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Voz para el que viene

Daniela Ortiz reflexiona en el Arts Santa Mònica sobre cómo los medios de comunicación tratan la inmigración

La instalación de Daniela Ortiz en el Arts Santa Mònica.
La instalación de Daniela Ortiz en el Arts Santa Mònica.consuelo bautista

Las voces que denuncian un trato discriminatorio de la población musulmana en los medios de comunicación son cada día más numerosas. “El abanico va desde el paternalismo hasta la criminalización, pero la gran mayoría de periódicos demuestran falta de respeto y sensibilidad hacia esta comunidad y los migrantes en general”. Lo asegura la artista peruana afincada en Barcelona, Daniela Ortiz (Cuzco, 1985) que para demostrarlo ha reemplazado en varios artículos de diversos periódicos las palabras musulmán, mezquita, islamismo, burka, velo e imán, por judío, sinagoga, judaísmo, frumka, tichel y rabino. El experimento no deja lugar a dudas sobre el trato que la mayoría de prensa española dispensa a la comunidad islámica. La publicación de veinte páginas forma parte de la exposición Público Objetivo, realizada por Ortiz para el ciclo Trets enmig del concert, que comisaría Celia del Diego para el centro Arts Santa Mònica. “Condenar los hechos de París no está reñido con la denuncia del incremento de la islamofobia”, indica Ortiz, que imprimió los diarios facsímil, para repartir gratuitamente entre los visitantes, justo después de los asesinados de Charlie Hebdo.

Ajenas a valoraciones morales y cualquier intento de demonizar la prensa, las obras de Público Objetivo proponen una reflexión acerca los parámetros de objetividad de los medios de comunicación en la difusión de noticias sobre las políticas migratorias y sus consecuencias. La pieza visualmente más impactante de la muestra, abierta hasta el 22 de febrero, reúne las portadas publicadas por un gran numero de diarios españoles tras la muerte en la playa de El Tarajal de 14 inmigrantes en febrero de 2014. Todas sin excepción publican la misma foto de un gran numero de inmigrantes encaramados a la valla que separa Marruecos de Ceuta y Melilla, alertando sobre la próxima invasión. Algunos más allá y sitúan la foto a lado de un titular de otra información (tipo Desarticulada una banda que traficaba con shabú la droga de los pobres), que se presta a confusión y favorece relaciones mentales incorrectas.

“¿Los periodistas desarrollan políticas xenófobas intencionadas o son el reflejo de la hostilidad generalizada preexistente hacia estas minorías?”, se pregunta Ortiz. Para responder a la pregunta, la artista organizó un encuentro entre tres reporteros de EL PAÍS, 20 Minutos y Público, especializados en temas de inmigración y un grupo de inmigrantes que se celebró a puerta cerrada en Santa Mònica. El vídeo de aquella sesión se proyecta en la muestra, que se completa con unos libritos que recogen las frases más utilizadas en los artículos publicados por los periodistas españoles.

Los migrantes son objeto de la noticia y nada más. Sin embargo, muchos están suficientemente preparados para participar en las tertulias de las que siempre faltan. En este encuentro quisimos dar la palabra a la comunidad inmigrante habitualmente silenciada”, concluye Ortiz, representada en España por la galería Àngels Barcelona, que la dio a conocer con Habitaciones de servicio, un proyecto en el que reúne fotografías y planos de varias mansiones de la alta burguesía de Lima, que permiten comparar las faraónicas dimensiones de las viviendas con el diminuto espacio destinado a la empleada doméstica.

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