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El ‘caso Palau’ languidece entre recursos y parones

La causa no ha registrado apenas actividad en los últimos 16 meses, pese a que las indagaciones ya han concluido

Jesús García Bueno
Fèlix Millet (d) y su " mano derecha" , Jordi Montull ( sentado / fondo), en una imagen de archivo.
Fèlix Millet (d) y su " mano derecha" , Jordi Montull ( sentado / fondo), en una imagen de archivo. Carles Ribas

“Aún no ha acabado la instrucción, y ya hace seis años”, lamentó el lunes Artur Mas, a propósito del caso Palau, durante su comparecencia en el Parlament. La investigación sobre el desfalco de la institución musical y el pago de comisiones ilegales a Convergència finalizó, en lo esencial, en octubre de 2013. El juez concluyó entonces que el partido nacionalista había recibido de Ferrovial 6,6 millones a cambio de adjudicaciones públicas y que Fèlix Millet y su mano derecha, Jordi Montull, se habían apoderado de 24 millones del Palau. Pero lo cierto es que la fase de instrucción formalmente aún no ha acabado, y que el juicio oral por esos hechos ni siquiera se vislumbra en el horizonte. ¿Por qué?

La Sección 21ª de la Audiencia de Barcelona tiene sobre su mesa, desde noviembre, el recurso que presentó el fiscal del caso, Emilio Sánchez Ulled, contra el archivo de la causa para el exdiputado de CiU Jaume Camps. El juez instructor exoneró a Camps porque el supuesto delito que cometió —hacer de intermediario en el pago de las comisiones— había prescrito. El recurso del fiscal es el último que queda por resolver para dar por terminada la compleja investigación del Palau y buscar un hueco en la agenda de la sala a la que corresponda juzgarlo.

La lentitud en el fin de la instrucción aleja la fecha del juicio

Los hechos fueron fijados por el juez instructor en el verano de 2013, aunque en octubre de ese año modificó un “error material” y elevó las cantidades entregadas a CDC a través, sobre todo, de su extesorero Daniel Osàcar, que afronta una petición de siete años de cárcel. El último año y cuatro meses, en cualquier caso, ha sido de escasa actividad indagatoria. La Fiscalía y las acusaciones —la particular, que ejerce el Palau como perjudicado, y la popular, que lidera la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB)— redactaron sus escritos solicitando, entre otras cosas, elevadas penas de prisión para Millet y Montull.

Cuando todo parecía listo para enviarlo a juicio, la FAVB dió una vuelta de tuerca más y pidió la imputación de nueve empresarios que habían realizado trabajos en la vivienda de Millet pese a que los facturaron a la entidad musical. El juez que impulsó el caso Palau y que ahondó en la financiación ilegal de Convergència, Josep Maria Pijuan —ahora jubilado— rechazó la petición. Pero la Sección 21ª dio la razón a los vecinos y obligó al nuevo titular —el magistrado José Julián García de Eulate— a tomar declaración a los empresarios en junio de 2014. Tras escuchar su versión, les exoneró.

El caso Palau ha visto desfilar a cinco jueces de instrucción desde el verano de 2009, cuando los Mossos d’Esquadra irrumpieron en el coliseo modernista en busca de pruebas del desfalco y tras una querella de la Fiscalía Anticorrupción. El primero, Juli Solaz, fue el más polémico por su lentitud en la tramitación y por no aplicar medidas cautelares sobre los dos hombres que, ya entonces, habían confesado (solo en parte) ser los saqueadores del Palau. El último cambio de magistrado también ha influido en la ralentización del caso, que ahora languidece.

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La baja de un magistrado en la Sección 21ª —encargada de resolver los recursos del caso Palau— tampoco ha ayudado a agilizar este tramo final. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña considera, sin embargo, que no ha sido un factor clave. “La baja se cubrió con un sustituto, por lo que el funcionamiento de la sección no se ha visto afectado. El último recurso del fiscal entró en noviembre y la ponente lo tiene para resolverlo”, explica un portavoz.

El proceso deberá aclarar si CDC recibió comisiones ilegales

Cuanto más se dilata el fin de la instrucción, más se distancia en el tiempo la vista oral. El dato es relevante si se tiene en cuenta la elevada edad de algunos acusados. En especial, del casi octogenario Millet, que además arrastra problemas de salud. El año pasado, durante el juicio por el hotel del Palau —por el que fue condenado a un año de cárcel— se rompió el fémur; una lesión que, en personas de su edad, puede tener complicaciones.

La dilación del ‘caso Palau’ ha erosionado a Convergència

Las defensas de los 17 acusados pueden “intentar pedir la atenuante de dilaciones indebidas” para rebajar una posible pena, explican fuentes del caso, aunque esa petición es “difícil que prospere porque la instrucción está viva”, matizan.

El juicio no se celebrará antes de las elecciones catalanas del 27 de septiembre; es probable, incluso, que por entonces no haya fecha para la vista. El juez considera que Ferrovial camufló las comisiones —del 4%— por obras de gran envergadura (Ciudad de la Justicia, línea 9 del metro) durante el último gobierno de Jordi Pujol como donaciones al Palau. El proceso ha erosionado a Convergència, que tuvo que poner su sede, en la calle Còrsega de Barcelona, como aval para cubrir la fianza de 3,3 millones.

Las anotaciones en las agendas de Millet, documentos hallados en ordenadores y la declaración de testigos son la base probatoria del caso Palau. El juez reprocha a Millet su “inmutable silencio” sobre la presunta financiación ilegal de Convergència. Todo esos elementos se pondrán a prueba en el juicio, que deberá aclarar si la convicción expresada por Mas en la cámara está justificada: “Estoy convencido de que no hay ilegalidades entre CDC y el Palau de la Música”.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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