Los médicos estallan contra Mosquera
La gestión de la conselleira de Sanidade disgusta a los expertos que ella eligió y a las plataformas de facultativos. Uno de los colectivos pide una investigación al fiscal
Cuestionada por los nueve miembros del comité bioético que abandonaron en dos etapas este órgano consultivo del Sergas; cuestionada por el PP de Lugo tras anunciar que no se implantaría las 24 horas el servicio de hemodinámica en el Hospital Universitario Lucus Augusti; cuestionada por sus colaboradores (la exgerente del Sergas, Nieves Domínguez, que renunció después de que lo hiciera su número dos para asuntos económicos); y cuestionada por los jefes de servicio de distintos hospitales públicos que acudieron a los tribunales de justicia para denunciar la “parcialidad” de los procesos de selección. La conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, se ha labrado con su gestión la enemistad de los colectivos más próximos a ella. La mayoría de los facultativos gallegos, representados por el sindicato médico O'Mega-Cesm, y los integrantes del colectivo Batas Blancas se han convertido en los principales detractores de su forma de administrar los recursos públicos sanitarios.
Más allá de las denuncias de las plataformas ciudadanas, de las de los partidos de la oposición o de los sindicatos de clase, Mosquera ha conseguido poner en pie de guerra a sus compañeros médicos. Los últimos en darle la espalda han sido los asesores de bioética que ella misma había designado. Los expertos renunciaron después de que la conselleira censurara el informe que elaboraron pidiéndole que se posicionara contra los recortes sanitarios introducidos por el decreto de 2012 elaborado por su antecesora en el cargo, Pilar Farjas, durante su etapa como secretaria general del Ministerio de Sanidad. El presidente Núñez Feijóo, inicialmente molesto por la trascendencia de las dimisiones en bloque, acabó, como en otros conflictos anteriores, respaldando a su conselleira.
“No entendemos la postura de Feijóo; le ha dado un talón en blanco y nos preguntamos por qué”, protesta el doctor Evaristo Varo, portavoz de Batas Blancas, un colectivo integrado por jefes de servicio, profesionales médicos y otros sanitarios del Sergas que nació como plataforma de denuncia de “irregularidades o arbitrariedades” cometidas con los recursos públicos. Advierte que en otras comunidades emblemáticas para el PP “han cesado a los consejeros de Sanidad por muchísimo menos”. No se refiere a la censura que motivó la fuga de los asesores de confianza de Mosquera, sino a su gestión con los medicamentos de la hepatitis C. Varo, jefe de Trasplante Abdominal del CHUS, participó la semana pasada en una reunión de la Sociedad Científica en Madrid y comprobó “que comunidades gobernadas por el PP como Valencia o Castilla-La Mancha han disuelto las subcomisiones que decidían a quién dar estos medicamentos porque han hecho universal ese derecho”.
En Galicia, mientras tanto, Mosquera no solo mantiene la subcomisión “sino que censura también” la publicación de los nombres de los especialistas que “deniegan la cura a enfermos que cumplen todos los requisitos”. Batas Blancas anuncia que acudirá esta semana a la Fiscalía del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) para que investigue la posible responsabilidad de Sanidade en las muertes de cinco pacientes a los que se les denegaron o entregaron con retraso los fármacos. Al mismo tiempo, registrará ante el Colegio de Médicos una denuncia contra los miembros de la subcomisión que tomaron la decisión.
Los "campeones del ahorro"
“Somos los campeones del ahorro a costa del empeoramiento del sistema público”. Lo repiten los portavoces de Batas Blancas y del sindicato médico mayoritario, O'Mega-Cesm. Este es el perfil que los facultativos atribuyen a una conselleira “que está de paso en la sanidad pública porque tiene su plaza en la privada, adonde regresará” cuando deje el cargo. Los recortes introducidos por Rocío Mosquera son, en opinión de estos médicos, los más drásticos de las comunidades españolas gobernadas por el PP. Así explica el doctor Varo que algunas de las decisiones de la conselleira “sean criticadas incluso dentro de su propio partido”.
Entre las críticas de los colectivos médicos a la gestión de la conselleira destacan la “precarización” de los servicios de urgencias “con el consiguiente colapso”; la imposición de la jubilación forzosa a los 65 años “sin reponer las plazas con jóvenes preparados”; la “falta de transparencia” en los conciertos con hospitales privados “que llevó a los propios parlamentarios del PP a pedir una explicación pública”; el “claro incumplimiento” de los criterios del ministerio en la gestión de la hepatitis C; el intento de “imponer” las áreas de gestión clínica pese a que se anuló judicialmente la libre designación de los directores, y la “arbitrariedad y nepotismo” en los nombramientos de las jefaturas de servicio.
“Feijóo tenía muy fácil cesarla cuando el TSXG falló anulando el ascenso de su marido”, sostiene Varo, que compitió con el esposo de Mosquera, el doctor Manuel Bustamante, por la plaza de jefe de Cirugía General y Aparato Digestivo en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago. El alto tribunal encontró desviación de poder en el aprobado de Bustamante y ordenó repetir la prueba que una comisión de evaluación formada por cinco médicos del Sergas volvió a otorgarle al marido de Mosquera.
También se ha alejado de la conselleira el sindicato médico mayoritario. El portavoz de O'Mega-Cesm, Cándido Andión, sostiene que lo ocurrido con la comisión de bioética “es un exponente más del comportamiento de Mosquera”. El sindicato aplaude las renuncias de los expertos y sostiene que la relación de la responsable de la sanidad gallega con los facultativos “ha ido continuamente a peor porque a nuestro juicio tiene nula capacidad de negociación”. Andión cita el ejemplo del decreto de gestión clínica y subraya que “a pesar de que le consta que la versión que quiere imponer tiene el rechazo masivo de los profesionales, insiste en ponerlo en marcha”. Junto a ello, asegura que al “descontento entre los médicos” se suma la postura “contumaz” de Mosquera “negándose a admitir las causas del colapso de las urgencias hospitalarias y dando razones que son un insulto a la inteligencia; manteniendo los contratos en precario y persistiendo en el empeoramiento de las condiciones laborales”. Feijóo la ha respaldado también, para sorpresa del sindicato médico, en estas decisiones. “Nos consta que para una gran parte de los facultativos es la peor conselleira de Sanidade que ha tenido Galicia desde que existe el Sergas”, sostiene el portavoz de O'Mega-Cesm.
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