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Los emigrantes del siglo XXI

Más de 37.600 andaluces se han ido al extranjero en los últimos seis años

Antonio J. Mora
Juan Pedro Segura, en un mercado navideño de Colonia (Alemania).
Juan Pedro Segura, en un mercado navideño de Colonia (Alemania).

Han sustituido el tren por las compañías aéreas de bajo coste, el petate por la maleta con ruedas, las cartas escritas a mano por las videoconferencias... Aparentemente, los emigrantes del siglo XXI poco tienen que ver con los de décadas pasadas. Pero les une una decisión: han tenido que abandonar su ciudad en busca de un empleo o de sus sueños profesionales. En los últimos seis años, más de 37.600 andaluces se han marchado al extranjero, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin tener en cuenta la nacionalidad, casi 235.000 personas se han ido de la comunidad.

Juan Pedro Segura (Vilches, Jaén, 30 años) reconoce que tuvo mucha suerte. A la semana de terminar Arquitectura Técnica, encontró trabajo en Granada en una constructora. Era 2007 y aún la burbuja inmobiliaria no había estallado. “A los tres años me despidieron y, ante las pesimistas perspectivas, decidí mejorar mi inglés para irme al extranjero”, señala. Un año después una oferta de empleo de una empresa de Colonia (Alemania) le cambió la vida. Al igual que a Segura, la caída de la construcción afectó a Miguel Ángel Infante (Casares, Málaga, 28 años), quien trabaja como encofrador en Thüringer (Alemania).

Deborah Domínguez, por el centro de Zurich (Suiza).
Deborah Domínguez, por el centro de Zurich (Suiza).

Por edad, casi la mitad de los andaluces que se han marchado en estos seis años tiene entre 25 y 39 años, según los datos del INE. Desde 2008 a 2013, el número de emigrantes por año ha pasado de 3801 a 8061, siendo entre 2012 y 2013 el periodo en el que más creció. Precisamente, ese año, Deborah Domínguez (Ronda, Málaga, 28 años) convirtió su trabajo temporal como diseñadora y vendedora de bisutería en Zurich (Suiza) en su nueva profesión. “Tras cerrar el periódico digital en el que trabajaba, decidí aceptar la oferta de un familiar. En principio solo iba los veranos, pero la situación no dejó de empeorar y fue entonces cuando decidí establecerme definitivamente”, señala.

Pero la emigración no solo entiende de empleo [la tasa de paro ronda el 34%] sino también de metas. “Antes de finalizar mi doble licenciatura, tenía claro que si quería un trabajo acorde a mis capacidades y bien remunerado tenía que irme fuera de Andalucía”, reconoce Juan Manuel Sánchez (Sevilla, 26 años), quien hoy trabaja en una firma internacional de abogados en Rotterdam (Holanda). “Además de por la falta de oferta para doctores, me marché porque para un investigador es importante conocer cómo funciona la ciencia en otros países”, explica la doctora en Neurociencia Laura Torres (Gibraleón, Huelva, 32 años), quien trabaja en un laboratorio de Colonia.

Laura Torres, en el laboratorio alemán en el que trabaja.
Laura Torres, en el laboratorio alemán en el que trabaja.

La falta de inversión en materia de investigación también fue la razón que obligó a Jesús Ángulo (Sevilla, 45 años) a marcharse a Norwich (Reino Unido). “Encadené becas y contratos hasta que no existían más posibilidades”, explica este doctor en Ciencias Químicas, quien marca como punto de inflexión la reducción “drástica” de la oferta de plazas de empleo público. Esta también fue una de las razones que llevó a Noelia Gilord (Almería, 27 años) a marcharse a Alemania. “Mi intención es trabajar como profesora de español y, por qué no, promover la cultura andaluza”, afirma.

La mayoría de los emigrantes entrevistados coincide en señalar que su intención es volver a Andalucía, aunque desconocen cuándo. Y cuestiona las medidas que, de cara a las elecciones del 22 de marzo, proponen todos los partidos para promover el regreso de los emigrantes. “Me gustaría seguir aquí unos cuantos años, tengo posibilidades de ascender y quiero seguir mejorando mi preparación”, señala José Alberto Castellano (Granada, 30 años), quien trabaja en una empresa de telecomunicación en Roma. Aunque no todos piensan regresar. “Igual hago como los ingleses y vuelvo cuando me jubile”, afirma desde Londres la periodista Alicia Villegas (Granada, 31 años).

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Sobre la firma

Antonio J. Mora
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Fue redactor en la delegación en Andalucía durante más de seis años y, actualmente, es portadista web. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de periodismo de EL PAÍS, también trabajó en Diario Sur e Infolocalia. En 2009, ganó el premio nacional Alma de Periodista.

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