios”, resume. Por los pasillos, una mujer se acerca a la directora para pedirle una plaza al viaje, pero ya hay lista de espera. Aprovechan el tiempo al máximo.

Sobre la firma

Ángeles Lucas
Es editora de Sociedad. Antes en Portada, Internacional, Planeta Futuro y Andalucía. Ha escrito reportajes sobre medio ambiente y derechos humanos desde más de 10 países y colaboró tres años con BBC Mundo. Realizó la exposición fotográfica ‘La tierra es un solo país’. Másteres de EL PAÍS, y de Antropología de la Universidad de Sevilla.

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