Fenosa probará equipos con líquidos tóxicos en el protegido cabo Vilán
La Xunta autoriza que el proyecto se tramite sin evaluar su impacto ambiental
Cabo Vilán, un paraje de Costa da Morte tan conocido por su valor ecológico como por la facilidad con la que las industrias han ido colonizándolo, acogerá en suelo protegido dos tanques con sustancias tóxicas y corrosivas (sulfato de vanadio y ácido sulfúrico) para un proyecto de almacenamiento de energía que impulsa Gas Natural Fenosa con el beneplácito de la Xunta. Esta actuación, que la Consellería de Medio Ambiente ha decidido no someter a evaluación ambiental alegando que “no es previsible” que “vaya a producir efectos significativos” sobre el entorno natural, se integrará en el parque eólico que se levantó en los años noventa en este enclave del municipio coruñés de Camariñas, al que las diferentes figuras de protección que la Administración le ha ido otorgando desde la II República no han logrado salvar tampoco de una gran piscifactoría de rodaballo.
El parque eólico de 22 molinos que serpentea Cabo Vilán fue el primero que impulsó la antigua Unión Fenosa, inmersa ahora en sustituir estas anticuadas torretas ubicadas en Red Natura por otras dos más voluminosas y potentes, en terrenos con idéntica protección. Junto a los dos nuevos aerogeneradores, también sobre suelo supuestamente preservado, la eléctrica pondrá a prueba un sistema de almacenamiento de la energía producida gracias al viento en el que utilizará baterías “de flujo redox de vanadio”, según la documentación presentada por Fenosa ante la Xunta. “Si bien se emplean sustancias tóxicas, las medidas de seguridad y los medios empleados van a garantizar que, aun en el caso de derrame, no se produzca ninguna repercusión en el medio ambiente”, sostiene la empresa.
En Red Natura "sin justificación"
La Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN) solicitó a la Consellería de Medio Ambiente que desechase la idea de instalar este sistema de almacenamiento que usa sustancias tóxicas en un enclave que es Red Natura. Esta organización científica esgrime que la energía eléctrica generada en el parque eólico de cabo Vilán se transporta y consume fuera del Lugar de Interés Comunitario (LIC) de Costa da Morte por lo que “no parece justificado” que las baterías tengan que estar al pie de los aerogeneradores y no, por ejemplo, “en la subestación eléctrica más próxima”. Esta entidad calcula que en los tanques que acogerá cabo Vilán se acumularán unas 45 toneladas de ácido sulfúrico. Las aportaciones de la SGHN no fueron atendidas.
La eléctrica derribará tres edificaciones existentes ya en el parque eólico (que ocupan 261 metros cuadrados) para sustituirlas por otras dos de mayor volumen (454 metros cuadrados): una albergará los aparatos de control de los aerogeneradores y otra, toda la tecnología de almacenamiento eléctrico, a saber, un “módulo rédox” por el que fluirá el electrolito (compuesto principalmente por sulfato de vanadio y ácido sulfúrico), dos tanques con capacidad para 25.000 litros donde se guarda este líquido, bombas de impulsión y un equipo de “aerorrefrigeración”.
Gas Natural Fenosa admite que el electrolito contiene ácido sulfúrico de forma diluida y “debe tratarse con cuidado”, pero esgrime que “las operaciones de matenimiento” que recomienda el fabricante de las baterías —“inspecciones visuales, comprobaciones de presión y temperatura, lubricación de partes mecánicas, revisiones para la detección de fugas, comprobaciones de funcionamiento, limpieza, etc”— serán realizadas por “personal formado”.
Fenosa señala en la documentación presentada ante Medio Ambiente que no hay “peligro especial” de incendio o explosión porque el sistema funciona a temperatura y presión bajas. El “único factor de riesgo”, añade, es “la posibilidad de derrame”, aunque considera que “es poco probable que ocurra”. La empresa promete que cumplirá con “todas las medidas necesarias y con lo dispuesto en lo referente a la contención” en las normas de almacenamiento de líquidos corrosivos y tóxicos. En el caso de producirse “fugas accidentales”, añade la empresa, estas se recogerán en unos cubetos que se instalarán en los depósitos, “evitando la contaminación del medio ambiente así como la pérdida del electrolito, de gran valor económico”.
Este sistema de almacenamiento de energía se levantará en un área de cabo Vilán que ha sido declarada zona especial de conservación (ZEC), zona de especial protección para las aves (ZEPA) y zona de especial protección de los valores naturales (ZEPVN). En el ámbito de influencia del proyecto, los técnicos de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza detectaron hábitats de interés comunitario y especies amenazadas como el arao, el cormorán moñudo o la gaviota tridáctila. Mientras la Xunta meditaba si sometía el proyecto de Fenosa a evaluación ambiental, este departamento dependiente de la Consellería de Medio Ambiente propuso emplazar el sistema de almacenamiento eléctrico que incluye los tanques con sustancias tóxicas fuera del territorio incluido en la Red Natura, pero la respuesta dada por la empresa llegó para desechar esta opción. La compañía aseguró que ubicando los edificios dentro de la Red Natura se afectaría menos suelo protegido que si se llevan fuera, ya que, alegó, habría que abrir una gavia de 300 metros para meter el cableado hasta la nueva ubicación.
No fue esta la única pega de los técnicos de Conservación da Natureza que la consellería despachó simplemente con la respuesta de Fenosa. El proyecto se empezó a tramitar en octubre de 2013, solo cinco meses antes de que se aprobase el decreto que aplica el Plan Director de Red Natura 2000 en Galicia, un documento que prohíbe expresamente la puesta en marcha de proyectos experimentales en este tipo de parajes protegidos. Fenosa había presentado el sistema de almacenamiento eléctrico del parque eólico de cabo Vilán precisamente como una iniciativa “experimental” pero, tras ser advertida la empresa por la Dirección Xeral de Conservación da Natureza de que esta condición imposibilitaba su puesta en marcha en Red Natura, la compañía alegó que tal calificación había sido un error. Aunque “dentro de la empresa no se ha utilizado previamente”, adujo Fenosa, "se trata de una tecnología ampliamente probada y comercial a nivel mundial”. Gas Natural Fenosa esgrimió una declaración del fabricante de las baterías, Prudent Energy, en la que el proveedor afirma haber implantado el dispositivo en Japón, EE UU, China y Corea. Estas explicaciones han sido suficientes para que la Xunta diera vía libre al proyecto en Red Natura sin evaluación ambiental en una resolución firmada el pasado 14 de enero por el secretario general de Calidade e Avaliación Ambiental, Justo de Benito.
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